Festival de Cannes: Harrison Ford se despidió de Indiana Jones entre piropos y alabanzas que lograron sonrojarlo: “Fui bendecido con este cuerpo, gracias por notarlo”
CANNES – “Estoy muy conmovido por esto. Dicen que cuando estás a punto de morir ves la vida pasar por delante de tus ojos y yo acabo de ver mi vida pasar ante mis ojos, una gran parte de mi vida, pero no toda mi vida”, dijo en el escenario de Cannes un emocionado Harrison Ford. El actor acaba de recibir una Palma de Oro a la trayectoria sorpresa la noche en la que el festival de cine más importante del mundo estrenaba mundialmente Indiana Jones y el dial del destino, que con dirección de James Mangold cierra la saga inaugurada por Steven Spielberg en 1981 con Los cazadores del Arcca perdida, en una gala tuvo sus momentos divertidos, emocionantes e incómodos por igual para el legendario protagonista que se convierte con ocho décadas cumplidas en el héroe de acción más veterano del cine hasta el momento.
Al mediodía siguiente Ford, Mangold, los históricos productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall junto a buena parte del elenco de la película se hicieron presente en la multitudinaria conferencia de prensa a la que asistió LA NACION y que tuvo situaciones divertidas, de enorme emoción, pero, sobre todo, la sensación colectiva de estar asistiendo a un momento histórico: la despedida de Indiana Jones de la pantalla grande corroborada desde lo artístico por Harrison Ford, pero también por el tajante “No” que Kennedy, presidenta de LucasFilm, brindó al momento de responder si con la tecnología sería factible la existencia del joven rostro de Ford más allá de su verdadera existencia como Indiana Jones en otras películas.
“Yo sé que es mi cara”, dijo Ford al responder sobre los minutos iniciales de El dial del destino que lo devuelven al escenario de la Segunda Guerra Mundial y a su eterna lucha contra la posesión de tesoros arqueológicos por parte de los nazis. “ No es solo un mágico Photoshop porque es como lucía hace 35 años atrás, ya que LucasFilm tiene gran cantidad de fotogramas que hicimos juntos durante todos estos años y fue un proceso científico sobre este banco de imágenes ”, confirmó sobre el rejuvenecimiento que vive el personaje.
Pero de una expectativa dominada por la memorabilia sobre el personaje previo a la llegada del astro, la conferencia pasó a ser una reflexión sobre algo que involucra a la propia trama de la película: el paso del tiempo. En la historia, Indiana se ve involucrado en la recuperación de un dial inventado por Arquímedes que puede permitir viajar en el tiempo y cambiar el curso de la historia. En la vida real, las ocho décadas de Harrison Ford se reflejan más en su carácter que en su físico, que destacó una periodista acreditada cuando le dijo: “Creo que seguís estando muy bueno y nos quedamos atónitos al verte sin camisa en la segunda escena”. El piropo hizo sonrojar al astro y provocó la hilaridad del auditorio y de sus pares en la mesa: Mads Mikkelsen, Phoebe Waller-Bridge, Ethann Isidore, Boyd Holbrook y Shaumette Renée Wilson. El comentario le permitió a Ford luego volver sobre el tema para decir: “He sido bendecido con este cuerpo, gracias por notarlo”.
Antes, Ford había simulado su pesar al depositar su cabeza con un gesto de desconsuelo en el hombro de Mangold cuando Shaunette Renée Wilson, de 33 años, señaló: “Esta película habla sobre cómo vivimos el paso del tiempo, el presente y el pasado. Y, por fuera de verme en la pantalla, lo que es un honor artístico, Indiana Jones es de antes de mi tiempo”. La experiencia del joven actor Ethann Isidore es parecida: veía las películas de Indiana Jones junto a sus padres. “Pienso que una de las grandes cosas de trabajar con Harrison, además de que claramente él es una estrella, una leyenda, lo que quieran, es que es un actor y su mirada buscando el ‘por qué’ de las cosas es un placer”, sintetizó Mangold. Al escucharlo, Ford que se mostró agradecido y deseoso de continuar en actividad, aunque en Cannes le dijera adiós a Indiana Jones: “ Mi suerte ha sido trabajar con gente increíblemente talentosa para encontrar mi propio camino entre esos genios sin que me den una patada cuando las cosas no salían tan bien como uno buscaba. Pero me permitieron continuar y, en apariencia, todavía puedo seguir trabajando y quiero eso en mi vida, tener ese desafío ”.
El film, que el realizador dotó de ritmo y entretenimiento, aunque también de cierta relativa frialdad, supera -y con creces- la anterior entrega y resume con acierto todos los tópicos que los fans desean ver de Indiana Jones. Fue recibido con entusiasmo por parte de la prensa acreditada y ovacionado por los fans que (en la función desarrollada en la sala Lumiere) tampoco se privaron de aplaudir los icónicos títulos finales, donde el increscendo fue para Harrison Ford pero también para el autor de la partitura del film, el no menos legendario John Williams.
Ese fue el prólogo elegido por el moderador de las presentaciones, un versátil Didier Allouch, mientras se aguardaba la llegada del elenco a la conferencia cuando invitó a la prensa a tararear: “Tatarata, tararaaa, tatarata tata ra ra ra”, el estribillo que junto al sombrero y al látigo pertenecen al propio ADN del personaje. Esa atmósfera fue lo primero que sintetizó el actor frente a la prensa: “La proyección fue indescriptible. Hay una calidez en Cannes, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, la acogida increíble, todo eso me hizo muy bien”. Las estruendosas ovaciones de los fans que poblaban las instalaciones del Palais des Festivals marcaban también el tiempo de aproximación a la sala de prensa en la que un periodista brasilero resumió el sentimiento colectivo por la culminación de una historia que forma parte de las últimas cuatro décadas de la gran historia del cine: “Gracias por existir”.