'God of War' planta a Amazon ante un reto imposible

Tras el éxito de películas como Uncharted, Sony va a apostar fuerte por adaptar en formato audiovisual muchos de sus videojuegos de Play Station. Ya vimos que anunciaron una cinta sobre su simulador de carreras Gran Turismo para cines, una serie con Netflix de la aventura de ciencia-ficción Horizon: Zero Dawn y que el próximo mes de enero llega a HBO la adaptación de The Last of Us, a lo que ahora se suma una ficción para Amazon del que se erige como uno de sus títulos de fantasía y acción más aclamados de todos los tiempos: God of War.

Con God of War estamos ante una de las franquicias de videojuegos más exitosas de Sony, una saga que inició su andadura en Play Station 2 en 2005 mediante un hack and slash ambientado en la mitología griega que se llevó todo tipo de alabanzas y récords de ventas. Su historia se centraba en Kratos, un guerrero espartano que se convierte en el dios de la Guerra tras vengarse de Ares por la muerte de su familia, lo que más adelante le lleva a una cruzada contra todo el panteón griego.

Tras varios títulos en Play Station 2, PSP y Play Station 3, la saga dio un reinicio en 2018 en su salto a la pasada generación de consolas, cambiando su ambientación por la mitología nórdica, apostando por un drama paternofilial como guía argumental, nuevas mecánicas y presentando un nuevo universo que involucra a dioses como Odín, Thor o Loki. Entre los muchos cambios, se apostó por una narración mucho más cinematográfica que planteaba el juego como un único plano secuencia, es decir, con la cámara apenas despegándose de su protagonista y sin ni un solo corte o salto de plano en la parte jugable o en las cinemáticas.

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De esta forma, God of War se erigió como una experiencia inmersiva y dinámica que, al jugar con este enfoque que hemos visto en películas como 1917 o Birdman, se traducía en una espectacularidad al nivel de cualquier gran blockbuster cinematográfico. Además, si le sumamos el calado emocional de su historia, la inmensidad de sus escenarios, la profundidad con la que explora la mitología nórdica, la grandilocuencia de sus criaturas o su apartado gráfico de escándalo, poco tiene que envidiar a cualquier película de alto nivel.

Por esta razón, siento que Amazon va a tener un reto imposible al llevar al audiovisual un videojuego como God of War, porque igualar la calidad sobresaliente de los videojuegos no va a estar a su alcance. Primero, por el reto técnico, porque evidentemente un título desarrollado por animación 3D para videoconsolas no juega en la misma liga que una adaptación en acción real, donde para recrear mundos fantásticos repletos de grandes escenarios y criaturas se necesitan presupuestos enormes, casi inacalcanzables para producciones televisivas.

Con Amazon hablamos de la compañía que ha desarrollado El señor de los anillos: Los Anillos de Poder, que en cuanto a gastos y acabado técnico ha roto moldes en la industria, pero no parece que God of War vaya a ser un proyecto en el que inviertan tanto. De hecho, con su anuncio, donde han especificado que adaptarán el videojuego de 2018 y su continuación, God of War: Ragnarok, estrenada este 2022, detallan que el responsable de esta adaptación será Rafe Judkins, quien ya sacó adelante para Prime Video otra serie de fantasía como La rueda del tiempo. Y, viendo la calidad técnica tan cuestionable que presentó aquel título (personalmente me pareció un desastre), no cabe confiar en que con God of War vayamos a ver un prodigio audiovisual al nivel del videojuego.

En segundo lugar, que el juego ya fuera tan cinematográfico de por sí no va a ayudarles lo más mínimo, porque emular su enfoque de plano secuencia, crear una experiencia inmersiva, profundizar de la misma manera en los conflictos dramáticos y, en definitiva, conseguir el mismo calado que los títulos de Play Station, requiere de cineastas de altura, lo que valorando otra vez el precedente de La rueda del tiempotampoco nos hace pensar que vaya a ocurrir. Además muchas de las virtudes que han llevado a Godo f War a lo más alto se encuentran en su apartado jugable, lo que una serie no va a poder replicar de ninguna de las maneras.

Por ejemplo, uno de los detalles que más me hicieron adorar los dos últimos juegos fue el pararme a explorar al detalle cada uno de los reinos nórdicos, realizar las muchas tareas secundarias que profundizan en su mitología, escuchar el no parar de conversaciones sobre este jugoso mundo que surgen entre viaje y viaje,… Algo que es fácil de incluir en la experiencia interactiva de un videojuego que supera las 50 horas de duración.

Pero, al hablar de una serie, por muchos capítulos o temporadas que pueda tener, esto es imposible de incluir, porque ni va a dar hueco a explorar su mundo de la misma forma ni va a poder perder tanto tiempo en explicar y narrar tantos detalles, porque evidentemente el ritmo se haría monótono. Y, valorando que esta característica de los juegos fue lo que más me hizo conectar con God of War (los juegos clásicos de PS2 nunca acabaron por conquistarme por su enfoque mayoritario en la acción), poca confianza puedo tener en un proyecto como esta adaptación que prepara Amazon.

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