Giselle Margaroni, la participante de Survivor que quedó afuera del reality por una traición: “Me sentí una tonta”

Giselle Margaroni, la participante de Survivor que quedó afuera del reality por una traición: “Me sentí una tonta”
Giselle Margaroni, la participante de Survivor que quedó afuera del reality por una traición: “Me sentí una tonta” - Créditos: @Prensa Telefe

Giselle Margonari no esperaba que una traición de sus compañeros la dejara afuera del reality de Telefe Survivor, Expedición Robinson. La sufrió y la entristeció esa actitud, y a pesar de que esperaba llegar mucho más lejos en la competición, aceptó que ya era momento de irse. En diálogo con LA NACIÓN, contó cómo fue su vida durante un mes en esa perdida isla de Colombia, explicó que el reality le cambió la vida y que ahora se permite algunos placeres sin dejar de lado sus responsabilidades, y recordó los difíciles momentos que vivió en Cromañón, esa fatídica noche del 30 de diciembre del 2004.

-¿Cómo viviste la traición de tus compañeros?

-Yo no tenía ni idea sobre el ídolo ni que se podía hacer la trampa que me hicieron. Me enteré en el momento. Todos buscábamos el ídolo que podés usar cuando te sentís en riesgo, pero nadie sabía qué era ni cómo era. Viendo el programa me sentí una tonta, porque me enteré que Eugenia lo había encontrado y se complotaron para engañarme, con Mauro, “Tarzán” [Iván] y Aixa . Me dolió porque yo me llevaba muy bien con Mauro y con Tarzán; al menos eso creía porque después vi que hablaban mal a mis espaldas. Me sentí traicionada y fue muy fuerte porque me llevaba bien con todos. Yo no quería irme del reality, estaba preparada física y mentalmente para llegar mucho más lejos. Igual la trampa les salió pésimo porque yo no me sentía amenazada y no pensaba usarlo; todos pensábamos que se iba Janet. Lo terminé usando porque me insistieron para regocijarse.

-¿Por qué entraste a Survivor, Expedición Robinson?

-Disfruté de vivir este condimento que necesitaba en mi vida para salir de estos dieciséis años de rutina como croupier en el casino, con turnos rotativos, muy esclavo, sentía que me perdía muchas cosas de la vida. Trabajo y soy mamá de Ámbar (10) y cuando puedo hago deportes. Necesitaba un poco de color, una aventura. Cuando vi que buscaban participantes, le dije a mi hija “mira, mamá va a estar ahí”, porque tenía una convicción muy fuerte. Me atraen los viajes, la naturaleza, las competencias. No pude dar todo lo bueno que tengo, no me pude lucir ni destacar, pero lo disfruté. Tuve que mover cielo y tierra en mi trabajo para que me dieran permiso de algunos días sin goce de sueldo porque quería vivir esto. Finalmente, me dieron vacaciones y fue tremendo, pero finalmente pude estar. Fue fuertísimo separarme de mi hija y no lo había hecho en mi vida; estamos todo el día juntas porque tiene un papá muy ausente. Pero pude dejar todo acomodado, el papá se hizo cargo, mis hermanos, mis amigas. Y dejé carteles en toda la casa con horarios de mi hija. Fue fuerte porque dejé todo organizado pero no sabía cómo estaba y si todo iba bien. Estás totalmente incomunicada, pero tenía la mentalidad tan preparada que no me permití caer. Fui por una realización personal mía y también para demostrarle a mi hija que se pueden cumplir los sueños. Además, había un premio atractivo y quizá me abría puertas. Había muchos incentivos.

-¿Y qué sufriste?

-El hambre, que es algo espantoso. Comía dos o tres mangos agrios, duros y eso era todo cada día. Llega un momento en que te hartás de comer mangos, cocos y después descubrimos y sacamos los palmitos. Era desesperante. También el frío y las tormentas. Dormía acurrucada por el miedo, pensaba que podía caer un rayo.

-Fuiste con muchas expectativas, ¿qué cambió en tu vida?

-Volví a trabajar en el casino y ahora justo estoy de vacaciones y puedo procesar todo esto. Hago baile femme que es muy sensual, teatro, gimnasia, hockey. Cuando volví me prometí hacer todo lo que quiero.

"No pude dar todo lo bueno que tengo, no me pude lucir ni destacar, pero lo disfruté", dice sobre su experiencia en el reality
"No pude dar todo lo bueno que tengo, no me pude lucir ni destacar, pero lo disfruté", dice sobre su experiencia en el reality

-¿Te interesa trabajar en los medios?

-Toda mi vida quise ser actriz. Pero me parecía que era difícil entrar y lo dejaba como hobbie. Estudié hotelería y me dediqué a otra cosa, pero ahora, a mis 44 años, quiero hacer lo que me gusta. Después de sufrir tanta carencia y tanta falta de todo que me digo a todo que sí (risas). La vida es una sola.

-Uno podría pensar que te permitías muchos goces luego de estar frente a frente con la muerte, en la tragedia de Cromañón. ¿No fue así?

- Lo de Cromañón fue fuerte porque de verdad mi vida estuvo en riesgo. Tuve la muerte al lado, la gente a mi alrededor se moría, nunca había escuchado gritos desesperados de un hombre. Algo que iba a ser una fiesta se transformó en un infierno . Yo fui con un amigo y la hermana y los tres estamos bien. Pero veía morir chicos, mujeres, hombres. Fue muy fuerte. Durante mucho tiempo sentí que me había escapado de la muerte y que me perseguía, como en la película Destino final. Es muy desesperante. Pensaba que capaz me tenía que morir, y después sentís culpa y tenés miedo de que las almas que se fueron vengan a buscarte.

-Una pesadilla, ¿cómo hiciste para sacarte esos fantasmas de encima?

-Soy muy fuerte, no sé cómo supero las cosas. Hice terapia por primera vez después de Cromañón y eso me ayudó. En algún momento di vuelta la página y seguí. Es como una parte del libro de mi vida, y hay una mancha que perdura. Con Survivor volví a revivir todo.

-Debe haber sido importante encontrarte en la isla con Martín Lobo, uno de los bomberos que estuvo esa noche...

-Fue fuertísimo. Impresionante. Nunca había tenido la oportunidad de hablar con una persona que haya estado en la vereda opuesta. Él contaba sobre la desesperación de la gente que le quería sacar la máscara porque no podía respirar. La labor de un bombero es para aplaudir, todo lo hacen de corazón y salvan vidas. Fue muy lindo hablar con él y que cuente su versión. Agradezco ese encuentro porque necesitaba eso para poder cerrar ese capítulo de mi vida. Siento que hay una herida que sanó. Survivor fue una experiencia muy positiva. Hubiera querido ganar un collar de inmunidad para traérselo a mi hija y llegar a la unificación. No se dio, pero igual estoy feliz y tranquila.