La cara oculta del vino español no es para estar muy orgullosos

El vino español cada vez está mejor considerado fuera de nuestras fronteras. Si antes solo se conocían denominaciones de origen como Rioja o Ribera del Duero, de un tiempo a esta parte otras como Rías Baixas, Priorat o Jumilla -que ha llegado incluso a colocar sus vinos en la ceremonia de los Oscar- son cada vez más conocidas en el exterior. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y hay quien quiere sacar tajada del buen momento que vive el sector vitivinícola español pero haciéndole "pupa".

En el sector del vino español hay un gran porcentaje de fraude. Foto: Getty Images
En el sector del vino español hay un gran porcentaje de fraude. Foto: Getty Images

Según los datos de EIT Food, organización alimentaria no gubernamental que cuenta con el apoyo de la Unión Europea, España es el país comunitario con más fraude alimentario en sus productos de origen. En este sentido, EUIPO, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, al rastrear el fraude del mercado del vino y las bebidas alcohólicas en España en 2019, detectó 438 millones de euros estafados. La industria agroalimentaria pierde cada año entre 30 y 40 mil millones de euros debido al fraude.

Uno de los casos más sonados se destapó a finales de 2021. Una operación de los Mossos d'Esquadra descubrió que una empresa de Tarragona colocó hasta 50 millones de botellas de vino de granel identificado con etiquetas falsas de las denominaciones de origen Priorat (caracterizada por sus altos precios en el mercado), Montsant y Terra Alta.

La inclusión de tintas invisibles es un buen sistema de control frente al fraude. Foto: Getty Creative
La inclusión de tintas invisibles es un buen sistema de control frente al fraude. Foto: Getty Creative

Este ejemplo muestra una de las técnicas habituales entre las mafias y los falsificadores para engañar al consumidor: la sustitución del producto original por otro de menor calidad, en este caso, apelando a un falso origen geográfico o simulando el aval de una denominación de origen sin que sea tal. En otras ocasiones se juega con un etiquetado erróneo. Lo malo no es solo que el consumidor invierta dinero en un producto que no es tal, sino que, en ocasiones, se mezcla el vino con otras sustancias que pueden resultar perjudiciales para la salud.

El escenario actual, además, no hace más que poner el caldo de cultivo para que la situación vaya a peor. La escalada de precios de productos básicos que se ha producido en los últimos meses es un escenario perfecto para que mafias y mercados ilícitos aprovechen la coyuntura para introducir en los mercados estos productos adulterados o de procedencia dudosa que ponen en riesgo la credibilidad de las empresas y, sobre todo, a los propios consumidores.

¿Cuál es la solución para evitar que el consumidor pueda resultar engañado? Desde SICPA, multinacional suiza con gran implantación en España que cuenta con soluciones de seguridad material y digital para luchar contra esta lacra en la economía actual, y que trabaja desde hace años para combatir el fraude alimentario, dan varias soluciones para acabar con esta lacra. Algunas de ellas ya han sido implantadas, por ejemplo, en la industria del vino, conservas, aceites, licores, productos de denominaciones de origen con el queso o el azafrán de La Mancha, etc.

Los códigos QR ayudan a asegurar la trazabilidad del producto. Foto: Getty Creative
Los códigos QR ayudan a asegurar la trazabilidad del producto. Foto: Getty Creative
  • Tintas de alta seguridad. La marcación segura de estos productos se efectúa mediante etiquetado o marcación directa en estos productos envasados utilizando tintas de alta seguridad, que en algunos casos invisibles al ojo humano. Estas tintas proporcionan una robusta medida de seguridad adicional.

  • Trazabilidad y serialización del producto. Esta técnica consiste en enlazar el producto no solo a una prueba de autenticidad sino también a un número de serie o código que hace que este producto sea más específico o incluso único (es como si se le asignara un DNI). Un ejemplo típico son los códigos QR. Cuando tales códigos se aplican para un lote de producción o para un envío facilitan el seguimiento a lo largo de la cadena de suministro o proporcionan al cliente final esa información.

El más alto nivel de seguridad se alcanza cuando se combinan ambos métodos. En este sentido, SICPA ha dado un paso más con el desarrollo de unos QR con capas de seguridad material. Algunas de ellas están precisamente pensadas para la industria del vino. Un ejemplo son los sistemas antifraude en las cápsulas que rodean el precinto de los corchos de las botellas y el empleo de QR con tintas de seguridad que permiten una perfecta trazabilidad del sistema a lo largo de toda la cadena de distribución. Estos códigos QR están igualmente presentes en las botellas de aceite de oliva virgen u otras bebidas espirituosas también con denominaciones de origen, así como en precintos de garantía de muchos productos alimenticios,

Si todas las bodegas y denominaciones de origen adoptaran estas medidas de seguridad, lo que estaría claro es que se despejarían las dudas sobre si lo que está tomando cada uno es un rioja o no... Nada de dudas al respecto, vamos... y la credibilidad del vino español a prueba de sospechas malintencionadas.

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