Gerardo Chendo y el sueño que cumplirá esta noche, después de “desearlo durante 20 años”

Entrevista al actor y músico Gerardo Chendo.
Entrevista al actor y músico Gerardo Chendo. - Créditos: @Santiago Filipuzzi

A los 50 años, Gerardo Chendo se lanza como cantante. Actor de raza, con más de 30 años de trabajos en teatro, televisión y cine, siente que ahora puede cumplir el sueño que acaricia desde hace tiempo. En diálogo con LA NACION, cuenta cómo es el espectáculo EnCanto, que lo tiene como protagonista junto al guitarrista Sergio Alonso y que puede verse hoy a las 21, en Ñaca, Julián Álvarez 924.

-¿Cómo es eso que te lanzás como cantante?

-En realidad canto desde que era muy chiquito. Era de esos nenes que cantan como angelitos, con la voz prístina y aguda, en las fiestas, en el colegio. En mi familia siempre se cantó. Después fui solista de coros, canté en el Teatro Roma de Avellaneda y así seguí hasta que cambié la voz. Tuve mi crisis adolescente y dejé de cantar públicamente. Entonces empecé a actuar porque también soy como la mayoría de los actores, que nacimos monigoteando. Y volví al canto a raíz de un programa que hice con Juan José Campanella, El hombre de tu vida, porque en un capítulo interpreté a un cantautor, tuve que cantar mucho y se encendió otra vez esa veta que estaba dormida.

-Ese fue el inicio del deseo que te trajo hasta acá...

-Sí. Volví a entrenar, a tomar clases y al poco tiempo armé una banda que se llamó Gerardo Chendo y los Pájaros Tronantes, en 2013. Hicimos una fecha en Clásica y Moderna y nos quedamos una temporada de muchos meses en la trasnoche, con hits argentinos versionados y una banda increíble. Nos contrataban para fiestas y eventos y hasta tocamos una vez en el hall del San Martín, invitados por Kive Staiff. Terminamos con un show muy grande en el ND Ateneo. Después me llamaron para cantar en una orquesta típica de tango que se llamaba Acetato. Era una banda hermosa con músicos tremendos que tocaban en todo el mundo y no era fácil juntarse para ensayar, pero hicimos varias fechas y estuvo buenísimo. Entonces empecé a entrenar con Pepo Ogivieki, un gran pianista y músico de tango, y aprendí el tango, que es muy difícil. Todos creemos que cantamos tango pero no, hay que ser muy noble y es un oficio en sí mismo, porque si no cuando arranca la orquesta te lleva puesto. Hace unos años armamos la banda Jubilandia, con Mike Amigorena y Andrés Dadamo, y es un trío con el que hacemos shows en geriátricos. Es ad honorem y nos da muchas cosas maravillosas. Hacemos canciones que conocen los adultos mayores, boleros, canciones patrias, folklore. Y tenía un pendiente de hace muchos años: cantar en escena y también haciendo algún que otro chistecito, porque uno es actor antes que nada. Vamos a estar en el escenario con un guitarrista maravilloso que es Sergio Alonso. Estoy cumpliendo este sueño después de 20 años de desearlo.

-¿Cómo armaron EnCanto?

-Conocí a Sergio en una fiesta, tuvimos de entrada mucha afinidad, como con esas personas que sentís que conocés desde hace tiempo, aunque nunca habías visto. Cantamos una canción y después otra y otra y decidimos juntarnos. Armamos un pequeño repertorio, pero sólo por el placer de cantar, aunque soñaba con que eso trascendiera. Hacíamos versiones de canciones, con mucho respeto y trabajo. Cuando tuvimos este repertorio muy ecléctico, llamamos a Ian Shifres, que hace la dirección musical. Una vez que organizamos todo eso, llamé a Javier Daulte y le pregunté si estaba para que le hiciéramos una serenata. Nos conocemos desde hace tiempo, trabajamos juntos y somos muy amigos, así que se sumó para hacer la puesta en escena. A su vez está involucrada Moira Santana, que es la mejor profesora de canto de Buenos Aires y es mi coach vocal desde hace varios años, y ahora la coach del espectáculo. Entonces se armó un equipo de lujo. Decidimos que no haya hits muy conocidos sino un escaloncito menos. El repertorio incluye desde Babasónicos a Jorge Cafrune, pasando por Miranda!, ABBA, Osvaldo Pugliese. Hay versiones de canciones que hemos mezclado y tienen un hilo conductor interesante. La idea es que sea un viaje musical que conmueva y se disfrute. Me tiene muy apasionado. Es un espectáculo itinerante, muy artesanal, que hacemos por puro placer. Ya tenemos algunos planes tentativos de cómo seguir.

