Gran Hermano: la profunda emoción de Agostina y Bautista, en una nueva ronda de Congelados
La casa de Gran Hermano no se queda quieta. Luego de una intensa jornada de domingo en la que ingresaron tres participantes eliminados, el lunes sorprendió a los jugadores con una nueva edición de Congelados, el juego que obliga a los hermanitos a mantenerse inmovilizados ante la entrada de un ser querido que puede abrazarlos o hablarles de cuestiones que no deben tener que ver con el juego.
Santiago del Moro anunció que durante la emisión del lunes dos jugadores iban a recibir visitas de sus familiares, y que Morena, la hija de Agostina Spinelli, iba a ser la primera en ingresar. De ese modo, pocos minutos después de las 23, la alarma sonó y la voz en off exclamó “congelados”, y acto seguido todos se quedaron quietos.
En un clima de mucha expectativa, la puerta se abrió y Morena entró a la casa. Apenas la vio, Agostina no pudo evitar comenzar a lagrimear, eso sí, procurando no mover ni un músculo. La adolescente se acercó a ella, la abrazó y le dijo: “Quedate súper quieta, má. Te voy a abrazar, quiero que sepas que estoy muy bien, estoy muy feliz. Me llenás el corazón de orgullo, te admiro de una manera increíble, sos la mejor del mundo en muchos sentidos, y ojalá pudieran ver lo increíble que es esta mujer como mamá. Sos maravillosa, sos la mejor del mundo y estoy muy contenta de la persona que sos. Te admiro, y cuando crezca, anhelo ser como vos en todos los aspectos. Te extraño obviamente, y te miro todos los días. No sé qué más decirte, pero estoy muy contenta, y qué contenta estoy de verlos a todos”.
Dicho eso, la joven comenzó a recorrer la casa, caminó por los pasillos y se asomó a las habitaciones. Una vez finalizado su recorrido, Morena se acercó nuevamente a su mamá, que no dejaba de llorar, y le dijo: “Estoy muy feliz, te voy a abrazar pero no quiero que te muevas. Vos sabés que yo te amo un montón. Sos la mejor del mundo, no existe otra como vos, con tu valentía. En general soy fría muchas veces, pero ahora tenerte tan lejos me hace dar ganas de decirte todas estas cosas que nunca te dije. Gracias Gran Hermano, porque sé que no me esperabas, pero estoy muy orgullosa de vos. Espero que puedas estar mucho mejor, te lo merecés, sos una buena persona, y el hecho de que no te estés moviendo ahora me hace muy feliz. No te merecés malos tratos, jamás, de nadie”.
Finalmente, Morena se fue de la casa y una vez que se pudo volver a mover, la jugadora rompió en llanto y fue abrazada por todos sus compañeros. Con los ojos llenos de lágrimas, Agostina expresó: “No lo puedo creer, les juro que es re vergonzosa pero entró con toda la actitud. Y ella es re fría chicos. Me hubiese gustado decirle que yo también la amo, pero sé que así es el juego, y me la aguanté. Igual ella sabe que la amo con toda mi alma”.
Media hora después, fue el turno de Bautista Mascina, que también protagonizó un momento de mucha emoción. Cuando la alarma sonó, los jugadores se quedaron congelados, y él vio entrar a su mamá, María. Ella lo abrazó, y luego le dijo: “Nos tocó, Bauti, finalmente. Menos mal que me conocés, no soy de muchas palabras. Que alegría verte, qué lindo todo. Estoy muy emocionada, los felicito a todos, son unos genios”. Poco después la mujer se retiró, y el jugador uruguayo recibió la contención de todos sus compañeros, junto a quienes lloró durante varios minutos, por lo mucho que lo movilizó ver a su madre.
De esa forma llegó a su final un nuevo episodio de Gran Hermano. En los últimos minutos del programa, Santiago del Moro le recordó al público que pronto habrá novedades en lo referido al Golden Ticket, una nueva herramienta de juego que tendrá un gran impacto en el reality.