Guillermo del Toro y la mentira que persigue el mayor trauma de su vida

NUEVA YORK - 09 DE DICIEMBRE 2022: Guillermo del Toro asiste los coloquios de la fundación SAG-AFTRA en el Robin Williams Center en Nueva York (Foto: Dominik Bindl/Getty Images)
NUEVA YORK - 09 DE DICIEMBRE 2022: Guillermo del Toro asiste los coloquios de la fundación SAG-AFTRA en el Robin Williams Center en Nueva York (Foto: Dominik Bindl/Getty Images)

Guillermo del Toro y James Cameron comparten una profunda amistad, tanto que el director de Avatar: El sentido del agua no dudó en ayudar al responsable de Pinocho en una de sus situaciones vitales más difíciles: el secuestro de su padre a finales de los 90, cuando en 1998 se encontraba inmerso en la producción de Mimic en Estados Unidos y desde México le pidieron un millón de dólares por liberarle.

Siempre se ha dicho que fue Cameron el que pagó el rescate ante la imposibilidad del director de El laberinto del fauno de hacer frente al alto precio que exigió el secuestrador, pero esto no es del todo cierto, y ahora Del Toro ha salido a explicar cómo fue realmente la situación y qué papel jugó el cineasta de Titanic en el asunto.

Según explica el director a Cinemablend, Cameron, a quien había conocido en una fiesta del 4 julio y con quien compartió vivienda en sus primeros años en Estados Unidos, se ofreció a contratar un interventor para liberar a su padre, Federico del Toro, en su Guadalajara natal. Y para ello adelanto el dinero. Sin embargo, no es que el cineasta estuviera en una situación precaria sin posibilidad de pagarlo como se nos hizo creer hasta ahora, porque la cantidad que puso James Cameron para pagar a este negociador le sería devuelta poco después.

“Sobre el secuestro de mi padre... hay información que no es correcta, como que él [James Cameron] pagó el rescate. No lo hizo él, lo hicimos nosotros”, comenzaba explicando a Cinemablend. “Pero pagó por el negociador. Él pagó por el negociador y nosotros le devolvimos el dinero poco después. Porque era una situación muy, muy angustiosa. Y entró y se hizo cargo”.

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En este sentido, Del Toro resaltó la lealtad de Cameron y lo mucho que le ayudó su apoyo, puesto que se encontraba en una etapa llena de batallas profesionales donde un secuestro de un familiar se le hacía casi ingestionable. “Dijo: 'El negociador de rehenes estará en tu casa en 72 horas para ayudarte con el proceso'. Lo hizo por su cuenta. No preguntamos. Él se ofreció y dijo: 'Yo pagaré el rescate'. Él se ofreció. Es ese tipo de persona. Es increíblemente leal. Increíblemente fuerte”.

Y es que, más allá de lo mucho que afecta algo así en el terreno personal, el director se encontraba inmerso en la problemática producción de Mimic, que estuvo realizada bajo la supervisión de Harvey Weinstein y fue un completo dolor de cabeza. Y le era casi imposible abordar estos dos frentes a la vez. Tal y como contó para Indiewire en 2017, cuando salió a la palestra el caso de abusos sexuales, el polémico productor trató de imponer su control sobre la película, en la que tuvo que ceder a sus exigencias respecto a la historia y al casting.

“Realmente odié la experiencia”, afirmaba al medio sobre la realización de este título que supuso su debut en la industria de Hollywood. “Mi primera experiencia estadounidense fue casi la última porque fue con los Weinstein y Miramax. Tengo que decirles que sucedieron dos cosas horribles a finales de los noventa, mi padre fue secuestrado y yo trabajé con los Weinstein. Sé cuál fue peor… el secuestro, como es lógico”, continuaba. “Perdí batallas de casting, perdí batallas de historia, pero la única cosa 'Mimic' es visualmente 100% exactamente lo que quería".

LAS VEGAS - 13 DE MARZO 2006: Los directores Guillermo del Toro (Izquierda) y James Cameron (Derecha) asisten al evento ShoWest 2006 en el local Bally's de Las Vegas, Nevada, donde del Toro fue premiado con el premio ShoWest por sus logros en la realización cinematográfica (Foto: Ryan Miller/Getty Images)
LAS VEGAS - 13 DE MARZO 2006: Los directores Guillermo del Toro (Izquierda) y James Cameron (Derecha) asisten al evento ShoWest 2006 en el local Bally's de Las Vegas, Nevada, donde del Toro fue premiado con el premio ShoWest por sus logros en la realización cinematográfica (Foto: Ryan Miller/Getty Images)

Sin embargo, por muy negativa que fuera su experiencia trabajando en Estados Unidos, no podía regresar a México. Después del secuestro de su padre, decidió velar por la seguridad de su familia y mudarse definitivamente con ellos al otro lado de la frontera. “No puedo volver a México”, dijo del Toro a la revista Time en 2011 sobre cómo lo afectó el suceso. “Todos los días, todas las semanas, sucede algo que me recuerda que estoy en un exilio involuntario de mi país”.

Esto explicaría que en años posteriores pusiera el ojo en otras industrias lejos de Estados Unidos como la española, donde tras la cruda experiencia de Mimic se trasladó a dirigir El espinazo del diablo. Aunque, por suerte, en este infierno que vivió a finales de los 90, contó con amigos como James Cameron que le hicieron todo más llevadero. Y aunque no regaló el dinero para la liberación de su padre como se nos había hecho creer hasta ahora, ayudó a su amigo en la ardua negociación. Además, tal y como contó en entrevistas como la concedida a The Daily Beast en 2017, esta lealtad se ha mantenido a lo largo de toda su carrera cinematográfica. Y de forma recíproca.

"Me ayudó con cada una de mis películas, excepto Mimic, en la que estábamos secuestrados en Toronto y no podíamos mostrársela a nadie", señalaba al medio, "En Blade II, me hizo algunos comentarios sobre el montaje. Estuve con él en la sala de edición. para Mentiras arriesgadas ,Titanic, Avatar, todas ellas. Cuando iba a hacer Pacific Rim, me dio una tutoría privada sobre conversión 3D y teoría 3D. ¡No se puede pedir nada mejor! Es un gran amigo y un cineasta aún más extraordinario".

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