Hablamos con Luis Alfonso y Margarita Vargas: de su triple aniversario a Carmen Martínez-Bordiú

Entre las distintas personalidades que acudieron a los Beef Awards, los premios que PROVACUNO entregó el pasado miércoles 19 en Madrid, se encontraban Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas. Allí, hablamos con los duques de Anjou de las celebraciones que están encadenando: los cuarenta años que cumplió Margarita en octubre, los cincuenta que acaba de alcanzar Luis Alfonso y el vigésimo aniversario de casados, el próximo mes de octubre. Pero también nos contaron cómo están viviendo la adolescencia de la mayor de sus cuatro hijos, Eugenia, que ya tiene 17 años, y cómo se encuentra Carmen Martínez-Bordiú, quien rompió con el australiano Tim McKeague el pasado verano.

—Ya que estamos en este evento de carne de vacuno, ¿quién cocina más en casa o quién tiene mejor mano de los dos?

—¡Ninguno de los dos! –responden los dos a la vez, antes de reírse–.

—LUIS ALFONSO: Pero a mí me gusta la carne poco hecha, con lo cual no hay problema. Poco hecha y un poquito de sal. Facilito.

—MARGARITA: Exactamente. De cocinar poco, se me da muy mal.

—Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, ¿os preocupa la operación biquini?

—M: No, la verdad que no.

—LA: Estoy preocupadísimo (bromea). Me debería controlar, pero no pasa nada.

—M: Yo llevo dos años mala… Y como no puedo hacer deporte, la operación biquini tendrá que quedar para el año que viene.

—Margarita, ¿cómo va la recuperación de tu brazo izquierdo, que te lesionaste tras una caída de caballo?

—M: Voy mejor, pero no puedo hacer deporte, así que es más complicado.

—Vemos que ya no llevas cabestrillo

—M: Me lo he quitado justo hoy, así que muy bien.

—Luis Alonso, acabas de cumplir cincuenta años

—LA: Cincuenta años, sí. Estoy muy bien. Ya preparando los próximos cincuenta, así que a tope. Queda mucho por delante.

—¿Notas algún cambio?

—LA: Alguna cana, pero no. Seguimos de espíritu joven.

—No es la única celebración de este año

—LA: No, este año cumplimos veinte de casados.

—M: El cumplió cincuenta, yo cuarenta en octubre y ahora veinte de casados. Vamos a celebrarlo.

—¿Qué balance hacéis de vuestro matrimonio?

—M: Buenísimo.

—LA: Una maravilla. Parece que fue ayer cuando nos casamos y, mira, han pasado veinte años. Eso quiere decir que nos llevamos muy bien y que todo va de maravilla.

—¿Qué ha sido lo mejor de todo este tiempo o lo que ha resultado más fácil?

—LA: Lo más fácil, la convivencia. Prácticamente, no discutimos. Nos llevamos muy bien.

—M: Y siendo padres de cuatro hijos.

—LA: Estamos muy contentos con nuestros hijos, que son maravillosos. Nos han salido, por ahora, muy responsables y buenos. La verdad que muy contentos. Esperemos que nos se nos tuerzan en el camino.

—¿Quién hace de poli malo de los dos?

—LA: Yo creo que somos una combinación. De vez en cuando, uno y, de vez en cuando, otro.

—M: (Ríe) Yo soy el poli malo constantemente (ríe). Me toca, me toca.

—Luis Alfonso, ¿eres un padre permisivo?

—LA: No, no. Soy durísimo con mis hijos. Saco el látigo cuando puedo (bromea)

—M: (ríe).

—Ahora que no montas a caballo, es Eugenia, la mayor de vuestros hijos, a quien vemos practicar hípica

—M: ¡Un momento! Ahora, no monto, pero volveré (ríe). Es una pausa.

—¿Cómo vives que tu hija esté siguiendo tus pasos?

—M: Es muy emocionante. Eugenia está súper contenta. Está montando mis caballos, lo que me hace mucha ilusión.

—¿Le das consejos?

—M: Sí. Como conozco mucho los caballos, le comento que haga esto o lo otro. Acaba de quedar segunda en el torneo de Barcelona, así que muy contenta.

—¿Cómo llevas su adolescencia?

—M: Es muy divertido. Un planazo. Tengo todas las adolescencias a la vez: la de diecisiete, los de trece –los mellizos Luis y Alonso– y el de cinco –Enrique–, que se cree que tiene quince.

—¿Eugenia ya se mete en tu armario y te coge la ropa?

—M: Sí… Sufro de eso, pero bueno… (ríe).

—¿Qué quiere estudiar ella?

—M: Algo de Economía y Administración, aunque aún no lo tiene muy claro.

—Luis Alonso, ¿cómo se encuentra tu madre?

—LA: Muy bien. Sigue en Portugal, encantada de la vida. Viene de vez en cuando a vernos.

—¿Cómo lleva ella eso de que le llamen abuela?

—LA: Lo lleva bien, la verdad. Mi madre está muy bien y muy tranquila en Portugal.

—Por último, ¿ya tenéis planeadas las vacaciones?

—M: Serán familiares, como siempre.

—¿En España o fuera?

—M: Ambas cosas.

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