Harry Styles no parece saber mucho de la comunidad LGBQT

Le guste o no, Harry Styles ha visto cómo su sexualidad lleva varios años en el centro de múltiples conversaciones. Ya sea por sus elecciones fashionistas en posados de revistas o eventos profesionales (desde faldas a vestidos), o por dejar la respuesta en el aire cada vez que un periodista se atrevió a preguntarle, lo cierto es que el asunto le persigue. Y él tampoco hizo demasiado como para zanjarlo. En mi opinión, está en todo su derecho. A nadie debería importarle, como tampoco tiene nada de malo que se vista como le de la real gana. Personalmente aplaudo su libertad y el ejemplo que riega por el mundo de hacer, ser y vestir como mejor se sienta representado.

Pero eso no quita que el temita lleve tiempo trayendo cola. Y ahora que estrenará My policeman en Prime Video en octubre, una serie donde interpreta a un policía que explora su bisexualidad a través de una relación con una mujer y otra con un hombre, era inevitable que la prensa comience a preguntarle. Sin embargo, para un artista adorado por la comunidad LGBTQ, que aporta su granito de arena en la lucha por la igualdad con la libertad personal como bandera y que, además, acaba de interpretar a un personaje que los representa, parece no saber nada de lo que se cuece en la representación moderna en cine y series.

Harry Styles en el póster de 'My policeman' (cortesía de Amazon Prime Video)
Harry Styles en el póster de 'My policeman' (cortesía de Amazon Prime Video)

Desde que en 2017 dijera en una entrevista a Bizarre que nunca había sentido la necesidad de etiquetarse sexualmente, el asunto no dejó de perseguirle. “No siento que es algo que jamás haya sentido que tenga que explicar sobre mí” añadió y un año más tarde estrenó una de sus canciones en un concierto -que luego nunca publicó- que muchos señalaron como una especie de himno bisexual. Se trataba de Medicine, cuyas letras decían “Los chicos y chicas están aquí. Juego con él y me parece bien” (Billboard). En varias ocasiones, Harry Styles habló de la línea inexistente que él percibe entre la masculinidad y feminidad, adaptando sus visiones artísticas según las personas con las que quiera colaborar y no porque exista una identificación sexual de por medio. Pero por más que él intentara zanjar el tema dejando claro que su sexualidad no es algo que sienta la necesidad de exponer al mundo, (“¿A quién le importa?” dijo a The Guardian en 2019), el asunto no ha dejado de pisarle los talones.

Hay quien pueda creer que está capitalizando la confusión para atraer más (si cabe todavía) a la comunidad LGBTQ a su música y conciertos. En la entrevista mencionada dijo claramente que no es el caso y que solo quiere que todos se sientan bienvenidos a sus espectáculos, con banderas del arcoíris incluidas. Sin embargo, sus últimas palabras en otro encuentro con Rolling Stone dejan entrever la falta de conocimientos que parece tener cuando se trata de esa comunidad que le adora y que, indirectamente, representa con esa ambigüedad que, le guste o no, le persigue.

Cuando la pandemia le obligó a cancelar su gira en 2020, Harry Styles aprovechó la oportunidad para abrirse alas como actor tras su primera, y bien recibida, incursión en Dunkerque. Primero fue el turno No te preocupes querida, el thriller que dirige su novia Olivia Wilde que llegará a las salas el próximo 23 de septiembre, y a continuación se trasladó al universo de las series con el drama íntimo My Policeman. En esta historia interpreta a Tom, un policía que inicia una relación secreta con un conservador de museos (David Dawson) dentro del contexto de los años 50s, cuando la homosexualidad todavía era ilegal en Reino Unido. Mientras que al mismo tiempo busca casarse con una maestra llamada Marion (Emma Corrin).

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Obviamente es bastante incomprensible pensar ahora, ‘Oh, no podías ser gay. Era ilegal’, dijo Styles a la revista. “Creo que todos, incluyéndome a mí, tienen su propio viaje para descubrir la sexualidad y sentirse más cómodos con ella”. Mientras que la serie le resulta una historia muy humana, sin etiquetas sexuales de por medio. "No es como 'Esta es una historia gay sobre estos tipos siendo homosexuales'. Se trata de amor y de pérdida de tiempo para mí".

Y aquí noté la primera frase que chirria. Que Styles diga que nos podría resultar incomprensible pensar que era ilegal ser gay me lleva a pensar que el cantante y actor vive en su propia burbuja cosmopolita occidental. En otras palabras, me demuestra una aparente falta de conocimiento por la realidad que esta comunidad aun vive, en la actualidad, en varios países. Porque no, no es incomprensible lamentablemente. Existen nada menos que 69 países que todavía tienen leyes que criminalizan la homosexualidad (casi la mitad son africanos). Ciertos territorios están tomando medidas, pero la discriminación y penalización por ser homosexual tristemente continua en muchos sitios.

Por otro lado, Harry Styles añade que el director quería darle importancia a la intimidad y conexión emocional en las escenas sexuales masculinas. Mucho del sexo gay en cine es dos tíos haciéndolo, y es como que remueve toda la ternura […] Habrá, me imagino, algunas personas que lo vean que estaban muy vivas durante este tiempo cuando era ilegal ser gay, y [Michael] quería mostrar que es tierno, amoroso y sensible”.

Vale, frase número dos. Esa imagen de escenas de sexo homosexuales a lo Brokeback Mountain, desesperadamente rudas y brutas, es algo que quedó en el pasado. Hace tiempo. Desde películas pequeñas como Firebird (2021), que plasmaba el amor apasionado entre dos soldados durante la Guerra Fría, a superproducciones como Rocketman (2019) donde Taron Egerton y Richard Madden transmitían la intimidad del acto en una escena delicada y sensible.

Si bien es cierto que el cine ha huido con frecuencia de la representación explícita del sexo homosexual, en los últimos años hemos sido testigos de ‘referencias’ que nos hablan de un acto íntimo, pasional y tierno. Justo lo que señala Harry Styles como si fuera algo que no existiera en el arte audiovisual moderno. Desde Un hombre soltero a Call me by your name, Supernova, El poder del perro, etc. Mientras que las series ganan la partida haciendo justamente eso que el director de My Policeman pretende plasmar según el cantante.

Desde la secuencia de casi 10 minutos que rozaba lo explícito en la primera temporada de American God (capítulo 3) donde un hombre de Oriente Medio (Omid Abtahi) mantenía relaciones con un Dios conductor de taxi. La escena era extremadamente física pero transmitía la conexión emocional que los personajes habían forjado con solo tocarse las manos. O la escena de la segunda temporada de Pose (capítulo 8) que hizo historia al plasmar la primera escena sexual entre dos hombres negros, queer y VIH positivos. Y a ellas podemos sumar Queer as folk, True Blood, etc.

Cuando se trata del cine y las series, hace tiempo que se vienen derribando tabús a la hora de plasmar el sexo para todas las orientaciones sexuales en contenidos adultos. Las hay que usan la sugerencia sin mostrar el acto, como Sex Education, y las que pasan por el aro de lo explícito. Por eso, si el director de My Policeman quiere mostrar que el sexo homosexual es “tierno, amoroso y sensible”, genial. Otro punto a favor de la igualdad para la comunidad LGTBQ. Pero decir que “mucho del sexo gay en cine es dos tíos haciéndolo” me hace pensar que Harry Styles no está muy al día con lo que se cuece en esa comunidad que representará con su personaje.

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