El gigante de moda Shein en el ojo del huracán por querer lavar su imagen a través de influencers

JADE GAO/AFP via Getty Images

El gigante de moda Shein se encuentra una vez más en problemas desde el punto de vista social.

Se han demostrado en varias ocasiones las malas prácticas de esta empresa china, desde las jornadas laborales de 17 horas al día de sus empleados, con solo un día de vacaciones al mes, las condiciones de trabajo en las fábricas, el robo de diseños a pequeños diseñadores o sus altos niveles de contaminación, además de la poca transparencia de la marca.

Un conjunto de hechos que podría haber motivado la pérdida de clientes, pese a sus reducidos precios, su amplísima oferta y sus colaboraciones con celebridades.

Lavar su imagen parece ser la razón principal por la que la empresa invitó recientemente a un grupo de influencers a China. Recordemos que las influencers son uno de los puntos vitales del éxito de la marca, tan popular entre la gente joven, pues reciben recompensas por crear contenido con looks de la web, así como la posibilidad de ofrecer suculentos descuentos a sus seguidores sobre los ya pequeños precios. En TikTok por ejemplo, los videos en los que las usuarias abren sus compras reciben millones de visitas.

Si con esta experiencia que las influyentes compartieron en sus redes sociales visitando una de las fábricas en Guangzhou, Shein pensaba ser percibida como una marca ética y responsable, no solo no ha salido como esperaban, sino que se les ha vuelto más en contra.

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Las invitadas

En primer lugar, algo que ha llamado la atención de la crítica han sido las invitadas elegidas para el viaje. La lista incluía a Dani Carbonari, la mexicana Marina Saavedra, Aujené, Fernanda Stephany Campuzano, Kenya Freeman y Destene Sudduth.

Ninguna de raza blanca, o las que lo son, son talla plus size. Lo que se ha interpretado como un público más fácil de manipular porque son las influencers que más dificultades tienen de triunfar en las redes y vivir de crear contenido. Algunas de ellas son además diseñadoras y modelos para la marca.

Varias de estas invitadas como Carbonari, Aujené o Saavedra, hicieron comentarios similares en sus redes sobre cómo la información llega sesgada a los Estados Unidos y que agradecían la oportunidad de ver por sí mismas la realidad de las condiciones trabajo, tachando de rumores las informaciones relativas a las trabajadoras de las fábricas.

"Me ha impresionado ver las condiciones de trabajo", comentó Carbonari mientras la cámara se desplaza en una fábrica limpia y bien iluminada. "Mi mayor lección de este viaje es tener un pensamiento independiente, conocer los hechos y verlos con tus propios ojos. En Estados Unidos nos cuentan una historia y a mí me gusta tener la mente abierta y buscar la verdad, así que estoy agradecida por eso", reflexionó antes de causar un aluvión de críticas.

Las instalaciones

Shein cuenta con miles de fábricas en China, y también recurre a terceras partes para confeccionar sus prendas. Se han reportado más de 6,000 plantas que producen para ellos, lo que les permite lanzar cada día al mercado decenas de miles de prendas nuevas.

Se ha documentado en diferentes ocasiones las poco éticas condiciones de trabajo de estas plantas, por lo que muchos usuarios de las redes sociales sospechan que la que visitan las influencers está preparada y ni siquiera es un centro real. Algunos hasta señalaban que no había señalización dentro de las instalaciones, algo obligatorio en las fábricas de todo el mundo.

En algunas imágenes captadas por las influencers en su viaje, aparecen costureras cosiendo y cortando patrones a mano, algo impensable en una fábrica que manufactura miles de prendas al día.

Las invitadas conversaron con algunas empleadas, quienes se mostraron sorprendidas por lo que se dice de la fábrica en Estados Unidos. "La mayoría de ellas trabaja de 8 a 6 y tienen un commute de 10 o 15 minutos, algo normal", expresó en un video Destene Sudduth. "Esperaba ver en esta fábrica gente esclavizada. Me sorprendió gratamente ver que la mayor parte de las cosas están robotizadas. Todo el mundo estaba trabajando normal. No estaban ni sudando".

La reacción en las redes

Tanto la cadena como las influencers han recibido miles de comentarios negativos, acusándoles de sacrificar su moral por un cheque y señalando su incredulidad ante la "realidad" mostrada.

"Literalmente nadie te cree", "Te están pagando para contar mentiras", "Shein tratando de gaslight", han sido algunos de las críticas que hemos podido leer en plataformas como Instagram o Twitter.

Las respuestas

La influencer Dani Carbonari ha sido la que más se ha expresado al respecto, aunque después borró algunos de sus videos, afirmando que ella tiene su propia opinión y que no fue comprada.

Por su parte, la marca emitió un comunicado en Instagram afirmando que habían organizado este viaje como muestra de transparencia y que lamentaban la reacción negativa que había recibido sus invitadas. "No hay espacio para el bullying ni el odio, y Shein apoya a cada influencie y diseñadora. Deseamos continuar proporcionando más transparencia alrededor de nuestras operaciones y modelo de negocio", dice su mensaje.

Los viajes pagados por marcas no son nada nuevos en el mundo del marketing, pero cuando lo hace la marca más representativa de la fast-fashion, es legítimo sospechar del contenido que transmiten las personas que lo han disfrutado y que como dice el dicho, no es oro todo lo que reluce. ¿Qué piensan?