Heredó el oficio de su papá, pero pateó el tablero y se la jugó por cumplir su sueño de actuar en Nueva York
Scarlett Johansson, Chris Evans, Angelina Jolie y Lady Gaga son sin dudas de las personalidades más destacadas de Hollywood, con varios premios y reconocimiento internacional. Pero, antes de convertirse en las estrellas que soy hoy, también fueron alumnos, precisamente del Lee Strasberg Theatre and Film Institute, una de las escuelas de actuación más prestigiosas del mundo. Entre los nombres de los estudiantes que figuran en esas paredes también está el de Juan Teisaire, un argentino que toda la vida soñó con convertirse en actor, pero que también aprendió a construir – literalmente – las tablas donde dio sus primeros pasos. En diálogo con LA NACION recordó sus inicios como carpintero, habló de su vida en Nueva York y la película que filmó con un grande del cine.
Juan nació hace 26 años en Buenos Aires. Según le contó su madre, cuando tenía 8 participó de un concierto en el colegio donde cantó “Help!”, de The Beatles con una guitarra de plástico y ahí “se le prendió una llamita”.
A medida que creció, empezó a leer libros de actuación, pero no fue hasta que hizo un musical en su último año del colegio, donde actuó con Valentina Zenere, cuando supo a ciencia cierta que esa “llamita” ya no era tan pequeña y quemaba con el deseo de seguir por ese camino.
Sin embargo, su amor por el canto y la actuación se complementaba con otra cosa: la carpintería, el oficio de su padre. “Cuando era chico lo ayudaba sosteniendo un martillo y pasándole cosas, después me enseñó a cortar una tabla sin cortarme una mano y así fui avanzando y ayudándolo cada vez más. En la última casa que construyó, que es en la que vive ahora, trabajé un montón”, le contó Juan a LA NACION.
Mientras iba al colegio, ayudaba a su padre los fines de semana. Después de graduarse en 2014, lo hizo full time. “Fueron años muy tupidos donde trabajaba como carpintero a la mañana, iba a la facultad a la noche y el resto del tiempo tomaba clases de comedia musical, teatro y canto”.
Si bien nunca creyó que la carpintería iba a ser su proyecto a futuro, sí era algo que disfrutaba: “Estaba bárbaro porque creaba algo de la nada, pero me empezó a divertir más crear otras cosas más orientadas a la actuación”.
Juan audicionó para CAST, un proyecto que ofreció Telefe para encontrar y potenciar nuevos talentos, y quedó seleccionado entre miles de postulantes. “Iba tres veces por semana casi todo el día, y se me empezaron a complicar los tiempos. En 2017 quedé en la serie de Nickelodeon Kally’s Mashup y dije ‘se acabó carpintería y Administración de empresas, porque ya estoy cuasi trabajando de esto’”. En el medio, mientras pasó por La Voz, grabó publicidades y comenzó a picarle “el bichito” de continuar su carrera en el exterior, así que comenzó a averiguar y aplicar hasta que finalmente le llegó la gran oportunidad.
Estudiar en Nueva York, en la escuela de grandes actores
Su familia lo entendió y apoyó su decisión de dedicarse a lo que ama. En 2019, Juan llegó a Nueva York para formarse en Lee Strasberg Theatre and Film Institute. Allí, además, ganó el premio a mejor actor en el Strasberg Festival por su trabajo en “Cortado”, su primer cortometraje, el cual también escribió y dirigió. Hizo los dos años de carrera y se graduó con honores.
“Uno estudia acá pero no conoce a nadie, entonces tenés que arrancar desde muy abajo. Mientras estudiaba empecé a hacer cortos gratis para que me conocieran y pudiera tener material. Iba avanzando de cortos de menor a mayor calidad. Cuando pude trabajar legalmente, ya conocía a un montón de gente, tenía un manager y un agente. A los dos meses de terminar la carrera grabé un documental para Investigation Discovery (ID) y los cortometrajes Before you Go y New Drugs”.
Pero, lo que no sabía en ese momento era que iba a llegar tan pronto la gran oportunidad para la que tanto se preparó: interpretar a Trevor en el film If that mockingbird don’t sing, donde compartió elenco con Kevin Corrigan, nada más y nada menos que el actor de una de sus películas favoritas: The Departure.
“La directora de esta película, Sadie Bones, tomó clases de teatro para ver qué se siente ser actor. Estudió en el mismo lugar que yo y cuando me vio me dijo que creía que tenía un papel para mí. Hicimos una lectura del guion y quedé”, relató sin poder contener la emoción.
“Llegué finalmente a un lugar en el que puedo decir ‘soy actor, ese es mi trabajo’”. Si bien disfruta todo lo que le pasa, se mantiene cauto hasta verse finalmente en pantalla, algo que -según estima- ocurrirá el próximo año y espera que eso signifique un gran salto en su carrera.
La gran Nueva York
En 2019 Juan se instaló en Nueva York. Si bien la estadía no fue -ni es- sencilla, y “una cosa es ir de vacaciones y otra muy distinta es vivir”, la experiencia le hizo hacer su propia radiografía de la Gran Manzana. Para él, “no es un Estado, sino un país” en sí mismo: “Caminás tres cuadras y escuchás 47 idiomas y ves 1000 caras. Cada uno trae lo suyo, es una ciudad llena de cosas diferentes y creo que eso hace que la llegada acá sea muy impactante”. Este sitio en particular combina eso que lo moviliza y lo impulsa a seguir a pesar del desarraigo.
“Desde mi punto de vista lo que tiene de bueno es que es una ciudad que avanza muy rápido. El empuje que tiene, eso de que si caminás lento, el de atrás te pide permiso, es una actitud que a mí toda la vida me encantó. Si te querés relajar un poco, la ciudad no te lo permite”, reflexionó, aunque también aseguró que a veces eso “es chocante”.
Hay otra cuestión que en su caso personal fue muy beneficioso. Más allá de que algunos advierten que las oportunidades laborales en el mundo del espectáculo para los latinos no son las mismas, para él fue todo lo contrario. “Yo estoy muy seguro y confiado de que tenemos una pasión, una sangre por ser social que otros no y eso se ve reflejado. Lo siento, lo creo y me lo han dicho varios directores con los que trabajé”.
Hoy, ese niño que cantaba los temas de Los Beatles y Queen en los actos escolares, le agradece a su madre, profesora de inglés, que lo haya incentivado a ver Harry Potter en su idioma original, algo que le sirve no solo para su profesión sino también para el lugar donde reside.
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Si bien volvió a la Argentina 2022 para ver el Mundial de Qatar, siente y reafirma que su está en Nueva York. Actualmente, alquila un departamento en el Harlem donde, de a poco, logró tener todo lo que necesita: “Hoy si me mudo tengo que contratar un flete, antes metía todo en la valija”.
A los 26 años, Juan encontró que estar delante de las cámaras es lo que más disfruta, aunque el oficio que le heredó su papá, el que le permitió construir mucho de su futuro, también está presente. “Mis amigos de acá saben que soy ‘el carpintero’. Si se les rompe algo, me tienen a mí. Soy en handyman”, concluyó entre risas.