Gran Hermano: Rosina no se contuvo ante su mamá y recibió una sanción en El Congelado
Las reglas de El Congelado son sencillas, pero cumplirlas puede que no tanto. Como es sabido, se trata de una visita que reciben los hermanitos en la casa, frente a la que no pueden interactuar de ninguna forma. Claro que ese visitante es siempre algún familiar o amigo íntimo de uno de los participantes, y por ese motivo no reaccionar es muy dificultoso. Y esa regla clave es la que Rosina no pudo respetar, y por la que recibió una importante sanción.
Al comienzo de la emisión del lunes, Santiago del Moro anunció que la primera que iba a entrar en la casa, iba a ser Fabiana, la mamá de Rosina, quien llegó desde Uruguay para visitar a su hija. Y mientras todos los jugadores estaban en el jardín practicando la coreo (algo que les pidió el propio Gran Hermano), a las 22:49 sonó la alarma que marcaba el comienzo de El Congelado. Inmediatamente los participantes se quedaron estáticos, y la cámara tomaba principalmente a Rosina.
Cuando la puerta se abre, Rosina sonríe, y la mamá se le acerca, la abraza y le dice: “Quedate quieta, mi amor. Qué lindo verte acá. Es hermoso, estás preciosa mi amor. Te traje algo para compartir, disfrutá. Podés reírte, lograste lo que siempre soñaste, te lo merecés, sabés que sos privilegiada de estar acá, como todos tus compañeros. Tratá de disfrutar esto, después vas a tener recuerdos de cada uno, te van a quedar recuerdos toda la vida de esta hermosa casa. Tenés que estar bien, es lo que toda la vida soñaste. Sentite feliz. Llorá, así te desahogás”.
Mientras escuchaba a su mamá, Rosina lagrimeaba pero procuraba no moverse. En un instante, la jugadora abrió la boca y pronunció algo que no llegó a distinguirse, pero su madre muy astuta, siguió adelante sin subrayar ese evidente error que había cometido su hija.
Más adelante, promediando las once y media de la noche, la alarma volvió a sonar y los hermanitos, que estaban casi todos en el living, se quedaron quietos una vez más. En esa segunda oportunidad quien ingresó fue Luciana, la novia de Manzana. A medida que ella caminaba por el jardín, Manzana no podía disimular su sonrisa, y la joven se acercó a su novio, le dio un beso en la boca y le dijo: “Te amo mucho. Te extraño todos los días”. Luego ella recorrió la casa, miró el baño, volvió, abrazó al músico, lo besó durante varios minutos, y con ternura le dijo: “Estás más flaco”. Desde luego que luego de la partida de Luciana, Manzana se mostró muy conmovido, y agradeció ese momento vivido.
Las dos visitas dejaron a todos los participantes muy sensibilizados, pero nada los preparó para la sanción que recibió Rosina. Y sobre eso, Del Moro informó dese el estudio: “Gran Hermano estaba fiscalizando, y ella emite un nombre, aparentemente el de su gata, y no podía hablar. Podía tener algún tipo de reacción, pero no emitir palabra. Ella preguntó por su gata, y su mamá hábilmente no le contestó, pero Gran Hermano ha tomado la decisión de sancionarla”.
De esa manera, la voz en off del programa se puso en contacto con todos los jugadores, y les informó: “Quiero aclararles que las reglas de El Congelado son muy claras. No se puede reaccionar, no se puede hablar, etcétera. Rosina, lamentablemente a tu madre le has preguntado por Mágica, que es tu gatita. Esto significa sanción, mañana no vas a poder participar de la prueba de líder. Tampoco vas a poder participar por la casa. Espero haber sido claro, son las reglas”. Ante esa sanción, Rosina se puso a llorar desconsoladamente, mientras el resto de sus compañeros procuró contenerla.