Gabriela Ricardes da detalles de cómo será el nuevo Colón: “Vamos a poner la casa en orden”
El lunes llegará a Buenos Aires el uruguayo Gerardo Grieco para hacerse cargo de la dirección general del Teatro Colón, tras la salida de Jorge Telerman, dos semanas atrás. En realidad, los trámites formales quizá demanden más tiempo, pero el nuevo funcionario ya está en condiciones de, al menos, hacer el reconocimiento de campo (si acaso sirve la analogía futbolera), y en unas semanas presentar al nuevo equipo completo, hasta que todo quede formalizado en los papeles.
¿Habrá más gente que llegue del exterior? “Algunos”. La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires volverá a tener un director titular. “Es muy probable”. ¿Por qué todavía no se arriesgan nombres? Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad, es la que todavía no quiere usar sustantivos propios. “Quiero que sea Gerardo quien anuncie al equipo”, dice. Lo que sí está confirmando de manera a oficial es que habrá un nuevo Colón, sin esa figura principal que se encargaba de la dirección general y artística, al mismo tiempo. Durante una extensa charla con LA NACIÓN, la ministra habló de un plan, y piensa en un desarrollo de unos cinco años. Los cambios comenzarán a implementarse desde fines de este año, con el anuncio de la temporada 2025.
El plan consiste en reconsiderar lo que sucede en cada rincón del Colón. Y esto, sin duda, comenzó con el rol de su principal responsable, que es el que dejó su cargo hace quince días. El trabajo de Jorge Telerman no iba a cuajar en los planes de Ricardes. “Eso es así -admitía la ministra-. Lo que llevamos adelante en cada ministerio es la política de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad. Traducimos el trabajo que Jorge Macri lleva adelante y eso tiene mucho que ver con revisar modelos de gestión. Con el trabajo en equipo, con no dar nada por sentado, con que nadie es dueño de nada. Nosotros estamos para administrar lo mejor posible los intereses del ciudadano y para garantizar el acceso a la cultura. Y el Colón tiene que adscribirse a una política. Entendemos que hubo una reforma edilicia muy importante en 2010 que ha puesto al Colón en su mejor versión arquitectónica y acústica, pero eso no fue acompañado con un cambio de modelo de gestión para que pueda estar los próximos treinta años sano y no dependiente de los momentos económicos o presupuestarios .
-¿De qué se trata el nuevo Colón?
-De un equipo con marca y especialidades en cada rubro. Creemos que en la labor con los cuerpos estables está gran parte del trabajo del nuevo modelo de gestión. Tiene que ver con directores de área y una estructura diferente. Ya no hay un director general y artístico que decide todo por todos. Cada director de área que lleve adelante la programación y los cuerpos estables de música, ballet, ópera va a tener injerencia en la mesa de decisión artística. Por otro lado, hay un plan general para hacer que todos los miembros de la casa estén revalorizados. Que volvamos a tener ese gran semillero de artistas. Si yo te digo: ¿quién es la primera bailarina del Colón hoy? ¿Quién es el concertino de la Filarmónica? ¿Y el director?
-Xavier Inchausti es el concertino y nadie tiene titularidad de director en la Filarmónica desde que se fue [Enrique Arturo] Diemecke. Pero es cierto que mucha gente no lo sabe, del mismo modo que le voy a deber el nombre de la primera bailarina.
-Bueno. De eso se trata el nuevo modelo de gestión. Creemos fuertemente en el trabajo en equipo y en liderar el trabajo de expertos. Por supuesto que es trabajoso algo así, pero es lo que creemos que tenemos que hacer para su renovación en un modelo de gestión de los próximos 40 o 50 años. El año que viene nuestros elencos estables cumplen cien años. La ciudadanía los sostiene porque son un orgullo. Son un símbolo de lo que podemos ser. Con trabajo y talento uno puede ser un representante de su ciudad y de su país. Para estas cosas se necesita un liderazgo de gestión. Por eso elegimos a Gerardo Grieco, que es un especialista en cambios y modelos de gestión: para que pueda liderar en conjunto con lo artístico todo este cambio.
-Al ser un ente autárquico desde 2008, por una ley que, en su capítulo segundo define claramente autoridades, ¿estos cambios tendrían que pasar por la Legislatura?
