Una femmina desmitifica a la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, a través del rol de sus mujeres

Una femmina, estreno del jueves 22
Una femmina, estreno del jueves 22

Una femmina: el código de silencio (Italia/2022). Dirección: Francesco Costabile. Guion: Francesco Costabile, Edoardo De Angelis, Serena Brugnolo, Adriano Chiarelli, Lirio Abbate. Fotografía: Giuseppe Maio. Edición: Stefano Mariotti. Música: Valerio Camporini Faggioni. Elenco: Lina Siciliano, Fabrizio Ferracane, Ana Maria De Luca, Luca Massaro, Simona Malato, Mario Russo, Vicenzo Di Rosa, Francesca Ritrovato. Calificación: apta para mayores de 16 años. Distribuidora: Mirada Distribution. Duración: 120 minutos. Nuestra opinión: buena.

La trilogía calabresa –Mediterránea (2015), A ciambra (2017), A chiara (2021)- de Jonas Carpignano, director italiano nacido en Nueva York, ofreció una mirada dura y descarnada sobre la ‘Ndrangheta, la mafia local nacida en el corazón del siglo XIX. En un estilo despojado y de crudo realismo, Carpignano eligió distintas voces jóvenes para explorar la dinámica de la región de Gioia Tauro en Reggia Calabria, desnudando las entrañas de una larga mitología. La ópera prima de Francesco Contabile, Una femmina, basada en el libro de investigación del periodista Lirio Abbate, elige otra estrategia de desmitificación, en tensión con el realismo y cercana al mundo interior de su personaje, Rosa (Lina Siciliano), una joven asediada por los recuerdos de su madre desaparecida y por el silencio de una familia que no acepta rebeldías.

Reacia a la romantización del cine de los 70 en Hollywood, desde la saga de El padrino hasta los hitos de Martin Scorsese –Calles salvajes, Buenos muchachos-, la tradición italiana ha pensado a la Mafia como un hecho presente, ajeno a aquella condición inmigrante presente en América, y signado por rituales dolorosos de pertenencia. Desde El día de la lechuza de Damiano Damiani hasta Gomorra de Mateo Garrone, las historias del crimen organizado retratan violencia y delación antes que ceremonias de resistencia frente a un orden autorizado. Por ello lo interesante de Una femmina es la posición de Rosa en el interior de un sistema dominado por el patriarca Salvatore Romeo (Fabrizio Ferracane), su tío y cabeza de familia, pero sostenido en el silencio de las mujeres que acatan las órdenes y validan la opresión.

Las primeras imágenes de la película presentan a Cetta (Francesca Ritrovatto) entre sueños –los de su hija Rosa, todavía niña– pero también los de un pasado que no distingue la verdad de la versión oficial. En el presente Cetta es palabra prohibida, y los Romeo combinan las actividades de la granja con el tráfico de drogas, hecho maldito y escondido. Lo que sigue es el lento despertar de Rosa a la verdad y la venganza, que asume un derrotero más poético que policial, asumiendo el desafío a la ‘Ndrangheta como la cruzada de todas las mujeres que la antecedieron.

Una femmina (Mirada Distribution).
Una femmina (Mirada Distribution).

Sin apartarse de ciertas convenciones en torno al romance y los códigos de los relatos sobre la mafia, Una femmina condensa su hipnotismo en la fuerza de su protagonista, Lina Siciliano, capaz de dar a Rosa una expresión esquiva a las más simples interpretaciones. De hecho su mayor batalla no se celebra con el tío déspota sino con la abuela Berta (Ana María De Luca), corazón protector del clan y verdadera custodia del silencio familiar. “Esta casa debe estar maldita” se lamenta Berta al vislumbrar el fracaso de sus nietos en la preservación del legado: Natale (Luca Massaro) por debilidad: Rosa, por desobediencia. Esa disputa entre mujeres, que revela los dobleces de un patriarcado sostenido también por sus víctimas, es lo que enriquece la mirada de Costabile sobre un mundo demasiado conocido para el cine.

Opaca y teñida de colores ocres, la Calabria de Una femmina trasmite una belleza dolorosa e irrenunciable, un paraíso plagado de muerte y resignación, cuyo cementerio aloja las más terribles tragedias. Desde esas colinas donde se vislumbra la ciudad, con el canto de un amante condenado, Rosa lucha por la verdad de todas las mujeres que fueron silenciadas.