Freddie Prinze Jr. expone la tacañería de Hollywood incluso cuando hay millones de por medio
Freddie Prinze Jr. fue el protagonista de Scooby-Doo, la adaptación en imagen real de la famosa serie animada que Warner Bros realizó en 2002. La película, que también contó con rostros como los de Sarah Michelle Gellar, Matthew Lillard, Linda Cardellini, Rowan Atkinson, o Isla Fisher, fue un éxito de taquilla y recaudó 275,6 millones de dólares en todo el mundo, lo que irremediablemente llevó al estudio a poner en marcha una secuela. Sin embargo, la tarea de traer a sus protagonistas de vuelta no fue sencilla, y llevó a plantear decisiones drásticas respecto al sueldo de su actor protagonista.
Así lo ha contado el propio Prinze Jr. en una entrevista con Esquire, que, en medio de la promoción de su nueva película Navidad contigo para Netflix, ha desvelado que los responsables de Scooby Doo, para la producción de Scooby Doo 2: Desastado en 2004, le pidieron que aceptara una reducción salarial. La razón de esta petición tiene que ver con que sus compañeros de reparto habían exigido un aumento para regresar en la continuación de las aventuras de Scooby, Shaggy y el resto de la pandilla, lo que descuadraba los gastos que el estudio pretendía hacer en la secuela.
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Finalmente, todos los secundarios volvieron, pero sus exigencias fueron igualar el sueldo al de Prince Jr., de ahí que los responsables de la película insistieran al actor para que sus beneficios fueran inferiores. Pero, como es lógico, la estrella de estas películas no se tomó nada bien esta petición, sobre todo valorando los beneficios que habían obtenido de la primera entrega de Scooby-Doo. “Recuerdo haber pensado, 'Espera, ¿quién les da el aumento? ¿Yo o vosotros?'”, comenzaba afirmando a Esquire. “Como les hicimos tres cuartos de mil millones de dólares, ¿no pueden pagarles lo que estoy ganando con esto? A la mierda eso”, matizaba.
Para llegar a este extremo, parece claro que Warner Bros habría previsto que la secuela, aunque volviera a darles beneficios, generaría menos interés que la primera entrega, como finalmente pasó. Mirando sus datos de recaudación, Scooby-Doo 2: Desatado recaudó casi 100 millones de dólares menos que su predecesora con un global de 181,23, lo que con un aumento en el sueldo de sus estrellas protagonistas disminuiría considerablemente los beneficios del estudio.
Sin embargo, también deben valorar que en una secuela el caché de sus estrellas es inevitablemente mayor que el de una primera película, porque, al fin y al cabo, se convierten en uno de los principales atractivos de la franquicia en cuestión. Los espectadores no solo quieren ver una nueva película de Scooby Doo, también una producción que incluya todo aquello que les gustó en la anterior entrega. Y si los actores y actrices han conseguido ese merito y el público busca volver a verlos en pantalla, su trabajo debería ser recompensado con mayores beneficios y no que los estudios traten de hacer malabares para reducir sus sueldos..
Desde luego, es mejor recompensarles, conseguir que vuelvan en plena forma y volver a atraer a los fans de la primera Scooby-Doo que hacerles una mala oferta, que rechacen reinterpretar a sus personajes y obtener un fracaso estrepitoso en taquilla porque al público no le interesa una cinta sin los mismos actores. Al final es pura tacañería que podría haberles salido muy cara. De hecho, Freddie Prinze Jr. terminó sus declaraciones haciendo referencia al cariño que la gente aún tiene a estas versiones de Scooby-Doo, un detalle que en su momento no vio con la suficiente precisión.
“Todas estas personas que habían crecido amando esas películas [ Scooby-Doo ] empezaron a decírmelo... y luego vi que eso era una perspectiva más precisa sobre lo que significaba esa película para la gente, porque ya no la veía a través de los ojos del estudio”, concluía.
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