Harry cuenta cómo fue el primer encuentro de Meghan con Guillermo y Kate
Las memorias que acaba de publicar el príncipe Harry están sirviendo para conocer, según su versión, cómo es el tipo de relación que mantienen los Windsor entre sí, algo a medio camino entre una familia y un negocio. Algo que ya había contado el propio duque de Edimburgo que se referiría a ellos como The Firm, la empresa. Con esta peculiaridad, y la rígida jerarquía familiar que lo marca todo, este libro muestra que la relación que mantenían Guillermo y Harry había dejado de ser idílica desde hace años, mucho antes de que Meghan llegara a sus vidas. El duque de Sussex cuenta además algo que ha flotado en el aire desde el principio: ¿cómo conocieron a Meghan los príncipes Guillermo y Kate y qué tipo de recibimiento le brindaron?
Según Harry todo comenzó durante el verano de 2016, el momento en el que los duques de Sussex decidieron que su relación iba en serio y que iban a apostar por un noviazgo a distancia que ya sabían que no resultaría nada fácil. Días después de una visita de Meghan a Londres, Harry decidió que era el momento de contárselo a su hermano y su cuñada, que ya habían empezado a sospechar que a Harry le pasaba algo. Los ahora príncipes de Gales invitaron a Harry a cenar y fue cuando estaban en la sala de la tele, con los niños ya metidos en la cama, cuando Harry desveló su secreto.
Guillermo: "Al fin y al cabo, es una actriz estadounidense, Harold. Podría ocurrir cualquier cosa"
"Mencione, como de pasada, que había una nueva mujer en mi vida. Los dos se abalanzaron hacía adelante: ¿Quién es?", cuenta Harry que preguntaron Guillermo y Kate, pero la gran sorpresa fue descubrir que ellos "eran devotos" de la serie Suits y, por tanto, sabían perfectamente quién era Meghan Markle. "Genial, pensé riendo. Me había preocupado por el motivo equivocado. Todo este tiempo había estado pensando que Willy y Kate no darían la bienvenida a Meg a la familia, pero en ese momento me preocupó que la acosaran para que les firmara un autógrafo", explica Harry. Ya ese día, en el que el duque de Sussex mostró su ilusión ante la idea de que por fin pudieran formar un cuarteto, el príncipe Guillermo insistió –según Harry- en que esa relación podía no salir bien. "Al fin y al cabo, es una actriz estadounidense, Harold. Podría ocurrir cualquier cosa", sentenció Guillermo.
Una semana después de esta conversación Meghan ya estaba de regreso en el Reino Unido, fue entonces cuando conoció a Isabel II por primera vez en ese encuentro improvisado en casa de los duques de York en el que Meghan se confundió al príncipe Andrés con un ayudante de la soberana. Harry decidió que no podía postergar más el momento en el que Guillermo y Meghan se conocieran. "Así que Meg y yo nos dejamos caer por su casa una tarde, poco antes que él y yo tuviéramos que partir a una salida de caza", explica Harry. "Le presenté a Meg, quien se adelantó y le dio un abrazo, cosa que dejó pasmado a Willy. Mi hermano retrocedió. Willy no abrazaba a muchos desconocidos. Mientras que Meg abrazaba a la mayoría de los desconocidos. El momento fue el típico choque cultural, Estados Unidos / Reino Unido, que me pareció tan divertido como encantador", cuenta Harry que también se preguntó si Willy esperaba que Meg lo saludara con una reverencia, lo que hubiera sido el protocolo al conocer a un miembro de la Familia Real pero este detalle, cuenta Harry, no se lo contó a Meghan.
La primera cena: cocinó Meghan y 'todo fue de maravilla'
Kate no estaba en casa, había salido con los niños, cuando los hermanos se quedaron a solas, porque Meghan regresó a Nottingham Cottage, Guillermo le dijo a Harry: "Me alegro mucho por ti, Harold". Sin embargo, capítulos después, Harry cuenta que tanto su hermano como su padre (Carlos III según su versión fue esgrimiendo motivos económicos y diciendo que le estaba costando mucho a mantener a Guillermo y Kate) le advirtieron en que casarse con Meghan no sería una buena idea. Pasaría tiempo antes de que Meghan y Kate se conocieran, primero Harry le pidió autorización a su abuela para casarse con ella e incluso encargó el anillo, poniendo al corriente a Guillermo de que la intención que tenía de usar algunos diamantes de Diana de Gales (de la parte que le correspondían a Harry por herencia) para la confección del anillo. "No recuerdo que dudara ni un segundo antes de cedérmela (se refiere a la pulsera de la que se extrajeron los diamantes). Al parecer, apreciaba a Meg a pesar de sus ya mencionadas reticencias. A Kate también le gustaba. Los invitamos a cenar durante una de las visitas de Meg. Ella cocinó y todo fue de maravilla", explica Harry sobre ese primer encuentro en el que Guillermo estaba resfriado y aceptó (para sorpresa de todos) un remedio homeopático que le brindó Meghan.
La conversación de esa cena fue sobre tenis y Suits. "La única posible nota discordante que se me ocurre fue la marcada diferencia en la forma de vestir de las dos mujeres, de la que ambas se dieron cuenta. Meg: vaqueros rotos, pies descalzos. Kate: de punta en blanco", explica Harry, un episodio que ya había contado la propia Meghan en el documental que estrenaron a final del 2022 en Netflix y en el que ambos insisten en trasladar el mensaje de lo contrapuestas que son las dos parejas, los Sussex, cercanos y cálidos, los Gales, formales y distantes.
Un momento incómodo sobre un brillo labial
La siguiente mención que hace Harry sobre Kate en el libro ya se traslada a febrero de 2018, en la plena cuenta atrás para la boda. Fue cuando los cuatro acudieron juntos a un Foro de la Fundación Real que suponía para Meghan el debut en un acto institucional junto a Guillermo y Kate, que estaba entonces embarazada del príncipe Louis y había descargado su agenda aprovechando que en ese momento el foco estaba puesto en los futuros duques de Sussex y su boda. En ese acto, que todos presenciamos en directo, se apreciaron varias cosas, pero, sobre todo quedó claro que Meghan pensaba que el activismo que había hecho hasta ahora podría continuar estando dentro de la Casa Real. Nada más lejos de la realidad, cuando ella menciono el movimento Me too, el resto guardo silencio, sabían que ese era un terreno que monarquía no debe tocar.
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Lo que no vimos es que, según Harry, ese mismo día, comenzó una falta de sintonía entre Kate y Meghan, a cuenta de que ese día Kate se di cuenta que desde ese preciso instante iba a estar obligada a competir con Meghan. "Todo esto llegó justo después de un momento incómodo entre bambalinas. Meg le pidió a Kate el brillo labial. Algo muy estadounidense […] Ella, sorprendida rebuscó en su bolso y, a regañadientes, sacó un pequeño tubito. Meg se puso un poco con en el dedo y se lo aplicó en los labios. Kate puso cara de asco", recuerda Harry sobre un momento que según su versión dejó una pequeña huella, la antesala de todo lo que vendría después. Desde la discusión por los trajes de las damas de honor hasta la separación de sus oficinas, una tensión que desembocó en una ruptura familiar.
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