La firma de lujo Pucci en el ojo del huracán por su último anuncio "vulgar y sin clase"
El comercial titulado "Eat my Pucci" ha generado gran polémica y los admiradores de la firma aseguran que se aleja de la elegancia clásica imbuida en su ADN.
La marca Pucci está en el ojo del huracán por su último anuncio que muchos han tildado de "vulgar" y "sin clase".
Pero remontémonos al principio de su historia para entender el contexto. En 1947, el Marqués de Barsento Emilio Pucci decidió crear su propia firma de moda inspirado por los ambientes en los que se movía: su palacio familiar en Florencia, los Alpes Suizos y los exclusivos resorts de la isla italiana más glamorosa de la época: Capri. En aquella época, los años 50, las mujeres se sentían liberadas y buscaban una moda que no les encorsetara tanto como en décadas anteriores.
Bautizado como "el príncipe de los estampados" por los motivos gráficos únicos de sus prendas, Pucci fusionaba dibujos abstractos, figuras geométricas y patrones inspirados en Palio de Siena, Bali Batiks, África y mosaicos sicilianos. Todo esto en una combinación sofisticada de tonalidades brillantes de amarillo limón, rosa bugambilia, lila, azul azure y verde almendra, refrescantes y apetecibles para esa mujeres más activas, que disfrutaban al aire libre.
Su estilo refinado y despreocupado pronto conquistó a celebridades y socialités como Grace Kelly, princesa de Mónaco, Marilyn Monroe, Sophia Loren o Jackie Kennedy es decir, la crème de la crème. Sus trajes casuales de dos piezas de seda y sus mascadas estampadas eran un must-have entre la alta sociedad.
Quizá por eso ha llamado tanto la atención su último anuncio. Casi 80 años después de su fundación y en un claro ejemplo de apelar a un público más joven, la firma, nacida no olvidemos de la aristocracia italiana, publicaba hace dos días este comercial protagonizado por la modelo Amelia Gray.
Gray, sentada en una silla, ataviada con pantalones de mezclilla y una camiseta transparente multicolor bajo la que se ve la ropa interior, dice "Eat my Pucci. Mmm. Yummy" (Cómeme el Pucci. Mmm. Sabroso) y da un bocado a su bolso, que está hecho de pastel.
Los mensajes en contra de la campaña no se han hecho esperar. "Marca icónica, anuncio de mal gusto", "¿Quién está al mando? Están destruyendo una marca que durante años ha sido símbolo de belleza y elegancia", "Me encanta Pucci pero no este anuncio", "No tiene clase", "Incluso una marca de herencia como Pucci necesita este tipo de publicidad, qué decepción", "Este anuncio me hace sentir incómoda", "No es necesario para una marca tan icónica" o "Falta de creatividad" fueron algunos de los comentarios que pudimos leer.
Por cierto, el bolso que protagoniza el anuncio, el de verdad, no el pastel, está disponible por $1,205. En los últimos años celebridades como Cardi B, Jennifer López o Karol G han mostrado su aprecio por la marca luciendo sus diseños.
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Quizá ha llegado un momento en el que la marca, por la evolución de la sociedad, ha dejado de estar de moda y necesitaba dar qué hablar. Quizá esas mujeres glamorosas, siempre divinas, la jet-set que veraneaban en Capri y esquiaban en los Alpes, ya no existen. Quizá Pucci se halla en la búsqueda de un nuevo público para sus fabulosas creaciones.
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