Gran Hermano: de la decepción de Romina y la interrupción que vivieron La Tora y Nacho a un Marcos diferente

Marcos y su hermana, Valentina, quien lo ayudó a mostrar un lado desconocido
Marcos y su hermana, Valentina, quien lo ayudó a mostrar un lado desconocido

Gran Hermano no deja de sorprender a sus participantes. Luego de prácticamente cuatro meses encerrados, los jugadores comienzan a sentir el agobio del encierro y por ese motivo es que luego de la llegada de los cachorros Caramelo y Mora, la producción puso en marcha algo muy especial. Durante la emisión del lunes, cada uno de los seis hermanitos recibió con mucha emoción a un familiar: Camila a su hermana Florencia; La Tora a su mamá Gladys; Nacho a su papá Rodolfo; Marcos a su hermana Valentina; Romina a su sobrino Fabián, y Julieta a su hermana Camila. Si bien al comienzo las visitas fueron motivo de festejo, la dinámica del juego no tardó en hacer efecto a través de alianzas y algunas pequeñas rivalidades. A continuación, un repaso por los momentos más importantes de la última semana dentro del popular reality.

La decepción de Romina

La noche del lunes transcurría con normalidad, pero desde el estudio Santiago del Moro le había adelantado al público, que varios familiares iban a entrar al reality. Claro que la visita no iba a ser de cortesía, sino que familiares iban a jugar junto a los participantes, a lo largo de una estadía programada para varios días. Mientras los jugadores mataban el tiempo entre charlas, la sorpresa comenzó cuando se abrió la puerta y entró Valentina. Los hermanitos no entendían nada hasta que la sucesión de nuevas llegadas, les permitió anticipar que cada uno de ellos iba a recibir a un familiar. En ese marco, Romina estaba muy ansiosa. La exdiputada fantaseaba con la posibilidad de ver a sus hijas, y por ese motivo es que frente a la aparición de su sobrino Fabián, aunque emocionada, ella no pudo evitar sentirse ligeramente decepcionada.

Más adelante, Del Moro le explicó a Romina que al ser menores de edad, ninguna de sus hijas podía participar del reality. La mujer comprendió la explicación, pero le pidió si por favor se podía organizar una visita de las pequeñas a la casa. Con respecto de Fabián, su estadía no fue la mejor, y fue el primero de los familiares en ser eliminado del juego. A Romina no le cayó bien su salida, y al día siguiente se angustió profundamente por esa partida, y por los meses acumulados sin ver a sus hijas.

Un Marcos distinto

Aunque es uno de los jugadores más queridos, lo cierto es que el público no sabe mucho de Marcos. El Primo siempre fue muy reservado con respecto a su vida privada y muy pocas veces habló de su pasado o de su familia. Pero la llegada de su hermana Valentina cambió las cosas. Debido a que ella vive en Francia desde hace tiempo, ambos no se veían desde hacía un año, y a Marcos lo sensibilizó profundamente ese reencuentro.

En la casa, Marcos y Valentina se muestran muy cómplices, son confidentes y comparten extensas charlas sobre distintos temas. En una de esas conversaciones íntimas, el Primo rompió en llanto al pensar en sus padres y le confesó a su hermana que tenía miedo de defraudarlos, mientras ella lo abrazaba y le daba palabras de contención. Es indudable que a través de su hermana, Marcos mostró una nueva cara que gusta mucho a los televidentes porque lo ven como alguien genuino, despojado de una maldad que sí demostraron otros participantes.

Rodo y Florencia, un equipo imbatible

La compra semanal es motivo de pesar para los hermanitos. En más de una oportunidad, las duplas encargadas de abastecer a la casa cometieron todo tipo de errores, desde no comprar harina a obviar la sal o el azúcar. Debido a esto es que los participantes se dividen en dos grupos: los que prefieren huir de esa responsabilidad o los que envalentonados confían en poder enfrentar dicha tarea. Con la llegada de los familiares, la compra terminó por recaer en dos de los visitantes.

Muy animados y confiados en estar a la altura del reto, Rodolfo y Flor quisieron probar suerte en el mercado. Para suerte de todos, los resultados fueron muy buenos. Ambos conformaron un gran equipo, dentro del mercado se repartieron tareas, cumplieron con los pedidos de todos los participantes y supieron llenar los changuitos con una gran variedad de productos. Cuando salieron de hacer las compras, el resto de los jugadores celebraron la buena performance de la dupla y suspiraron aliviados al saber que al menos durante los próximos días van a poder comer a gusto.

La angustia de Camila

La salida de Alfa dejó a Camila ante la necesidad de rearmar su juego. Ella era la gran aliada de Walter y al verse sola esta participante optó por adaptarse a las reglas de quienes eran sus rivales, principalmente Julieta y Romina. En el marco de ese proceso, la jugadora se sintió muchas veces sola y debió aguantar la angustia de comprender que no había tejido grandes amistades adentro de la casa. Hasta que la llegada de su hermana Florencia cambió su soledad y así ella encontró un hombro en el que llorar y desahogarse.

Lucila y Nacho, atrapados in fraganti

La Tora y Nacho son la única pareja de la casa y como tal los dos valoran mucho los momentos de intimidad. Claro que con el padre de él y la madre de ella adentro del reality puede que surjan algunos cruces un poco incómodos, y el jueves pasó algo de eso. Los participantes estaban debajo de las sábanas compartiendo una escena muy romántica hasta que la aparición de Rodolfo los corrió de eje. Pero la sorpresa fue mayor cuando de golpe la voz de Gran Hermano les recordó que debían dar el consentimiento antes de avanzar en esa intimidad. La madre de Lucila, que estaba muy tranquila en la cocina, escuchó ese mensaje y salió rauda a buscar a su hija decidida a boicotear ese momento de amor joven. Entre risas, Lucila salió de la cama y exclamó que estaba con la ropa puesta, ante la severa mirada de Gladys.