Cómo es Harlequin, el álbum con el que Lady Gaga vuelve a su personaje de la película Guasón 2: Folie à Deux

Lady Gaga, entre su habitual estilo y los ecos de su personaje Harley Quinn, de la película Guasón 2: Folie à deux
Lady Gaga, entre su habitual estilo y los ecos de su personaje Harley Quinn, de la película Guasón 2: Folie à deux - Créditos: @BENJAMIN CREMEL

Si para muestra alcanza un botón, para obstinación basta una Lady Gaga. Esa que siempre parece lograr todo lo que se propone. Hasta fue capaz de generar una especie de secuela sonora para su personaje Harley Quinn en Joker: Folie à Deux, película que se estrenará el jueves 3 de octubre y que ya estuvo girando por festivales de cine. En rigor, este álbum que denominó Harlequin no es la banda de sonido oficial sino un complemento.

Portada del álbum Harlequin, de Lady Gaga
Portada del álbum Harlequin, de Lady Gaga

El soundtrack es la música incidental que también se publicó este viernes 27, con obras de la compositora y chelista Hildur Guðnadóttir, quien también fue la responsable de la la música de la película anterior (Guasón, de 2019). Por aquel trabajo, hecho a las órdenes de Todd Phillips, obtuvo premios Oscar, BAFTA y Globo de Oro. En esta producción, de 19 tracks, hay nombres que también tienen relación con los del álbum de Gaga, aunque la música no guarda parentescos. Mientras que en la lista de Hildur se pueden leer títulos como “It’s Showtime”, “Same Ol’ Jocker” y “The Saints”, en el de Gaga habrá un “That’s The Entertaiment”, o el clásico “When The Saints Go Marching in” y “The Joker”. Sin embargo, el tono de cada uno es absolutamente diferente porque su función es distinta. El tono sombrío se extiende en las piezas breves del trabajo incidental de Guðnadóttir, en poco más de 30 minutos de música. En cambio, lo que Lady Gaga propone son versiones de temas muy famosos del acervo musical norteamericano, pero sacados de su contexto original. En algunos casos, sometidos a una gran metamorfosis, que es la que hace para llegar a su personaje.

Para los que nunca escucharon estas canciones, cualquier interpretación será igual de válida. Quienes conserven en los galpones de su memoria sonora a voces como las de Louis Armstrong, cantando (siempre con su sonrisa en los labios) “When the Saints Go Marching In”, en su formato de jazz tradicional, deberán switchear al modo Gaga para entender esta versión que es de intención coral, y que podría estar en el soundtrack de un trabajo musical estilo Fama, o en una película de argumento universitario estadounidense, con show de porristas incluido. Algo así como un Footloose. Aquí el nombre original fue acortado. Se llama “Oh, When The Saints”

¿Qué hace Gaga cuando tiene en sus manos aquella “Smile”? (Aquella que en sus primeras expresiones aparecía como instrumental “cantado” por cuerdas, acompañando el paso típico de Charles Chaplin por una ruta desolada, en el final de Tiempos modernos, de la década de 1930.) Gaga hace una versión estilizada más cercana a la de Michael Jackson, pero sin orquesta; en este caso, suena casi hotelera, y con el mismo tono agridulce que tenía casi un siglo atrás.

Muchas veces optó por esa estilización, como si buscara masticar un poco más las palabras. Pudo ser un acto deliberado, si acaso realmente en su interior buscó una manera dar cuenta de una prolongación de su personaje en la película. O quizá solo fue una decisión estética al momento de crear el arreglo, para apartarse, en algunos casos, de versiones muy canónicas. ¿Habría tenido sentido una versión de “I’ve Got the World On a String“, con un swing de walking bass de fondo, que intentara parecerse a las grandiosas versiones de Sarah Vaughan, Tony Bennett o Frank Sinatra? ¿Para qué buscaría el mismo tempo de la dupla Bacharach-Streisand al momento de recrear “Close To You”?

Lady Gaga con unos de sus rostros de Harley Quinn, en Joker: Folie a Deux
Lady Gaga con unos de sus rostros de Harley Quinn, en Joker: Folie a Deux

Lo que hace esta Gaga es imponer su parecer y su color vocal, que surge más claro en temas como “If They Could See Me Now”, sobre todo en el final, con todo su caudal canoro. Este es otro excelente ejemplo de cómo ha querido tomar distancia. Se aparta de la Sweet Charity de Shirley MacLaine y también de la discotequera de Linda Clifford.

Vaya un ejemplo más. “The Jocker” que escribió Anthony Newley e interpretó a mediados de la década del sesenta con un fuerte toque agogó, aquí suena, probablemente, en plena sintonía con el universo en el que transcurre la película. Y en el track siguiente, el tema “Folie à Deux” -además de darle título a la película es el que lleva el nombre de Gaga (Stefani Germanotta) como única firma-, entre el Guasón y el canto de “arlequina” se perciben los marcados cambios de estado de ánimo. “Insane In Love With You” canta al final.

Después de los ejemplos, vale la pena volver al principio. Entender Harlequin como un trabajo programático implicaría escuchar estas 13 canciones en el contexto de la película. De ese modo, comprender el pleno sentido que Lady Gaga quiso darle a esta grabación, que no estaría considerada estrictamente como un álbum más de su catálogo solista. Porque la que canta no es ella sino su personaje. Sin embargo, cuando la música sale del contexto de banda de sonido, la escucha será completamente diferente. No hay que tenerle miedo a eso, solo hay que asumir los riesgos.