-Además estás en Parque Lezama, en el Teatro Politeama, ¿cómo es la experiencia de trabajar con actores de la talla de Luis Brandoni y Eduardo Blanco?

-Parque Lezama es una obra muy conocida, de las más hermosas que hay en cartel. Cada función es una fiesta. Me convocó Juan José Campanella para esta segunda temporada y estoy entusiasmado porque tenía muchas ganas de trabajar con Luis Brandoni, un actor todoterreno a quien admiro mucho. Con Eduardo Blanco también, claro, pero ya habíamos trabajado juntos en otras oportunidades. En cambio, con Brandoni apenas nos cruzamos y nunca habíamos compartido escena. El teatro es otra cosa y disfruto cada vez que subo al escenario. Es un planazo trabajar con ellos. Como actor me siento entrando a una zona de madurez y, como cantante, un adolescente, con esa pasión desenfrenada. Y lo digo de esta manera porque el recorrido y las horas de vuelo son las que te transforman en profesional.

"Cada función es una fiesta", cuenta Gerardo Chendo sobre la exitosa Parque Lezama
"Cada función es una fiesta", cuenta Gerardo Chendo sobre la exitosa Parque Lezama - Créditos: @Santiago Filipuzzi

-¿Hay otros planes para éste 2023?

-Vuelvo con mis seminarios y talleres que hago ininterrumpidamente desde hace 15 años. Es algo que me apasiona y de alguna manera tiene su propia inercia después de tanto tiempo, aunque yo me la paso investigando y entrenándome. Los últimos años hice clown, que era una asignatura pendiente. En uno de los grupos está mi hijo Benicio, que también nació payaseando y siempre me acompañó a los teatros y camarines. Estamos escribiendo algo juntos y tengo dos proyectos míos de teatro que tuve que freezar porque no tengo tiempo. También estoy haciendo la codirección, con Héctor Díaz, de Esto no es un telo, los viernes y sábados a las 22.30, en el Teatro Border. Trabajamos con Hecatombe, un grupo de Córdoba pionero en hacer cosas para las redes. Hacían shows de humor con muchos recursos y querían hacer teatro así que nos convocaron para hacer esta obra que está basada en una serie que ellos tienen en plataformas y se llama igual, Esto no es un telo. La escribimos juntos y fue una experiencia increíble porque tuvimos que adaptarnos, nosotros sosteniendo nuestra posición más ortodoxa sobre cómo es la progresión de una obra y ellos con su impronta. Propusimos a Maruja Bustamante como actriz invitada y maridan muy bien en escena. Y ellos propusieron a Laila Ali, una influencer tucumana muy graciosa, para mí con destino de figura popular. Ahí mi hijo también es asistente porque yo no puedo ver la obra porque estoy con Parque Lezama y solo llego en la segunda mitad los viernes, y Héctor está en Mar del Plata con Laponia. Entonces grabamos las funciones, porque una obra de teatro recién empieza cuando se estrena.

-¿Benicio heredó tu pasión o se la contagiaste?

-Ya no sé cómo es. El otro día me pasaron un video de súper 8 de cuando yo tenía 3 años y estaba en el umbral de una casa con una amiguita, con la que todavía somos amigos. Ella hacía que me empujaba y yo hacía que me caía patas para arriba y volvía una y otra vez, como una rutina clown. Nací cantando y payaseando, y mi hijo también. Y al mismo tiempo no lo sabés tampoco, porque él se crió en una casa donde siempre hubo ensayos, artistas, canciones. Y después me acompañaba al teatro y miraba la obra desde la platea y desde el escenario, hasta que me pidió estudiar teatro.

-¿La mamá tiene que ver con el medio?

-No, ella nos aguanta esta locura de los actores (ríe). Es terapeuta y le gusta mucho la decoración y reciclar. Ahora está ocupada con una casa que compramos en el Tigre. La verdad es que estoy viviendo momentos hermosos en muchos sentidos, en el medio del caos que es el mundo. Hago lo que me gusta, estamos en familia y lo disfrutamos mucho. Parece una rara avis en estos tiempos que corren.

EnCanto. Hoy, a las 21 horas en Ñaca, Julián Álvarez 924