Fernando Colunga, de galán de telenovelas a secuestrador asesino en nueva serie
Galán de las más exitosas telenovelas mexicanas, Fernando Colunga se alejó de la televisión durante casi siete años y ahora vuelve con un personaje muy distinto a los que hizo en La usurpadora, Soy tu dueña, Marimar, María la del barrio y tantas más. Se trata de El secreto de la familia Greco, una miniserie de 10 capítulos que se estrena el viernes 4 de noviembre en Netflix y está basada en Historia de un clan, sobre la vida de la familia Puccio, en la que Colunga interpreta a Aquiles Greco. Aunque la historia está adaptada y transcurre en México, se filmó íntegramente en Buenos Aires por lo que el actor vivió durante varios meses en el país. Sin embargo, pudo conocer poco porque se trabajaba con protocolos estrictos por la pandemia de Covid-19. Además estaba tan compenetrado en su interpretación que se lo vio algo desmejorado y hasta corrieron rumores alarmantes sobre su salud. “Hicimos un trabajo de corporalidad porque es un hombre que tiene diferentes vicios y todo lo que le sucede no se da gratuitamente”, confiesa Colunga en una charla exclusiva con LA NACION.
La historia transcurre en los años ‘80 en Jalisco, México, y se centra en los Greco, quienes lejos de ser una familia tradicional, esconden un clan de delincuentes que secuestra, tortura y asesina a sus víctimas si no consiguen millonarios rescates en efectivo.
-Debiste hacer un cambio físico importante para interpretar a Aquiles Greco, tanto que corrió el rumor de que estabas enfermo...
-Así es. El trabajo de caracterización que hicieron mis compañeras fue impresionante porque no recurrieron a ningún tipo de prostético en la cara y todo se hizo a base de tintas, de sombras. Muy complejo. Estoy muy contento con el resultado.
-Hacía siete años que no trabajabas, tu última novela Pasión y poder, fue en 2015, ¿alejarte fue una decisión personal?
-Fueron casi siete años y en ese tiempo no me vieron en televisión, pero no me alejé del medio. Estuve escribiendo, produciendo, siempre activo. Y tenía ganas de encontrar un proyecto como El secreto de la familia Greco, con un equipo que confió en mí y puso en mis manos a un personaje como este. Es un proceso que llevó mucho tiempo. El primer acercamiento fue a través de Marcos Santana que me propuso ver la serie Historia de un clan y conocer a Sebastián Ortega. Aquiles Greco es un personaje bastante distante a mí, con un montón de recovecos y empezamos a prepararlo inmediatamente. Sabíamos lo complejo que es abordar un personaje como este. Una de las cosas que me llamó la atención es que, al estar involucrados los autores que originalmente tuvieron este texto, se decidió potenciar más la historia. Estoy muy contento con el trabajo que se hizo y con el recibimiento que me dio el equipo de argentina. Los extraño mucho y cada vez que hablo con Sebastián se lo digo. Fue una gran experiencia que tengo en mi corazón.
-¿Cómo te sentiste en la piel de un personaje tan alejado a los que habías abordado hasta ahora?
-Conocía bien la historia. Lo preparé durante un año y medio y tuve tiempo de leer artículos, ver videos originales, entrevistas. Es muy complejo entrar a un personaje de estos y tratar de entender su psicología para poder desarrollarlo. Fue un trabajo de nueve meses, tuve el apoyo de una actriz muy querida, Patricia Reyes Espíndola, que me ayudó mucho y juntos analizamos todo, hasta por qué decía “buenos días”. Hicimos un trabajo de espejo y de corporalidad porque es un hombre que tiene diferentes vicios y todo lo que le sucede no se da gratuitamente, al menos desde el punto de vista que lo abordamos nosotros.
-En las otras versiones de esta historia, actores de diferentes perfiles interpretaron el mismo personaje: Alejandro Awada en Historia de un clan, y Guillermo Francella en la película El clan. ¿Te preocupó parecerte a ellos?
-Respeto mucho el trabajo que hicieron mis otros compañeros. Es un gran trabajo. La ventaja y la diferencia es que al estar involucrados quienes le dieron vida al proyecto, lo dimensionaron y lo llevaron a otro punto. Hice un Aquiles en otra dimensión, ni mejor ni peor. Cualquier actor que interprete este personaje requiere de mucha disciplina y capacidad. Ahora está contado de otra forma y es lo atractivo. Lo que se logró con este personaje tiene varias capas que pueden darle una fortaleza importante.
-Toda la serie se filmó en Argentina, aunque sucede en México de los años ‘80. ¿Habías visitado Argentina?
-Curiosamente no. Fue mi primera vez. En dos ocasiones estuve a punto de ir, y por una u otra razón no se dio. No pude pasear porque estuve en uno de los momentos más difíciles de la pandemia, a finales del año pasado y principios de este. Y mantuvimos protocolos muy importantes para poder sacar adelante el proyecto. Las salidas eran limitadas. Además cuando trabajo me aboco a eso, prefiero concentrarme y no distraerme. Me sentí como en mi casa desde que llegué. Tenía muchas expectativas por saber cómo se iba a trabajar. Había visto trabajos del director, Alejandro Ciancio, y de Ortega, para entender visualmente cuál era su manera de expresarse. Pero no sabes cuál va a ser el trato ni cuánto tiempo va a llevar entrar en una sinergia de trabajo, y fue inmediato para mi grata sorpresa.
-Es un personaje diferente a los galanes que te hicieron famoso en el mundo entero. Siempre te amaron y te van a odiar, ¿te preocupa?
-(Risas). Sí, tiene sus cosas que son muy fuertes. Yo empecé mi carrera siendo antagonista, pero Aquiles es un personaje de otras dimensiones. Mi expectativa es que el público se entretenga, que les guste el trabajo, que encuentren esa otra faceta que a veces es difícil mostrar. En teatro hago otro género diferente a las telenovelas; hago mucha comedia o farsa y la gente que regularmente está habituada a verme en televisión se sorprende porque no me habían visto en otros géneros. Espero que esto cumpla porque hice mi trabajo con profesionalismo y cariño, y quiero que gocen con este personaje tan oscuro y siniestro y con esta familia que es un eslabón que coincide y va hacia adelante.
-¿Cómo te adaptas y te insertas a los nuevos lenguajes audiovisuales?
-Creo que la actuación es universal, viene de los griegos, de toda la vida. La expresión y el sentimiento se adaptan al aquí y ahora. Cambiaron los formatos, pero tocamos las mismas fibras.
-¿Vas a alejarte por siete años más?
-(Risas) ¡No! Ya terminé otro proyecto también. Me gusta mantenerme activo y creo que el público merece que seamos lo más selectivos posibles. En mi humilde opinión, hay que creer cien por ciento en lo que haces para que no queden dudas qué se dio de sí mismo.
-¿Estás ansioso por el estreno?
-Sí, claro, el día que uno deje de soñar ya no tiene que dedicarse a esto. Siempre tengo esa emoción. El saber que trabajé para mi público y esperar que esté contento con el resultado me da una emoción indescriptible. Espero que lo disfruten como lo disfrutamos todos.