De la ficción a la realidad: la curiosa relación de la banda Haim y de sus padres con el director de Licorice Pizza

Además de Alana, en Licorice Pizza tienen participación sus dos hermanas en la vida real; juntas forman Haim, el trío de rock que logró un gran crecimiento los últimos años
Dave J Hogan

La buena repercusión de Licorice Pizza, la última película del Paul Tomas Anderson, puso en la mira de la prensa y el público masivo a Haim, una banda integrada por tres hermanas que ya tiene casi una década de carrera y tres discos editados, todos con un estilo marcadamente retro: el soft-rock de los 70, el synth-pop de los 80 y el R&B de los 90, casi siempre con ligeras actualizaciones, en manos de tres chicas con una formación musical sólida, todas capaces de manejarse con soltura con más de un instrumento (guitarra, bajo, batería, teclados) y sobre todo con un charm y una frescura en escena que las vuelve magnéticas.

Algo de eso se nota en el clip de “Want You Back”, un single de 2017: las hermanas caminan por un calle desierta de Los Ángeles e improvisan una coreografía informal que las une y al mismo tiempo las diferencia para dar debida cuenta de la singularidad de cada una.

Estrenada hace dos semanas en Argentina, la película del director californiano de Magnolia, Boogie Nights: juegos de placer y Petróleo sangriento vendió hasta el momento unas 30 mil entradas -una buena cifra para una producción alejada de la lógica de los tanques de Hollywood, sobre todo en estos tiempos de pandemia que han limitado en forma notoria el hábito de ir al cine- y se ganó con justicia críticas elogiosas y mucha conversación en redes sociales.

Parte del éxito del film tiene que ver con el carisma evidente de sus protagonistas, Cooper Hoffman -hijo de Philip Seymour Hoffman, gran actor neoyorquino fallecido de una sobredosis en 2014, muy valorado por Anderson- y particularmente Alana Haim, dueña de un encanto indudable y nominada por su papel -debut en el cine- en los premios Bafta y los Globo de Oro.

Alana tiene hoy 30 años, pero en la ficción interpreta a una chica un poco más joven, aunque notoriamente mayor que ese adolescente con acné y una fisonomía que recuerda vagamente a la del Brian Wilson (Beach Boys) cachorro. Su personaje nos captura en parte por las dualidades que presenta: caprichoso pero generoso, indeciso pero valiente, tan capaz de ser antipático como cálido. Una chica criada en un hogar de clase media judío donde sobran los controles asfixiantes que decide rebelarse con elegancia, pero una elegancia cabalmente entendida en sus propios términos.

Alana, Danielle y Este Haim en Las Vegas, en septiembre de 2021
Jeff Kravitz


Alana, Danielle y Este Haim en Las Vegas, en septiembre de 2021 (Jeff Kravitz/)

Licorice Pizza -que ya lleva recaudados más de 20 millones de dólares en todo el mundo y tiene una excelente banda sonora que incluye un melancólico instrumental de Johnny Greenwood (Radiohead), que es el motivo principal y clásicos de Chuck Berry, Nina Simone, David Bowie, The Doors y Paul McCartney & Wings- es un empujón nada despreciable para la carrera de Haim, el grupo que Alana fundó con sus hermanas mayores, Este y Danielle. Las tres son hijas de un exfutbolista israelí que se mudó a Estados Unidos para jugar allí profesionalmente en los años 80 y una profesora de arte de la que Paul Thomas Anderson ha confesado haber estado alguna vez enamorado. Las chicas empezaron formando parte de una banda familiar llamada Rockinham, que básicamente hacía covers de canciones de Tom Petty y Fleetwood Mac con mucho del espíritu del sonido de Laurel Canyon -uno de los revivals musicales y espirituales en boga- como modelo preferido.

Anderson, vecino de la familia en el valle de San Fernando (Los Ángeles), las conoce hace mucho y dirigió varios videoclips de Haim, además de encargarse de la dirección artística del último disco del grupo, Women in Music Part III. Ese trabajo en sociedad fue clave a la hora de considerar a Alana como una buena candidata para protagonizar Licorice Pizza. En realidad, la película está claramente pensada para que ella se luzca. La soltura con la que se mueve frente a la cámara está obviamente relacionada con la confianza. La Alana de la vida cotidiana, asegura el director, se parece mucho a la de la ficción. De hecho ni siquiera hizo falta elegir un nombre alternativo para el personaje: en la película Alana es Alana.

El primer show de Haim fue en una tienda de delicatessen de Los Ángeles, y lanzamiento debut de su carrera fue “Forever”, un EP de tres temas que cautivó muy pronto al cineasta. Se dice que Anderson les propuso un encuentro para cenar y ahí mismo descubrió que eran hijas de Donna Rose, su maestra de arte en primaria y también centro de algunas fantasías amorosas durante sus años mozos. En Licorice Pizza hay cameos de toda la familia, pero Donna es la que menos aparece.

