Helados de sabores festivos, perfectos para Thanksgiving

Helado de tarta de nuez en Nueva York, el 28 de octubre de 2020. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Simpson/The New York Times).
Helado de tarta de nuez en Nueva York, el 28 de octubre de 2020. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Simpson/The New York Times).

No necesitas que un psíquico te diga que el Día de Acción de Gracias será una reunión más pequeña este año. ¿Estás seguro de querer molestarte en hornear varias tartas?

Hay otra opción en caso de que recibas a unos cuantos invitados: un postre congelado que te recuerde los sabores de esa tarta de Acción de Gracias, de nuez o calabaza (o ambos), algo que hayas preparado con mucha antelación y que puedas tener listo para servir.

No obstante, necesitarás una máquina para hacer helados y un poco de previsión, ya que hay que dedicar varias horas a enfriar y congelar (la mezcla de helado tiene que estar muy fría antes de empezar a batirla y luego debes congelar el postre batido). Aunque sería posible congelar un sorbete en un sartén poco profundo, removiendo cada hora más o menos a medida que se solidifica para mantener la textura suave, ese método dista mucho de ser el ideal y producirá una consistencia más fría, como una granita. Simplemente no hay sustituto para la textura que una máquina puede ofrecer.

Este helado de tarta de nuez está hecho sobre una base de vainilla francesa, con nueces tostadas, cubiertas de jarabe de arce, y revueltas. Hacer la natilla es una operación delicada, como preparar salsa holandesa, debido a la frágil naturaleza de los huevos al calentarse. Ejecuta esta parte de la receta cuando puedas ponerle toda tu atención, sin interrupciones y sin enviar mensajes de texto.

En cuanto a las nueces, si las cortas a mano con un cuchillo afilado, en lugar de usar un procesador de alimentos, tendrás resultados más uniformes. Aunque muchas recetas de tarta de nuez requieren jarabe de maíz oscuro, yo preparo la mía con jarabe de arce, que me parece más ligero, así que eso es lo que usé para el helado.

Sorbete de calabaza y jengibre en Nueva York, el 28 de octubre de 2020. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Simpson/The New York Times).
Sorbete de calabaza y jengibre en Nueva York, el 28 de octubre de 2020. Estilista de alimentos: Simon Andrews. (Christopher Simpson/The New York Times).

El sorbete de calabaza y jengibre es una opción más ligera que se puede hacer vegana sustituyendo la miel por jarabe de agave. Aunque la calabaza enlatada funcionaría a la perfección, prueba asar pequeñas calabazas moscadas, 40 minutos a 200 grados Celsius, y luego extrae el interior raspándolo, lo cual se convertirá en un suave puré al fuego.

Las calabazas moscadas son una deliciosa variedad relativamente nueva de calabaza, de sabor dulce y carne espesa, sin la rigidez de otros tipos de calabazas de invierno. Dos calabazas son suficientes para obtener una taza de puré. La calabaza tipo Butternut es otra opción (también llamada moscada o almizclera).

El sorbete es excelente servido con rodajas de jengibre confitado encima o con trozos de semillas de calabaza trituradas, y va sorprendentemente bien con garabatos de jarabe frío hecho de chocolate oscuro.

Puedes preparar los postres hasta con una semana de antelación. Sin importar qué tipo de recipiente utilices para almacenarlo en el congelador, coloca un círculo de papel para hornear directamente en la superficie superior del helado o sorbete para mantenerlo hermético. Si preparas ambas variedades, podrías servir una cucharada de cada una de ellas, una junto a la otra y, si después de todo decides hornear la tarta, estos postres congelados serán tu versión de tarta “à la mode”.

