Harry Meghan no crearán más contenido sobre la familia real

El matrimonio se perdió este lunes la histórica procesión de la Orden de la Jarretera celebrada en Londres porque ha decidido enterrar para siempre su pasado royal. Tampoco es que se les esperara en el día dedicado a la Nobilísima Orden de caballería más célebre de la nación y la más antigua y donde el otro gran ausente fue el príncipe Andrés.

La novedad es que un antiguo presentador de la BBC llamado Andrew Neil afirma que no Harry y Meghan seguirán produciendo ningún tipo de contenido relacionado con la familia real británica porque estarían listos al parecer para pasar página: "En estos tiempos sombríos una buena noticia: fuentes cercanas al duque y la duquesa de Sussex afirman que la pareja dejará de hacer podcasts autorreferenciales para Spotify, documentales reveladores para Netflix - y no publicará más memorias ni concederá entrevistas hablando de la familia real, ya que no tiene 'nada más que decir'", ha asegurado por medio de un tuit.

Por otra parte, es cierto que con la ruptura de su relación profesional con Spotify han perdido una de sus plataformas más útiles para seguir compartiendo su versión de la historia acerca de su salida de la monarquía. Bill Simmons, director de contenidos deportivos internacionales de la compañía, arremetió contra Harry y Meghan cuando no se renovó su contrato tras salir a la luz que no cumplían los "requisitos de productividad".

"'Malditos estafadores' - ese es el podcast que deberíamos haber lanzado con ellos. Tengo que emborracharme una noche y contar la historia del Zoom que tuve con Harry para intentar ayudarle con una idea de podcast. Es una de mis mejores historias. Ojalá hubiera participado en la negociación de 'Meghan y Harry dejan Spotify'. Ese es un podcast que deberíamos haber lanzado con ellos", aseguró en su propio podcast.

El colapso del acuerdo aumentaría la presión financiera sobre los Sussex a medida que se acumulan las facturas por su estilo de vida en Montecito, California. La finca de estilo toscano que compraron por 14,7 millones de dólares en junio de 2020, donde viven con su hijo Archie (4) y su hija Lilibet (2), tiene una hipoteca considerable, y sólo los impuestos anuales sobre la propiedad cuestan 144.427 dólares, sin contar los pagos al personal y el mantenimiento.

Se cree que la factura de la seguridad privada de la pareja asciende a unos 2 millones de dólares al año, a lo que hay que sumar los gastos legales derivados de las batallas de Harry con la prensa británica, y ahora tienen que mantener además a flote su empresa Archewell sin el dinero de Spotify. El acuerdo con el gigante del streaming se firmó en 2020, pero sólo ofreció 13 horas de programación en dos años y medio: una docena de episodios del podcast 'Archetypes' de Meghan, así como un único especial de vacaciones en el que se pudo escuchar por primera vez la voz de su hijo mayor.