Federico Couts, el camaleónico artista de los musicales de la calle Corrientes
De Riff Raff (The Rocky Horror Show) a Mark Cohen (Rent), de Seymour (Little Shop of Horrors) a Jonathan Larson (Tick tick boom), y se puede seguir la lista de extremos a los que tuvo que ir Federico Couts para encarnar todos estos personajes tan distintos entre sí . “Siento que todos somos un poco algo… todos somos un poco locos, un poco románticos, un poco caricaturescos. Es cuestión de hacer zoom a esa carta y trabajarla para el personaje que te toca encarar”, dice el multifacético actor.
Todo empezó cuando tenía 6 años y vio por primera vez la película Grease en VHS. Le llamaba mucho la atención que los personajes estén hablando y, de repente, canten. Vio tantas veces el film protagonizado por John Travolta y Olivia Newton-John que se sabía todas las canciones y eso, de alguna manera, le despertó curiosidad por el teatro musical. Empezó a involucrarse de a poco en el mundo artístico, disfrutando de las obras de teatro que visitaban su colegio, sumándose a coros… y aunque toda la vida tuvo buena memoria musical y le gustaba cantar, recién a los 16 empezó a salir a la luz su veta artística cuando armó su propia banda de rock. Sin embargo, el verdadero clic fue a los 18 años cuando tuvo la oportunidad de viajar a Londres con Matías Mayer y ver en primera fila el emblemático musical Los miserables. “Cuando salí del teatro pensé qué lindo sería poder hacer esto todos los días de mi vida, que ese sea mi laburo. Tener que hacer ocho funciones semanales, prepararte y vocalizar, ir al teatro todos los días. Veía a los actores saliendo con su mochilita, tomando el bondi o el subte, y pensaba ‘claro, este es su laburo’; y eso en la Argentina se veía tan lejano, el vivir del teatro”, argumenta el actor.
Y aunque le parecía una utopía, actualmente protagoniza dos importantes musicales en calle Corrientes : por un lado, La tiendita del horror de Alan Menken y Howard Ashman, que cuenta la historia de una florería en quiebra, sus dos empleados Audrey (Luli Chouhy) y Seymour Krelborn (Couts), y una planta muy particular que debe alimentarse con sangre humana. Y por el otro, Tick Tick Boom, el unipersonal que escribió y estrenó en Broadway en 1990 el mismísimo Jonathan Larson (compositor de Rent y Superbia), pero que fue adaptado por David Auburn para convertirlo en una obra para 3 actores luego de la muerte de su autor en 1996.
Aunque físicamente sólo implique cruzar la calle para ir de una obra a la otra, ya que la primera es en el Teatro Astral y la segunda en el Paseo La Plaza; artísticamente, los personajes que interpreta Couts son completamente opuestos el uno del otro. Pone cuerpo, alma y voz como instrumento para contar estas historias; pero a su juego lo llamaron: “me gusta mucho la versatilidad y la esquizofrenia en el buen sentido, cambiar mucho de personajes. Me encanta estar en obras donde tengo que interpretar a cuatro personas distintas. Soy muy inquieto, hasta en la vida soy muy camaleónico, me adapto mucho a los grupos en los que estoy . Me pasa con mi familia, con mi grupo de amigos de toda la vida, los del colegio, los de teatro. Sin querer te encontrás siendo un poquito distinto en todos lados”.
Este proceso de trabajo para intercambiar máscaras entre Seymour y Jonathan (y todos los personajes anteriores que hizo y los que hará), se basa en algo muy importante: el juego. El primer paso según Couts es “sacarse la letra de encima”, es decir, llegar a los ensayos con todo el libreto lo más sabido posible para predisponerse a jugar, sobre todo si es comedia (y encima una como La tiendita del horror). “El método que encarás en este tipo de obras está relacionado con el timing milimétrico, para que este chiste funcione tenés que esperar un segundo y decirlo de ‘tal manera’. Me gusta mucho la comedia, hacer reír y es algo que siempre me nació muy fácil y me sentí muy cómodo en ese lugar”, explica.
