Harry Potter y el Prisionero de Azkaban: Las analogías sexuales que puso Alfonso Cuarón en la película

Han pasado más de 20 años desde que J.K. Rowling nos presentó por primera vez su mundo mágico con Harry Potter. Aunque los libros fueron lo primero, los fanáticos de la serie están igualmente enamorados de la franquicia cinematográfica. En 2001, el director Chris Columbus llevó el mundo de Rowling a la pantalla grande con Harry Potter y la piedra filosofal. La película también presentó a los fans de la franquicia a Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, quienes interpretaron a Harry Potter, Hermione Granger y Ron Weasley durante los años que se tomó el estudio para adaptar cada uno de los libros.

No te lo pierdas: Historias de Harry Potter que serían mejores películas que Animales Fantásticos 3

A medida que se desarrollaban los actores, los personajes y las historias, también lo hacían las películas. Para cuando el director Alfonso Cuarón se incorporó para trabajar en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (91%), la película que se estrenó en 2004, la saga había tomado un giro mucho más oscuro y maduro. Cualquier fan de Harry Potter sabe que hubo un cambio radical en la franquicia cuando Cuarón se unió como director para trasladar a la pantalla grande los hechos que suceden en el tercer libro de la serie. Antes de su llegada, las dos primeras películas eran bastante rígidas cuando se trataba de apegarse al material original.

El cineasta mexicano se arriesgó al salir del formato que Warner Bros. venía manejando, logrando establecer así un tono mucho más oscuro que preparó al público para las cinco películas con las que continuarían en los siguientes años. El director aseguró en su momento que trató de ser muy respetuoso con el material original y con las películas que se estrenaron anteriormente, pero que también deseaba hacer algo que pudiera sentirse como suyo. De esta forma, agregó algunas de sus propias peculiaridades y detalles que realmente llevaron a la adaptación lo que significaba ser un adolescente en el mundo mágico.

Con esto nos referimos a la intención de Cuarón al retratar la adolescencia, ya que su mensaje tiene mucho que ver con la sexualidad y la madurez de sus personajes. Para la época en la que transcurre la tercera parte de la historia, Harry Potter habría tenido unos 13 años de edad, lo que lo pone justo en el comienzo de la adolescencia. Esa parte es lo que quiso explorar el director, quien incluyó algunas escenas o momentos que actúan como analogías a la etapa de la vida del protagonista en la adaptación.

Te recomendamos: Por qué Harry Potter es una historia progresista

Uno de los detalles más curiosos del filme fue uno que dejó Cuarón en el Mapa del Merodeador. Como recordarán, este artefacto se lleva una parte importante del protagonismo en el Prisionero de Azkaban para ayudar a Harry en su travesía. Los hermanos mayores de Ron, Fred y George, le roban el mapa a Filch y se lo dan a Harry para que pueda viajar a Hogsmeade sin ser detectado. Más tarde descubrimos que el mapa fue creado por Remus Lupin, Peter Pettigrew, Sirius Black y James Potter mientras asistían a Hogwarts.

Según información oficial del Wizarding World (vía Popbuzz), la magia utilizada en la creación del mapa es avanzada e impresionante e incluye el encantamiento Homonculous, que permite al poseedor del mapa rastrear los movimientos de cada persona en el castillo, y también estaba encantado para repeler para siempre (de la manera más insultante posible) la curiosidad de Severus Snape. El mapa le permite a Harry identificar a Peter Pettigrew y descubrir la verdad sobre su padrino, Sirius Black.

Por lo general, una mirada al mapa mostrará varios pares de pies caminando o merodeando y la persona que posee el mapa puede saber dónde se encuentra esta persona o griupo de personas, pero en los créditos finales se encuentra un momento potencialmente escandaloso dada la posición de dos pares de pies específicos, lo que nos lleva a pensar que tal vez dos estudiantes estaban fuera de sus respectivas habitaciones para hacer algo que no es dormir, precisamente. Esta secuencia fue realizada por Rus Wetherell, el hombre a cargo de diseñar la secuencia y esos misteriosos pasos, a quien Huffpost no dudó en contactar hace algunos años para preguntarle de qué se trataba.

Aparentemente, los pares de pies pertenecen a Harry Potter y Cho Chang, pero el artista no está seguro. Lo que sí sabe con certeza es que Alfonso Cuarón estuvo feliz de tener un “momento para adultos” en su película, a pesar de que se trata de un mínimo detalle.

Según él, Cuarón quedó encantado con tener algo en su película que solo un adulto podría entender y no los niños, que eran quienes llenaban gran parte de las salas de cine en cada uno de los estrenos de las adaptaciones de Harry Potter. Aunque esto fue algo mucho más frontal, el cineasta incluyó otros detalles que se pueden interpretar fácilmente como analogías al despertar sexual del protagonista.

Desde uno de los primeros momentos de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (91%) hay una analogía sutil a la masturbación, cuando se ve cómo Harry está debajo de las sábanas agitando su varita para hacer un encantamiento. Él se ve interrumpido por su tío Vernon cuando este abre la puerta repentina, y el joven mago intenta acostarse rápidamente para hacer de cuenta que estaba durmiendo. Después de todo, la autora de la serie de novelas siempre declaró que la sexualidad es un factor importante en sus personajes y en su momento elogió lo mucho que la visión de Cuarón desarrolló aún más lo que ella había escrito originalmente.

Pero no todo termina ahí y tampoco todo tiene que ver con la sexualidad, ya que también hay otra analogía que puede tocarse en este tema. Y es que ciertos lugares visitados por los personajes en las películas solo permiten el acceso a personas adultas, como el bar Las Tres Escobas, al que solo se logra entrar si eres un adolescente que tiene en su poder una capa de invisibilidad, por ejemplo. El Prisionero de Azkaban en las manos de otro director no habría sido lo mismo, pero en las de Cuarón es que podemos encontrar analogías que incluyen la sexualidad y los cambios por los que pasan las personas en la adolescencia.

Continúa leyendo: Harry Potter y la influencia del cristianismo en la obra de J.K. Rowling