-No, eso no cambia nada. Solo la estructura interna. La ley dice que el director general tiene la potestad de armar la estructura hacia abajo de su modelo de gestión. Lo que vamos a trabajar para 2025 es ese cambio. En realidad, Grieco no empieza a trabajar ahora. Todo eso ya está acordado. Para algunos no se va a modificar el quehacer diario. Lo que se trata es de rever y poner en valor. Hoy los elencos estables y sus directores están a cuatro o cinco líneas de la dirección general. Eso habla también de cómo están los cuerpos estables y del lugar que se les da. Esto no tiene que ver con un cambio hecho por personas mesiánicas que llevan una misión, sino con el trabajo de equipo. Y la ciudadanía merece saber quiénes son los primeros bailarines del ballet o el concertino de la orquesta.
-¿Qué sucederá a partir del lunes?
-Hasta 2025 no hay modificación. Llega el director general y comienza un período de transición con los equipos existentes tal como están. Ayer estuve con Mario [Galizzi] y con [Marcelo] Ayub que están preparando los próximos títulos [de ballet y ópera]. Insisto, lo que viene es un reordenamiento interno y una manera de trabajar. No necesitamos nueva ley. El cambio no es ahí. El lugar del director artístico va a estar en cabeza de Julio [Bocca] pero también de otros directores de otras áreas. No lo quiero “espoilear” a Gerardo, que va a ser quien presente a los equipos. Solo quiero decir que avalamos desde el ministerio a esos equipos. Julio va a dirigir el ballet, mirá si nos vamos a perder esa posibilidad, pero no vamos a tener el lugar del director de ballet que conocemos hoy. Por eso digo que es difícil contar de qué se trata esto. Julio, además, representa todo aquello que queremos volver a conseguir con el Colón.
-¿Cómo convencieron a Bocca? Se dice que prefiere estructuras más dinámicas que la de organismos estables de estas características.
- Me parece que eso es un mito. Por lo que estuvimos trabajando, Julio es una persona que brega por la estabilidad del bailarín y porque se trabaje como corresponde. Creo que hay mito en ese pensamiento que se le atribuye. Yo cuando pensé en esto fue en el equipo. Pensé en Gerardo y en Julio por ese trabajo que hicieron juntos en el Sodre de Montevideo. Lo miré con mucha envidia desde Buenos Aires. Fue un teatro que en un momento estaba cerrado. Lo tuvieron que poner a funcionar. Me pareció muy sano el proceso y lo que hicieron por la música, la ópera y el ballet uruguayo. ¿Por qué no trabajar con esa dupla que ya ha funcionado, que ya lo hizo? Ese fue el punto de partida. Y hay un acompañamiento político para este cambio. No tiene que ver con fantasías sino con que cada uno haga lo que tiene que hacer. Eso es un compromiso a la vez. Julio es una persona muy exigente.
-Hay también temas que vienen dando vueltas desde hace años, como la jubilación de los bailarines…
-Sí, por supuesto. Las cajas jubilatorias no son de Buenos Aires sino de la Nación, pero estamos de acuerdo en que tendría que tener otro tipo de regulación, para la que trabajaremos y propondremos. A ver, lo pondría en estos términos: ¿quién no quisiera trabajar bien y en buenas condiciones? ¿Quién tendría problemas en que su potencial artístico y técnico sea explotado al máximo con las condiciones necesarias? ¿Qué bailarín que está en el Colón no quiere bailar? Si a alguien le está pasando eso tiene que pensar en lo que está haciendo. La propuesta de este cambio significa rever todo lo que tenemos que hacer para que los elencos sean los mejores del mundo.
-¿Esto implicaría ir a futuro hacia modelos de elencos por contrato y no estables?
-Buscaremos el mejor funcionamiento para todos. Para el bailarín, para el músico y para el contribuyente, que tiene que financiar todo esto. Cuál es la manera más lógica. Hablamos como si estuviéramos en el mejor de los mundos, y no es así. Hoy hay veintipico de bailarines contratados en modalidad de monotributistas, lo mismo pasa con los músicos. O sea que hoy la modalidad de contratación no es buena. Hoy eso está precarizado, por decirlo de alguna manera.
-¿En esta nueva etapa del Colón habrá retiros voluntarios?
-Habrá muchas posibilidades en la mesa que el Gobierno va a poner para poder encontrar el mejor modelo, trabajado con todos los responsables, como corresponde. Vamos haciendo un trabajo serio de verdad, y listos a afrontar las consecuencias, entendiendo que las consecuencias son tener un mejor teatro, con mejores artistas, en las mejores condiciones laborales. Hoy la estabilidad solo la tienen algunos.