Receta: Helado de tarta de nuez

Rinde: 5 tazas (8 porciones aproximadamente)

Tiempo total de preparación: 30 minutos, más 8 horas de enfriamiento y congelado por lo menos

2 tazas de leche entera

1 taza de crema espesa

1/2 taza de azúcar morena

2 huevos

1 cucharadita de extracto de vainilla

1 taza de nueces picadas en corte grueso

2/3 de taza de jarabe de arce

2 cucharadas de mantequilla sin sal derretida

1/4 de cucharadita de sal kosher

1. Pon la leche y la crema en un cazo pesado. Añade el azúcar. Calienta a fuego medio hasta que se escalde (unos 82 grados Celsius), se formarán burbujas alrededor de los bordes. Retira del fuego.

2. Bate los huevos en un tazón pequeño hasta que estén bien mezclados. Incorpora gradualmente varias cucharadas de la mezcla de leche caliente a los huevos y luego vierte con lentitud la mezcla de huevos de nuevo en el cazo, batiendo todo el tiempo.

3. Pon la mezcla a fuego medio bajo y cocina removiendo constantemente con una cuchara de madera, hasta que la mezcla se espese lo suficiente para cubrir la cuchara, 6 minutos más o menos. Tan pronto como veas los primeros hilillos de vapor, retira el cazo del fuego. Sigue revolviendo otros 5 minutos más o menos hasta que la mezcla se enfríe. Añade la vainilla. Transfiere la natilla a un tazón, cúbrela y refrigérala hasta que esté muy fría, unas 6 horas o toda la noche.

4. Coloca las nueces en un sartén pequeño y pesado a fuego medio alto. Tuéstalas y remueve hasta que estén ligeramente doradas. Retira del fuego. Vierte el jarabe de arce y añade la mantequilla y la sal. Revuelve para cubrir las nueces por completo. Pásalas a un tazón y refrigéralas.

5. Añade la natilla fría a la heladera y revuelve hasta que la mezcla alcance la consistencia de un helado suave, de 40 a 50 minutos. Pásala a un tazón. Incorpora las nueces y el jarabe fríos, removiéndolos para que no se mezclen completamente.

6. Transfiere el helado a uno o más contenedores y congélalo durante al menos 2 horas hasta que esté firme. De ser necesario, deja que el helado se ablande un poco en el refrigerador o a temperatura ambiente antes de servirlo.

Receta: Sorbete de calabaza y jengibre

Rinde: 1 litro (de 6 a 8 porciones)

Tiempo total de preparación: 20 minutos, más al menos 6 horas de enfriamiento y congelado

1 taza de puré de calabaza normal o calabaza de invierno, fresca o enlatada

3 tazas de sidra de manzana fresca

2 cucharadas de jengibre pelado y picado finamente

1 cucharadita de canela molida

1/2 cucharadita de nuez moscada molida

1/2 cucharadita de clavos molidos

1/4 de cucharadita de pimienta negra molida

1 cucharada de miel

3 cucharadas de ron oscuro o bourbon (opcional)

1 cucharadita de extracto de vainilla

1. En un cazo pequeño mezcla la calabaza con una taza de sidra hasta que se incorpore completamente. Añade el jengibre, la canela, la nuez moscada, el clavo, la pimienta y la miel. Deja hervir a fuego lento durante 15 minutos, revolviendo de vez en cuando.

2. Pasa la mezcla a un tazón mediano, agrega las 2 tazas de sidra restantes, el ron o el bourbon, si vas a usarlo, y la vainilla. Refrigera al menos 4 horas o durante la noche, hasta que esté muy frío.

3. Revuelve la mezcla en la heladera durante unos 45 minutos, hasta que alcance la consistencia de un puré de papa. Transfiere a un contenedor y congela al menos 2 horas para que se endurezca. Para servir, pasa el sorbete al refrigerador y deja que se ablande durante una hora antes de sacarlo.

© 2020 The New York Times Company

MÁS HISTORIAS QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Quién inventó las tortas y el amor de los mexicanos por ellas

El mágico nopal violeta que crece en el desierto de Durango

La dulzura de los vinos de Oporto

EN VIDEO: Doña Ángela te da recetas de cocina