La música de Haim -compuesta e interpretada por chicas que en su adolescencia jugaban en casa a imitar a las Spice Girls- es deliberadamente convencional. La combinación de un sonido pulido, prolijo con la patente astucia del trío para componer canciones pop cargadas de yeites que enganchan a los amantes de los charts fue recibida con los brazos abiertos por la industria, una aceptación traducida en tres nominaciones para los Grammy con las que fue distinguido Days Are Gone (2013), el disco debut de la banda, y la chance de girar como telonera de Taylor Swift, Rihanna, Florence and the Machine y Mumford & Sons. La convocatoria de Stevie Nicks para que la apoyen en una versión en vivo de “Rhiannon”, clásico de Fleetwood Mac de mediados de los 70, confirmó la buena estrella del proyecto yfue un gran mimo de una referente ineludible. ¿Quién no desea algo así?

Este, Danielle y Alana asisten a la Cena Chanel, en Miami, en diciembre de 2021
Sean Zanni


Este, Danielle y Alana asisten a la Cena Chanel, en Miami, en diciembre de 2021 (Sean Zanni/)

Las Haim no son improvisadas. Este se licenció en etnomusicología en la UCLA y Danielle se fogueó en vivo como percusionista del proyecto solista de Julian Casablancas, el célebre y talentoso cantante de The Strokes, y también fue parte de la banda de Cee-Lo Green. Al margen de su educación musical formal, Alana creció al calor de la influencia de sus dos hermanas mayores y en un ambiente familiar donde todo el tiempo sonaban discos de los Beatles, Joni Mitchell, Cat Stevens y Santana. Pero lo que importa es que claramente hay algo en ellas que seduce: Jay-Z, Major Lazer y Kid Cudi también pusieron la mira en Haim, el primer grupo femenino (el proyecto es de las tres hermanas, más allá de los músicos que puedan sumarse en el vivo) que ganó el premio BBC Sound y sorpresa vitoreada del festival de Coachella en 2018.

La participación como productores de Dev Hynes (Blood Orange) y Rostam Batmanglij (Vampire Weekend) en Something To Tell You (2017), el segundo álbum de Haim, le sumó prestigio al proyecto: se trata de dos artistas muy valorados de la escena alternativa que les guiñaron el ojo a la hora de facturar un repertorio inspirado en el pop mainstream de los 80 y los 90, compuesto con la colaboración de Ariel Rechtshaid, líder del sexteto de ska-punk The Hippos. En Something To Tell You se reconocen de inmediato las inspiraciones de Haim: Sheryl Crow, Shania Twain, Amy Grant, Pat Benatar, Cindy Lauper, los venerados Fleetwood Mac. Es un disco esencialmente vintage porque parece planeado para encajar a la perfección en la receta acumulativa de la rotación radial, una aspiración de otra época, una lógica no necesariamente idéntica a la del consumo más voluble de la era del streaming.

Haim
KEVIN WINTER


Haim (KEVIN WINTER/)

El último disco de la banda, Women In Music, Pt. III, apareció en 2020. La pandemia impidió la gira de presentación planificada originalmente, pero acaba de anunciarse oficialmente, ahora sí, el “The One More Haim Tour”, que arranca en abril en Las Vegas y sigue hasta mediados de junio con cerca de treinta shows más por todo Estados Unidos. En el track de apertura, un saxo meloso introduce a un tema de alma caribeña (“Los Ángeles”), pero tanto ese clima relajado como el título del disco parecen teñidos de una gris ironía.

En muchas de las entrevistas que las Haim hicieron para promocionarlo, las tres hablaron de los traumas personales con los que llegaron esta vez al estudio: Alana recordó el doloroso fallecimiento de su mejor amiga, a los 20 años; Este se refirió a los problemas continuos que le provoca su diabetes y Danielle dio detalles de la depresión en la que cayó cuando le detectaron un cáncer a su pareja, Ariel Rechtshaid.

Las hermanas Haim sufrieron un susto de salud en su círculo íntimo mientras grababan su nuevo disco y cuando quisieron presentarlo no pudieron por la cuarentena global
Yana Yatsuk


Haim (Yana Yatsuk/)

Siempre hay una gota de bitter en el cocktail de las Haim, incluso en el insinuante r&b “3 AM”, un tema que podría ser parte del catálogo de Beyoncé o Rihanna pero habla de bajón anímico e insomnio, o en “Another Try”, otra canción de apariencia plácida que parece arrancada de un disco de Madonna de los 80 y que se pregunta capciosamente por la eficacia de las segundas oportunidades en la vida una pareja. Esa capacidad para jugar con las apariencias engañosas es uno de los pilares de un disco en el que, por lo demás, abundan de nuevo los homenajes: podemos imaginar en las raíces de “Summer Girl” algo del famoso tarareo de Lou Reed en “Walk On The Wild Side” y observar una mimetización completa con la personalidad mágica y legendaria de Joni Mitchell en “Man From The Magazine”.

No hay en la música de Haim un deseo de novedad o experimentación. Pero en el universo del pop, el carisma -esa gracia divina que, decíamos antes, también fortalece a la adorable pareja protagónica de Licorice Pizza- no es un atributo menor. Las chicas tienen ángel y esa bendición luce natural. Las beneficia con el poder que suele recargar en el mundo del espectáculo a quienes transmiten espontaneidad, un don que en este caso funciona virtuosamente como la otra cara de una moneda que hemos visto cientos de veces.