-Puertas adentro, cuando se anunció este cambio para el Colón, más de uno habrá pensado en este tipo de propuestas que le pueden llegar desde la actual gestión.
-Seguramente. Mi respuesta es que vamos a tener abierta una mesa de trabajo y desde el Ministerio y desde el Gobierno de la Ciudad vamos a acompañar con todas las herramientas que estén a disposición para que eso pueda suceder. Nadie que esté bien para hacer su trabajo y tenga ganas de trabajar va a tener ningún problema. Al revés: necesitamos trabajar con los elencos y el personal de la casa. Es uno de los mejores teatros del mundo que necesita repensarse y reformularse en vista a los próximos treinta o cuarenta años.
-¿La Filarmónica volverá a tener director?
-Hay que ver qué necesita cada orquesta en cada momento.
-¿Qué necesita esta?
-Ya te lo va a contar el director musical cuando asuma. Está todo. Solo que no lo voy a decir [se ríe]. Gerardo Grieco va a contar todo en un par de semanas.
-¿Vamos a tener Festival Argerich en 2025?
-Espero que sí.
-¿Qué pasó este año?
-Pasó que en 2023 el Colón contrajo importantes compromisos en moneda extranjera que no se pagaron por las restricciones.
-¿No estaba el dinero o no se podía girar?
-La plata estaba. No se pudieron pagar por restricciones administrativas generales del país. Si esos compromisos debieron haberse tomado o no, es otra discusión, porque las restricciones ya estaban. Los vamos a pagar absolutamente a todos. Algunos ya están saldados, otros quedan. El trabajo de Martha está pago. El de otros artistas no, y entiendo que ella no se sintió cómoda con la situación. Yo no hablé con Martha. Pero esto fue lo que me transmitió el director y lo entiendo. Me parece lógico. La conozco a Martha, estuve a cargo del Festival Barenboim en el CCK y ella estuvo como invitada. La conozco bastante y entiendo que es un razonamiento lógico.
-¿Cómo viene el presupuesto del Colón?
-No es un problema. El país es el que tenemos. Para hablar de problemas presupuestarios primero tenés que ordenar tu casa. Si la casa está ordenada no podés hablar de problemas presupuestarios. Lo que vamos a hacer es poner la casa en orden. Igualmente, la temporada está asegurada, la recaudación es la prevista, la ecuación con la que se tomó el compromiso para 2024 está cumplida. No me atrevería hablar de restricciones presupuestarias porque no las hay y porque todavía hay cosas para ordenar adentro. Pero el presupuesto no es un tema. La cultural es una inversión, como dice el jefe de Gobierno, pero tiene que ser una inversión consciente. Eso es lo que estamos haciendo para tener un teatro sostenible. Lo que no acepto es la división de presupuesto de funcionamiento y otro de programación, porque es uno solo. Sobre todo, cuando tenés el 75 por ciento destinado a elencos estables y equipo escenotécnico. Es decir, eso también es presupuesto de programación. Hoy, el Colón no llega al 15 por cierto de recursos propios generados por todos sus medios. Pero, como te decía, esta decisión no es un tema económico ni presupuestario. Tener un plan implica saber cómo vamos a trabajar en los próximos cinco años. Yo divido de la alfombra roja para arriba y para abajo.
-¿Cómo es eso?
-Para arriba es lo que el espectador viene a buscar. Eso va a estar y vamos a ampliar de verdad a otros públicos y a otras maneras de acceder. De la alfombra para abajo, es donde está todo ese trabajo de esa enorme fábrica que es el Colón y que no se ve. Es donde se van a producir los cambios que impactarán después sobre el escenario. La cantidad de óperas va a ser la misma, quizás haya más funciones.
-¿Se va por seguir alquilando la sala? ¿En qué condiciones?
-En la revisión del modelo está la revisión de los números. Obviamente. Y eso nos está indicando que el alquiler de la sala no es determinante para la sustentabilidad del teatro.
-¿Podría no ser alquilada el próximo año?
-No voy a decir eso. Pero sí tener otra política de alquiler de sala. Pensar si esa es la manera de que el teatro tenga mayor recaudación. Hay que hacer números y por supuesto, cuidar el escenario.