El frenesí discotequero de Village People abre el Festival de Jazz de San Sebastián

San Sebastián, 21 jul (EFE).- Tan ajeno al jazz como San Sebastián a la ola de calor, Village People ha cumplido con creces su propósito de hacer del arranque de la 58 edición del Festival de Jazz de la capital guipuzcoana un espacio para la diversión y ha convertido la playa de la Zurriola en una pista de baile al más puro estilo "disco".

Gente de todas las edades, muchos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando el sexteto estadounidense copaba las listas de más vendidos en los años ochenta, han acudido a la cita.

Algunos incluso se han ataviado con algún complemento para emular a los componentes del grupo que se han subido al escenario con sus disfraces característicos: James Lee (el militar); Jeffrey Lippod (el motero); James Kwong (el obrero de la construcción), Nicholas Manelick (el cowboy) y Victor Willis, el único de la formación original de 1977, (el policía).

Tal y como han prometido en una rueda de prensa esta mañana, Village People ha ofrecido un show destinado a gente con ganas de pasarlo bien, de disfrutar de la fiesta y, sobre todo, de bailar.

Un auditorio entregado desde el primer momento ha coreado los grandes éxitos de este grupo que fue "ideado" y "fabricado" por el músico francés Jacques Morali y el productor Henri Belolo en el Nueva York de finales de los setenta.

En 1977 vieron a la salida de un club gay del Greenwich Village al entonces veinteañero Felipe Rose disfrazado de indio americano, una imagen que al parecer les chocó aunque en esos días el barrio neoyorquino de Manhattan era un hervidero de fauna urbana diversa.

Este fue el germen del grupo, que se estructuró en torno a los personajes que entonces constituían estereotipos del colectivo gay y que Village People llevó a los escenarios y al gran público con un desparpajo desconocido hasta entonces.

Durante más de hora y media, Village People ha desgranado sus grandes éxitos en un concierto en el que Victor Willis, de 72 años, ha ejercido de maestro de ceremonias y ha dejado las coreografías y las exhibiciones anatómicas para el resto de integrantes de la banda.

"Fire Island" ha abierto la velada en la playa al que han seguido otros de sus grandes éxitos como "Macho Man", que arrasó en las listas de éxitos de 1978.

La canción ha estado de actualidad este año por causas ajenas a la música ya que ha sido objeto de un conflicto entre Village People -con la alineación actual- y Donald Trump, en una de cuyas campañas sonó este tema interpretado por una banda "cover" del grupo.

Un asunto al que ha quitado hierro Victor Willis que ha asegurado también que sus canciones no se escribieron con la intención de convertirse en hitos gays y que incluso Donald Trump puede disfrutar de su música porque no ellos no quieren hacer política sino solo música.

"San Francisco", "In Hollywood", "I Am What I Am" han sonado también en la playa donostiarra además y, por supuesto, In The Navy, una canción que en su momento estuvo pensada para ser utilizada como anuncio para reclutar jóvenes para la Marina pero que finalmente no se destinó a ese fin por la polémica suscitada en torno al doble sentido de sus letras.

"YMCA" ha cerrado la actuación del grupo estadounidense que ha logrado alcanzar un lleno total en la plaza de la Zurriola.

Unas horas antes, el ambiente no podía ser más diferente en el Kursaal, donde el pianista Kenny Barron, uno de los grandes nombres de la "aristocracia" del jazz, ha ofrecido un recital pausado y sereno junto con la Joven Orquesta de Euskadi (EGO), dirigida por Rubén Gimeno, que ha debutado en el Jazzaldia.

Barron, el contrabajo Kiyoshi Kitagawa y el batería Johnathan Blake han ofrecido una lección de lirismo dentro de los parámetros de la ortodoxia del jazz.

Depositario de una apabullante carrera -Dizzy Gillespie lo contrató para su banda cuando apenas tenía 19 años- el experimentado Barron y los jóvenes componentes de la orquesta vasca han sincronizado sus tempos y han ofrecido un recital con temas compuestos por el pianista de Filadelfia.

Un concierto en el se han sucedido temas como "Voyage", "Concentric Circles", "In The Dark", "Lullabye", "Ilusion", "Prayer" o la bossa nova de "Magic Dance" además de otras melodías que invitan al recogimiento como "Clouds".

Barron ha concluido con dos bises que han puesto en pie al público y le han dejado con ganas de más: la composición "Cooks Bay" y un tema de su reverenciado Thelonious Monk en el que el trío ha mostrado su maestría técnica y su capacidad de emocionar.

(c) Agencia EFE