La decadente vida de Harry 'enjaulado' antes de conocer a Meghan
El príncipe Harry ha roto con las cadenas, responsabilidad y el ostracismo de la monarquía y lo ha hecho de la mano de la mujer que ama pero, ¿cómo era su vida antes de conocer a Meghan Markle?
En su lapidaria entrevista con Oprah Winfrey, el príncipe Harry se ha abierto en canal y ha confesado que: “Yo vivía enjaulado antes de conocer a Meghan, pero no me había dado cuenta”.
El hijo de Lady Di y del príncipe Carlos ha argumentado que: “Estaba atrapado” y también ha explicado que siente lástima por su hermano William y por su padre, Carlos, dado que ellos “nunca podrán escapar” de la institución o de sus obligaciones públicas, empezando por el ascenso al trono.
El padre de Archie ha confesado que “mi padre dejó de coger mis llamadas cuando me alejé de la familia” y también que “a mi abuela (la reina Isabel II) no le cogió por sorpresa mi decisión de irme de Reino Unido, le tengo mucho respeto y jamás la tomaría por sorpresa”, ha explicado Harry diciendo que la monarca era conocedora de sus planes.
El Megxit, igual que esta entrevista con Oprah, parecen un “Harry la ha vuelto a liar” pero, esta vez, es la definitiva. El pelirrojo siempre ha sido el ‘royal’ díscolo de la familia, del que todos podían esperar cualquier polémica o escándalo y con el que la prensa amarilla más se ha ensañado desde corta edad.
Harry vino al mundo en 1984 y ya nació rodeado de polémica por su gran parecido físico con James Hewitt, amante confeso de Diana de Gales. Desde el inicio se rumoreó que Harry no era hijo del príncipe Carlos sino de James, con quien Lady Di habría estado entre 1983 y 1991 según él mismo declaró hace algunos años.
El príncipe Harry no fue consciente por aquel entonces del revuelo formado pero, el primer y más duro golpe de su vida le llegó con tan solo 13 años, cuando su madre murió el 31 de agosto de 1997.
Desde aquel instante Harry fue carnaza de tabloides y pasó su adolescencia dando escándalos que se convertían en fotos, portadas y “mala prensa” para la imagen de la monarquía. Harry ha aparecido en varios medios supuestamente borracho en sus fiestas de instituto, pellizcando el pezón de un amigo, agarrando el escote de una chica e incluso fumando marihuana y bebiendo alcohol.
2002 fue, sin duda el peor año para Harry a nivel mediático y es que fue fotografiado en una fiesta de disfraces vestido de nazi con el brazalete de la esvástica. Titulares como “Mein Harry” o “Harry el Nazi” aparecieron en la prensa, no solo británica, sino mundial.
Tiempo después se supo que fue William quien le animó a disfrazarse así aunque él no salió perjudicado en la prensa. Tanto fue el revuelo y la presión que la casa real británica tuvo que emitir un comunicado pidiendo perdón por el desliz del príncipe.
Por aquel entonces se rumoreó que consumía sustancias ilegales, por lo cual le enviaron a rehabilitación en 2002, con 18 años. Obviamente todas esas ‘locuras’ de juventud no se le han perdonado a un joven que, bajo el mando monárquico, debería ser ejemplar para el pueblo en vez de vivir su vida como un adolescente más, con sus errores incluidos.
Al salir de rehabilitación en 2003, el joven decidió tomarse un año sabático y aprovechó para desarrollar su faceta más solidaria ayudando a niños desfavorecidos y aquello mejoró su imagen antes de que empezase a formarse como militar.
Su participación en la guerra de Afganistán en 2007 también trajo cola y es que no todo el pueblo estaba de acuerdo en que un miembro de la realeza participara en un conflicto bélico de una forma tan activa.
Otro de sus grandes escándalos llegó en 2012 cuando un amigo le traicionó y se filtraron a la prensa sus fotos totalmente desnudo y agarrado a una chica en Las Vegas. El príncipe estaba jugando al billar e iban pagando prenda con su ropa hasta perderla del todo.
Estas fotografías supusieron un disgusto enorme para Carlos y la familia pero, sobre todo, una gran decepción para la Reina Isabel II que celebraba su jubileo. En muy pocos años Harry había dado demasiados problemas a la institución y nada tenía que ver su imagen con la de un responsable y comprometido William.
El currículum amoroso de su nieto tampoco ha sido nunca del agrado de Isabel II, incluida Meghan Markle visto lo visto. La primera novia oficial de Harry fue Cheisy Davy, después la siguió Cressida Bonas con la que hoy en día mantiene una genial relación.
Según se rumoreó, la monarquía presionaba al joven para que se comprometiera oficialmente pero lo que acabó pasando es que rompió a los dos años y volvió a su soltería hasta que llegó Meghan en 2016.
Siendo una actriz de Hollywood y perteneciendo al star system, la arcaica familia real británica no la veía con buenos ojos y, de hecho, en el libro “Batalla de hermanos” se relata como William intentó convencer a Harry para que dejara a Meghan y no se casara.
Al parecer William no estaba dispuesto a que Harry se casara con Markle y, como sabía que él solo no podía convencerle dado que Harry estaba -y está- locamente enamorado de Meghan, urdió un plan para que fuese su tío, el hermano de Diana de Gales, quien le convenciera de no casarse, aunque tampoco lo consiguió.
Su último gran escándalo es por todos conocido, el Megxit por el cual ha abandonado su cargo como duque de Sussex y su representación de la monarquía en eventos o actos oficiales. Además, se ha mudado a vivir a otro continente y es allí donde puede ser libre y no seguir “enjaulado” tal y como él le ha contado a Oprah.
Sus declaraciones en la última entrevista son el punto y final a esta ruptura no solo con la parte pública de su familia sino con toda la presión a la que la prensa británica le ha sometido desde que nació y es que, echando la vista atrás y repasando su vida, a Harry ya le toca ser libre.
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