Yahoo Estilo George R. R Martin asegura que le gustaría tener un dragón para destruir el Kremlin
George R.R. Martin es uno de los nombres más famosos en la literatura fantástica y el mundo de la televisión gracias a su saga de Game of Thrones (83%) y La casa del dragón (91%). En sus inicios, su obra no era tan popular pero sí muy respetada por los detalles con los que creó las reglas de su mundo. Poco a poco encontró a su público y para cuando la adaptación de su trabajo llegó a HBO en 2011 se le reconoció como uno de los creadores más importantes de la actualidad. Algo que Martin maneja a la perfección, y que logra separarlo de otros autores, es su forma de entender y retratar la política, y aunque la vida real puede ser muy distinta, él sabe bien lo que haría si tuviera en sus manos el poder de un dragón.
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La serie protagonizada por Emilia Clarke, Kit Harington, Peter Dinklage y Lena Headey se volvió un éxito de inmediato. Todos tenías sus teorías, todos querían ser uno de los personajes, y todos comenzaron a tomar bandos. Por supuesto, las novelas ya publicadas revelaban muchos más detalles y los que conocieron a Martin por sus textos encontraban grandes diferencias que los hacía amar más los libros, opinión que cobró más popularidad luego del desastroso estreno del capítulo final. Cuando ya todos creían que este universo estaba perdido para la televisión y que cualquier intento por explotarlo sólo terminaría en lágrimas, llegó La Casa del Dragón y sorprendió a todos por igual.
Con varios cambios significativos, pero aprobados y respaldados por el propio George R. R. Martin, la serie protagonizada por Matt Smith, Paddy Considine, Emma D'Arcy y Olivia Cooke ya es una de las favoritas de la temporada y demostró que el público todavía quiere y puede crear lazos con este tipo de personajes. Algunos la consideran mejor que GoT, otros no, pero los números no mienten y el que todos estén hablando de ella ya aseguró una segunda temporada para el 2024.
La obra de Martin siempre se ha caracterizado por explorar la política de su mundo en vez de los elementos más fantásticos. Donde otros ven luchas del bien contra el mal de manera simple, él ve las áreas grises de todos sus personajes; cómo algunos inocentes se vuelven violentos, y cómo el ser más despiadado tiene un corazón de oro. La idea es ver cómo la corrupción y la ambición pueden acabar con todo, y llega un punto en donde el desastre va más allá de lo personal o lo familiar, y puede afectar todo el mundo conocido, algo que ciertamente no suena extraño en nuestra realidad, donde día a día escuchamos de guerras sin sentido y políticas que benefician a unos cuantos.
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Es justo este punto el que más gusta al público y es que funciona para comprender mejor algo que es muy real y preocupante, pero desde la seguridad de la ficción. Martin tiene sus propias posturas políticas y durante su aparición en The Late Show with Stephen Colbert habló sobre la situación que se vive actualmente en el mundo:
Miro el mundo en el que vivimos ahora, lo siento es peor que Westeros, pero había muchas obras especulativas en los cincuenta, distopias, y frecuentemente hablaban sobre la guerra nuclear y estábamos muy preocupados por la guerra nuclear en los cincuentas y los sesentas, y luego como que dejamos de preocuparnos por eso, y empezamos a preocuparnos por el apocalipsis zombi. Pero de repente…la guerra nuclear se siente mucho más factible.
Entre pandemias mundiales y posibles guerras nucleares, el autor sabe muy bien qué haría si pudiera hacer realidad un elemento de sus novelas fantásticas:
[En obras de ciencia ficción] si había una guerra nuclear y había mutantes radioactivos rondando el paisaje, siempre había buenas personas que se juntaban y recuperaban la civilización. El optimismo seguía ahí, incluso si el panorama era terrible. ¿Podemos ser optimistas sobre el cambio climático? ¿Podemos ser optimistas sobre…qué haremos si Putin sí usa bombas nucleares? Quisiera tener un dragón, podría volar hacia el Kremlin...
George R. R. Martin también admitió que está pasando por una crisis de fe, pero todavía cree que hay vías para sanar. Por muy cruel que el autor pueda ser en sus libros, la ficción siempre ha sido un espacio seguro para retratar y comprender la violencia, pero para nada significa que se apruebe en la vida real. El mundo está en crisis y el escritor se une a esas voces que esperan ayudar para promover un cambio real que también sirva como evidencia de que la humanidad todavía merece un espacio en este planeta.
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