Los ganadores del Premio Saliou Traoré: "A nadie le importan los muertos de la migración"
Barcelona, 12 oct (EFE).- Los periodistas brasileños Renata Brito y Felipe Dana denuncian la falta de voluntad política y de recursos para investigar el origen de las barcazas atestadas de personas que parten del África atlántica hacia Europa, pero acaban a la deriva, ya que "a nadie le importan los muertos de la migración".
Ganadores del VI Premio Saliou Traoré por un trabajo sobre la identificación de migrantes fallecidos en alta mar, siguieron durante dos años el caso de uno de esos cayucos.
Salió de Mauritania con 43 migrantes africanos con destino a las islas atlánticas españolas de Canarias, pero apareció 135 días después, el 28 de mayo de 2021, en la isla caribeña de Tobago.
Tan solo se hallaron catorce cadáveres y otros restos óseos. Es habitual que los fallecidos sean arrojados al mar por los que aún siguen vivos.
"Queríamos saber la historia de este cayuco, de las personas que iban a bordo y encontrar respuestas a todas las preguntas que quedaban abiertas", explican a EFE.
La investigación 'A la deriva: una travesía de muerte y sueños perdidos' permitió poner nombre a 33 de los 43 muertos, dando "un final digno" a los fallecidos y respuestas a sus familiares.
Estos periodistas de la agencia estadounidense Associated Press, afincados en Barcelona (España), ganaron el Premio Saliou Traoré de periodismo en español sobre África, convocado por la Agencia EFE y Casa África, así como un Premio Emmy y un World Press Photo Multimedia para la región africana.
El premio lleva el nombre del que fuera durante más de 30 años corresponsal de EFE en Dakar.
Dos años y tres continentes
Los premiados, que recogerán el galardón el 14 de octubre en Las Palmas de Gran Canaria, empezaron a trabajar tras quedar "impactados" por una noticia: había aparecido una embarcación con varios cadáveres en Trinidad y Tobago y "nadie estaba investigando".
Les llevó casi 24 meses y viajes a países de tres continentes, como Francia, Trinidad y Tobago y Mauritania.
Cruzaron datos y encajaron piezas hasta recomponer la fatal travesía de la barcaza, que acabó a más de 5.000 kilómetros de distancia.
La mortífera ruta atlántica
Cuando empezaron, en 2021, "no había mucha información" de la ruta migratoria atlántica, entre las más peligrosas del mundo, pero la llegada de ese cayuco a Tobago era solo la punta de un problema de magnitud por entonces desconocida, dice Felipe Dana.
"Para mí era como una señal, una alerta roja de que había muchos más perdidos al otro lado del Atlántico", añade Brito.
Dar con los familiares fue "complicadísimo". Lo primero fue buscar grupos de allegados de desaparecidos en las redes sociales. Encontraron, por ejemplo, a una mujer en Francia que buscaba a un sobrino maliense.
Clave fue la localización de teléfonos celulares en el cayuco. La policía había extraído contactos de ellos, pero "por alguna razón nadie llamaba a esos números".
Brito y Dana telefonearon a más de cien personas hasta localizar a los familiares de algunas víctimas en un pueblo de Mauritania fronterizo con Mali.
Informar a las familias
Viajaron hasta allí para informar a los familiares de que había indicios de que los fallecidos del cayuco de Tobago eran sus parientes.
"Después de que hiciéramos el test de ADN con la primera familia, muchas otras nos buscaron porque lo querían hacer también", comenta Felipe Dana.
Informar a las familias fue una de las partes más duras; no es algo que corresponda a un periodista, sino a la Policía o autoridades.
Pero evidencian que es posible identificar a las víctimas si se pone empeño. "Los muertos también tienen derechos, los familiares tienen derechos, y esto es una manera de demostrar que es posible investigarlo", subraya Brito.
Lo consiguieron, pese a una multitud de dificultades: burocracia, falta de información, de transparencia y de cooperación de las autoridades. Y más de una vez pensaron que el esfuerzo no llegaría a ningún lado.
Un reportaje útil
Ahora su trabajo, aseguran, está sirviendo de ayuda a policías y autoridades de otros países, como Brasil, para investigar el origen de cayucos llegados a sus costas.
"Pero falta hacer mucho más porque el problema de los desaparecidos, de los muertos no identificados y de las familias sin respuestas es muy grave", indica Brito.
Lamenta la falta de voluntad política para ello y de la inexistencia de una entidad internacional encargada de identificar a las víctimas.
Los periodistas alertan de que el refuerzo de los controles migratorios en el Mediterráneo provoca que la ruta atlántica se haya convertido en una las principales vías marítimas de acceso irregular a Europa, también de las más mortíferas, con más de 5.000 muertos en lo que va de año. EFE
Gemma Bastida
(c) Agencia EFE