Filosofía, hipocresía y poder llegan a la Berlinale con "Séneca"
Berlín, 20 feb (EFE).- Alta filosofía, pura hipocresía, el poder y su fuerza implacable aterrizaron este lunes en la Berlinale de la mano de "Seneca", un filme dirigido por el alemán Robert Schwentke y protagonizada entre otros por John Malkovich y Geraldine Chaplin en sus papeles principales.
"Seneca - on the creation of eartquakes" (Séneca - sobre la creación de los terremotos) participa en Berlín dentro de la serie Especial y con gala este lunes y propone las ideas, controversias, polémicas y posturas que el filósofo nacido en la Hispania romana aportó a la historia del pensamiento, sobre todo en relación con el emperador Nerón.
El filme comienza precisamente con una clase de retórica de Séneca (muerto en el año 65 de nuestra era) a Nerón: la diferencia intelectual entre ambos queda patente en las imágenes del filme de Schwentke (Stuttgart, 1968) y dará la pauta del comportamiento futuro del tirano.
Es en ese año de la muerte de Séneca en el que se sitúa la acción de la película. El déspota romano, al que su súbditos se dirigen como "el presidente", reacciona con violencia e ira. Hará ordenar a Séneca que se suicide y el momento de la muerte del filósofo es el clímax de la cinta.
Nacido en Córdoba en una fecha no precisada en torno al año cero de la era actual, Séneca fue trasladado a Roma cuando apenas tenía tres años de edad.
En la capital del Imperio se educó y allí llego a ser maestro de retórica. Su interés se dirigió hacia la escuela del estoicismo fundada por el griego Zenón.
Su gran oratoria le permitió realizar una fulgurante carrera política que desató envidias en la corte, donde fue falsamente acusado de adulterio, por lo que se vio forzado a exiliarse en Córcega en el año 41 después de Cristo.
El pensador permaneció ocho años en esa isla, hasta que fue reclamado de nuevo para hacer las veces de tutor del joven Nerón, quien le mantuvo a su lado como asesor cuando alcanzó el poder como emperador de Roma.
El filme plantea diversas aproximaciones de sus personajes a las relaciones de poder entre la élite y las clases altas, así como la hipocresía de estas cuando se trata de congeniar con aquél, en un evidente ejercicio de referencias al presente que los responsables de la película no olvidaron mencionar.
"La filosofía siempre fue un tema importante. Estudié filosofía después de varios semestres para pasarme al cine pero ha seguido siendo algo que he querido. ¿Me ha hecho mejor o más listo? No lo creo, ojalá hubiera sido verdad", reconoció el realizador ante la prensa que cubre el festival.
Chaplin (Santa Mónica, EE.UU., 1944), se refirió a su padre cuando en conferencia de prensa se le preguntó si el cine sirve para cambiar las cosas, si ser testigo de semejantes comportamientos, como los de Nerón sobre todo, hace posible reorientar el rumbo de la historia.
"La gente hace cine esperando que pueden cambiar las cosas, pero las cosas de hecho no cambian en absoluto", dijo Chaplin, que interpreta en la cinta a Lucia, del grupo de amigos de Séneca a quienes este intenta justificar su actitud con el tirano Nerón.
"Los ricos son siempre los ricos y se hacen más ricos y los pobres más pobres. Y hay guerras, y hay terremotos (...) Mi padre hizo 'El Gran Dictador' hace como setenta años y creyó que eso cambiaría el mundo", recordó sobre el gran clásico en el que Charles Chaplin parodió a su contemporáneo Adolf Hitler.
"Y solo consiguió hacer reír a la gente, lo que es fantástico, porque reír es la mejor arma que puedes tener y esta película es muy divertida, yo creo que es muy divertida. ¡Es que nunca se muere!", bromeó la actriz sobre la muerte de Séneca en el filme.
Malkovich (Christopher, Illinois, EE.UU., 1953, admitió a preguntas de los periodistas que el papel es intenso en palabras y que obviamente no le costó memorizar tantas porque lo lleva en la profesión, aunque sí tuvo un momento para reflexionar sobre que el trabajo de los actores es ahora diferente porque no hay tanto tiempo entre toma y toma como hace años.
Javier Alonso
(c) Agencia EFE