Bajo la dirección general de Axel Jeannot y de la mano de Seymour –el introvertido personaje– Couts fluye como pez en el agua. Sin embargo, ponerse en la piel de Jonathan Larson significó salir de la zona de confort y tirarse al precipicio de la mano de Ariel Del Mastro (director general) y Marcelo Caballero (director de actores). Tick tick boom es la historia autobiográfica del joven compositor, donde refleja el gran dilema que se le presenta cerca de cumplir los 30 años; las frustraciones, sentimientos y percepciones del artista preocupado por tomar la decisión correcta respecto de su carrera.
“Fue un desafío abismal en el sentido que tenía que abrirme, mostrar algo mucho más crudo, más sincero. Fue un proceso un poco traumático porque yo no estaba acostumbrado a este tipo de obras. Tanto Ariel como Marce son grandes directores, y me pincharon a tal punto que yo tal vez me sentía frustrado porque tenía miedo de no cumplir con lo que ellos querían. Pero estaban seguros de lo que buscaban y que yo lo podía dar, y en el mismo ensayo que les dije que me costaba llegar a la angustia –siguiendo sus indicaciones– terminé llorando en el piso”, comenta el actor.
En ambos casos, los personajes que le tocan interpretar son muy reconocidos por el público, pero Couts afirma haberse despojado de prejuicios que podían llegar a surgir por su interpretación. “Yo entrego todo lo que puedo entregar arriba del escenario, así no podés decir que no lo di todo. Pienso demasiado las cosas, y aprendí a confiar en la mano de quien me dirige porque sé que sabe el camino por dónde hay que ir”, expresa.
Y como si todo eso fuera poco, sacó del horno una noticia de último momento: en unas semanas se sumará al numeroso elenco de Come From Away , el multipremiado musical que está en escena en el Maipo, con un elenco de lujo y una producción que no tiene nada que envidiarle a Broadway.
Unos días anteriores a esta entrevista le habían dado el libreto, y Couts ya lo tenía todo subrayado con marcadores de colores, anotaciones a los costados sobre los arreglos vocales y los movimientos en escena. “Soy un poco obsesivo”, dice entre risas.
Otra de las tantas caras de la moneda
Aunque estudió Administración de Empresas (“por mandato familiar”), se define como un aficionado de la música y por eso siempre estuvo presente en su vida. Toca la guitarra como instrumento principal, y según sus dichos “bucea” en la batería, el bajo, la mandolina (que justamente aprendió a tocar para el personaje que interpretó en el musical Una vez en la vida).
El año pasado sacó su primer tema “No te vayas”, una reversión de una canción italiana de los años 40 con un poco de country; y llegó a oídos de Gustavo Yankelevich, uno de los grandes productores del ambiente artístico. Fue así como la voz de Fede se hizo presente en muchos hogares a través de la televisión, convirtiéndose en la cortina musical de una de las ficciones más importantes del año pasado: El primero de nosotros.
Y no termina ahí, Couts además de todo eso es productor audiovisual. Durante varios años se dedicó full time a dicho rubro, pero el teatro pudo más y tiró de la cuerda. Hoy acompaña desde el lado creativo a su amigo, el actor Gastón Soffritti, en Loft, un nuevo proyecto de streaming que tiene programas de distintos formatos.
Y así, tal cual un camaleón, va tomando formas diferentes, pero siempre de la mano de lo artístico y creativo, y sobre todo dejando el sello propio donde pisa. Siendo parte de 3 musicales en cartelera, y con mucha música propia en el tintero, Couts sigue abriéndose camino.
PARA AGENDAR
Tick Tick Boom
Lunes y martes, a las 20.30. En el Paseo La Plaza, Corrientes 1660.
La tiendita del Horror
Martes, a las 20.30, en el Astral, Corrientes 1639.
Come from Away
Viernes y sábados, a las 20.30; y domingos, a las 19.30; en el Maipo, Esmeralda 443.