Yahoo Estilo Harry y Meghan reaparecen tras la coronación en cena con Gwyneth Paltrow y Cameron Diaz
Una semana después de la coronación de Carlos III, de la que el príncipe Harry sólo presenció la solemne ceremonia en la abadía de Westminster para poner rumbo a California inmediatamente después, los duques de Sussex se han dejado ver públicamente en Santa Bárbara y en compañía de otras figuras muy conocidas del 'star system' hollywoodiense.
Como informa el portal de noticias Page Six, este fin de semana Harry y su esposa, Meghan Markle, quien prefirió no asistir el pasado 6 de mayo a la entronización de su suegro, se citaron con Gwyneth Paltrow y Cameron Diaz, acompañadas éstas por sus respectivos maridos, Brad Falchuk y Benji Madden, para disfrutar de una animada cena en el Sushi Bar de Montecito, uno de los locales de moda del exclusivo barrio en el que viven los 'royals'.
Al encuentro acudieron también Whitney Wolfe, la fundadora de la popular aplicación de citas Bumble, y su marido Michael Heard, un empresario especialmente conocido por sus inversiones petroleras. Las tres parejas trataron de pasar desapercibidas a su llegada al establecimiento, pero al final no pudieron evitar ser identificados por los comensales que se han puesto en contacto con el medio.
No han trascendido fotos de la velada, al menos por ahora, pero los testigos aseguran que Harry y Meghan sacaron a relucir su lado más carismático y encantador, rodeados de personas de su entera confianza y en un ambiente cómodo y distendido. Esa salida nocturna les habrá sentado especialmente bien tras haber protagonizado, muy a su pesar, titulares de todo tipo en relación con la mencionada coronación.
El viaje exprés de Harry fue muy criticado por determinados sectores de la opinión pública británica, quienes le afean el sinfín de acusaciones y reproches que vertió sobre la familia real en su libro de memorias 'En la sombra'. Por su parte, a la antigua actriz se le recriminó su decisión de quedarse en su casa californiana para celebrar el cumpleaños de su primogénito Archie, en un aparente desplante a la corona. Sin embargo, ese gesto también fue interpretado como indicativo de su deseo de no eclipsar a los reyes Carlos y Camila en su gran día.
