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París, 4 ene (EFE).- La Ópera de París conmemora mañana el 150 aniversario de la inauguración del Palacio Garnier, su majestuosa sede del noveno distrito de la capital francesa, en un momento de dificultades para la institución por sus extensas necesidades de reformas entre dificultades financieras. Concebido por Charles Garnier bajo el auspicio de Napoleón III, que venía de sufrir un atentado en la sala de ópera de Le Peletier por parte de republicanos italianos, el edificio -declarado monumento histórico en 1923- mezcla influencias clásicas, barrocas y renacentistas. Garnier era un arquitecto entonces apenas conocido, de 35 años, pero su proyecto de teatro con dos entradas (una para los abonados y otra para el emperador) y con capacidad para 2.000 espectadores fue elegido por unanimidad. La imponente fachada del edificio llega deslucida a este 150 aniversario, ya que una lona y andamios la mantienen cubierta desde hace meses debido a reparaciones que se prolongarán más allá de 2025. Eso no ha impedido que continúen las visitas a sus áreas públicas, que cada año ascienden a un millón, ni las representaciones, que atraen anualmente a unos 350.000 espectadores. El Palacio Garnier es el escenario más prestigioso de los que posee la Ópera parisina -que cuenta con otro teatro de grandes dimensiones y más moderno en la plaza de la Bastilla- y el techo de su gran auditorio es célebre por las pinturas que realizó Marc Chagall en los años sesenta, a petición del entonces ministro de cultura, André Malraux. Esa obra tapó el techo original, que se mantiene intacto debajo, firmado por Jules-Eugène Lenepveu y con 63 figuras que representaban la belleza, la música y las musas con las horas del día y de la noche. El escenario tiene 48 metros de ancho, 60 metros de altura y 27 de profundidad, y por él no solo han pasado figuras legendarias, como la soprano Maria Callas, sino que también ha sido un lugar de inspiración para los artistas, como Gastón Leroux, autor de la novela 'El fantasma de la ópera' (1910). Un nutrido programa para el aniversario Aunque el 150 aniversario se cumplirá mañana, ya que la inauguración oficial del Palacio Garnier tuvo lugar el 5 de enero de 1875 tras algo más de una década de construcción y ya con la III República, la Ópera prepara todo un 2025 de celebraciones que tendrán su primer plato fuerte con una gala especial el 24 de enero. Estará inspirada en la programación de la apertura de 1875 y en ella participarán todos los artistas y estudiantes de las escuelas de la Ópera -músicos, cantantes y bailarines-, bajo la dirección musical de Thomas Hengelbrock y la puesta en escena de Victoria Sitjà. También contará con artistas invitados como el tenor peruano Juan Diego Flórez. Unos días antes, el 17 de enero, habrá un concierto dedicado a Georges Bizet y sus contemporáneos, que ha sido encargado a artistas que hacen su residencia en la ópera. En mayo habrá otro evento especial de aniversario, un concierto de embajadores Rolex que contará con la orquesta filarmónica de Viena, y los espectáculos se complementarán también con una exposición en la Biblioteca Nacional, encuentros y visitas especiales para el público, entre otras iniciativas. Y al margen de eso, por supuesto, se seguirá desarrollando la programación de la temporada en curso. Restauraciones y dificultades financieras Pese a las celebraciones, el aniversario del Palacio Garnier llega en un contexto de dificultades y con un horizonte que requerirá amplios cierres por renovaciones, hasta 2030, en todas las sedes de la Ópera parisina. Las necesidades de reforma se estiman en 200 millones de euros, según una auditoría publicada en octubre pasado. Ese estudio también reveló una apurada situación financiera global, con un aumento muy grande de los costes de producción en los últimos años, que han coincidido con crisis como la pandemia de covid-19. Durante el pasado mes de diciembre, además, los espectáculos programados del ballet se vieron afectados por una huelga ya suspendida de los bailarines, que reclamaban mejoras de sus condiciones de trabajo y denunciaban una falta de financiación cronificada. (c) Agencia EFE