George, Charlotte y Louis: así será la nueva vida de los hijos de los Cambridge

Los príncipes George, Charlotte y Louis están a punto de ver como su vida cambia drásticamente y, bajo el criterio de sus padres, lo hará a mejor. Los hijos de Kate Middleton y del príncipe William tienen ahora 9, 7 y 4 años siendo George el mayor y Louis el más pequeño.

A estas edades es normal que los cambios y la adaptación a nuevos lugares no siempre sean sencillas pero cuando acabe este mes de agosto y empiece el curso escolar en septiembre, los ‘royal’ van a tener que hacer amigos de nuevo dado que cambian de escuela y de casa.

Los duques de Cambridge se mudan, todo eran rumores pero ahora ya se ha confirmado, Windsor es su nuevo hogar. Allí cuentan con ventajas, no solo están más cerca de la bisabuela de los pequeños, la reina Isabel II, sino que la familia de Kate también está a tiro de piedra.

La vida lejos de Londres, en plena naturaleza, es el plan ideal para el crecimiento de los tres príncipes y quizá sus padres estiman que allí es un entorno más seguro y que les puede aportar cosas positivas.

De hecho Michael y Carole Middleton viven en Bucklebury y cerca de dicho condado se encuentra la nueva escuela de los pequeños, situada en Berkshire y llamada Lambrook School. Esta escuela comparte, según el comunicado de los duques, muchos valores con la anterior escuela a la cual los príncipes han acudido los dos últimos años y con la cual están muy contentos.

Al mudarse ya queda lejos y por ello la opción escogida por los Cambridge ha sido Lambrook. La escuela cuenta con niños y niñas entre 3 y 13 años, en la actualidad hay unos 600 niños que están matriculados ya sea en régimen externo, sencillamente escolar como George, Charlotte y Louis o interno, a modo de internado.

El lema de la escuela es dotar a los niños de alas para que puedan volar libres y eso se debería traducir en ofrecerles desafíos educacionales para que ellos desarrollen valores como su capacidad de elección, su creatividad y su inteligencia emocional.

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El centro organiza competiciones deportivas, prácticas en plena naturaleza que logran fomentar los comportamientos ecologistas dada la conexión que los niños establecen con el entorno medioambiental.

El deporte así como el resto de actividades dotará a los mini ‘royals’ de capacidad de decisión, seguridad, trabajo en equipo, empatía y un sinfín de valores más que seguro que todo padre aprecia y desea para sus retoños.

Además al salir de clase los príncipes lo tendrán más fácil para ir a visitar a sus abuelos y eso también significa pasar más tiempo de calidad todos juntos y desarrollar esos lazos familiares y emocionales tan importantes sino más que la propia educación académica.

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