'Hermanos' y el secreto de su éxito más allá del tirón de las telenovelas turcas

Por Miguel Ángel Pizarro.- Tras varios meses viendo cómo Tierra amarga se convertía en su telenovela turca más sólida en cuestión de audiencias, Antena 3 ha visto resurgir el éxito de las producciones otomanas con Hermanos. La nueva apuesta de la cadena está haciendo gala de su rol como fenómeno internacional al tener datos sólidos de audiencia, logrando una media de 13,6% de share y 1,5 millones de espectadores. Además, inicialmente creó un efecto arrastre los domingos aumentando los datos de Infiel, mientras la cadena optó por cambiar de estrategia y afianzarla entre su público como opción previa al final de Inocentes.

Pero si estamos ante otra telenovela turca más, ¿qué tiene Hermanos que gusta tanto?

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Desarrollada por Gül Abus Semerci, Hermanos narra la tragedia de los hermanos Eren, quienes en un solo día ven morir a sus progenitores, ambos muertos a causa del infame Akif Atakul (Celil Nalçakan), quien provocó sus muertes para evitar que dijesen que tenía una aventura con Suzan (Ahu Yağtu), la esposa de su socio. A pesar de una premisa a priori extremadamente telenovelera, lo cierto es que la idea está conquistando al público, pues la mala fortuna de los cuatro menores se perfila dentro de un relato 'a lo Charles Dickens' de buenos y malos que, evidentemente, logra el efecto buscado al conseguir que tengamos afinidad con sus protagonistas y despreciemos completamente a los antagonistas.

Sin embargo, un elemento que explica el triunfo de Hermanosmás allá de su público objetivo es el que cuenta con una historia de protagonistas de diferentes edades y, precisamente, que los hermanos Eren sean los principales. De esta manera se permiten expandir el drama y la dosis de telenovela romántica con una historia juvenil que va más en la línea de emblemáticas ficciones juveniles como Rebelde Way, Romeo y Julieta, Floricienta o la propia Rebelde (la versión mexicana de la mencionada serie argentina). Ahí está el punto que ha hecho que la ficción turca haya pasado a ser un fenómeno y conquistar tanto al público adulto como adolescente, siendo este último el que es capaz de viralizar títulos y que estén presentes en la conversación de redes sociales.

La clave está en que los hermanos Eren terminan estudiando en el Ataman College, un instituto privado para la clase alta de Estambul, donde estudian hijos de importantes empresarios, políticos, diplomáticos y gente de la jet set. Para empezar, la ficción ya mostraba indicios de que el instituto iba a tener parte de importancia al tener al tío de los hermanos, Orhan, como conserje del liceo. Finalmente, para evitar polémicas y acallar a los Eren, Akif contrata al hermano mayor, Kadir (Halit Özgür Sarı), para que trabaje en la cafetería del colegio y dando becas de estudio a sus hermanos pequeños.

De esta manera, se logra el clásico contraste entre ricos y pobres tan visto en series juveniles, además de mostrar que en el Ataman College se lleva un uniforme que bien podría ser la versión recatada de Élite. Aquí vemos los clásicos momentos de niños ‘de bien’ que humillan a los recién llegados, con los que sentimos una simpatía innata. Y es que las tramas juveniles, además, sirven de nexo con las tramas más adultas, pues todos son familiares de los buenos y malos de la historia.

Esto permite que, aunque los enredos amorosos siguen siendo parte fundamental de la telenovela, haya tramas alejadas del contexto romántico y vayan por derroteros como la corrupción o el clasismo.Precisamente, el rechazo de los becados recuerda mucho a las antipatías que provocaban la llegada de estudiantes de origen humilde en el Elite Way School de Rebelde Way, donde se llegó a formar incluso una logia para acosarlos. También recuerda a la primera temporada de Élite, en la que estudiantes de un instituto público pasan a cursar el bachillerato en Las Encinas tras un accidente relacionado con las obras de un empresario corrupto que, precisamente, es uno de los principales inversores del liceo para gente de clase alta.

Ese tipo de tramas, en las que se ve una lucha de clases y donde los ricos no quedan precisamente bien representados y que, encima, tiene como protagonistas a adolescentes, son los ingredientes para permiten el enganche masivo y amplio que sostiene a Hermanos. Una telenovela que ha sabido introducir estas temáticas a una producción que no olvida que su público también quiere infidelidades, amores y traiciones, algo que puede verse con los personajes adultos, especialmente con Akif y su relación prohibida con Suzan.

Además, aunque evitaré soltar spoilers, estas historias irán a más, lo que significa que Hermanos puede demostrar que la producción turca también es capaz de narrar telenovelas con toques añadidos que puedan atraer a un espectador diferente. Dado que tiene asegurada una tercera temporada, cuyo estreno en su Turquía natal está previsto para otoño de este año, Hermanos tiene mucho que contar.

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