El gusto por las fiestas y las mujeres fue la clave para que Ronaldo saliera del Real Madrid

Ronaldo credit:Bang Showbiz
Ronaldo credit:Bang Showbiz

El técnico italiano Fabio Capello contó algunas de las anécdotas que lo marcaron en su larga trayectoria y varias de ellas siendo estratega del Real Madrid, donde tuvo la oportunidad de dirigir a grandes estrellas como los brasileños Roberto Carlos y Ronaldo, precisamente el delantero que se marchó en el 2007 con destino al Milan, debido a su excesivo gusto por las fiestas y las mujeres, como el mismo timonel reveló en el Festival dello Sport de Trento.

Fue en enero del 2007 cuando 'El Fenómeno' dejó a los Merengues para recalar en el equipo Rossonero ante la sorpresa de todos los medios internacionales, pues la identificación que tenía el goleador con la afición era tal, que hoy en día sigue en el recuerdo como uno de sus máximos ídolos de los últimos tiempos y fue Capello el entrenador que le abrió la puerta de salida porque no lo consideraba lo suficientemente disciplinado para pertenecer a su plantilla.

"La decisión de despedir a Ronaldo y fichar a Cassano ayudó a crear un espíritu ganador en el equipo. Le recuperamos nueve puntos al Barcelona en la recta final de diez partidos y todavía estoy orgulloso de eso hoy. Recuerdo que Silvio Berlusconi me llamó para preguntarme cómo estaba Ronaldo. Le dije que ni siquiera se entrenaba y que le gustaban mucho las fiestas y las mujeres, por lo que contratarlo para el Milan sería un error. Al día siguiente vi los titulares de los periódicos: 'Ronaldo, en Milán'. Fue muy divertido", comentó el estratega italiano.

Y es que a lo largo de su carrera, Capello ha sido considerado con poca comunicación hacia los jugadores y que sus decisiones son casi una ley, pero el propio italiano desmintió estas versiones argumentando que los futbolistas siempre han podido manifestar sus puntos de vista, sin rebasar la línea del respeto: "Ningún jugador en particular me ha faltado al respeto. Por supuesto que podíamos hablar y discutir, pero yo no habría aceptado otros comportamientos. No soy sargento de hierro, lamento que me hayan puesto esta etiqueta", indicó el técnico italiano de 76 años.