El hijo pequeño de Michael Jackson se enfrenta a su abuela Katherine por el control de la herencia del artista

Bigi Jackson, de 22 años, es el menor de los tres hijos del malogrado Michael Jackson. Durante su infancia, y especialmente a raíz de la muerte de rey del rock en 2009, se le conocía en los medios de comunicación como Blanket. El joven acabó renegando de ese apodo en su intento de llevar una vida alejada de los focos y, hasta cierto punto, desmarcada de su pertenencia a una de las estirpes más famosas y polémicas de la industria musical.

Sin embargo, los últimos movimientos judiciales del prometedor director de cine, quien recientemente ganó un premio por uno de sus cortometrajes, le han devuelto a la primera plana de la actualidad. Como informa el portal de noticias TMZ, el hijo pequeño de Michael Jackson no ha dudado en enfrentarse en los tribunales a su abuela Katherine Jackson, quien asumió su crianza y la de sus hermanos mayores, Prince y Paris, tras la muerte del cantante. Su objetivo pasa por evitar que la matriarca siga costeando, con cargo a la herencia del artista, un litigio en el que Bigi cree que su abuela tiene todas las de perder.

Abuela y nieto unieron fuerzas en un primer momento para pedir al juez que bloqueara ciertas actuaciones efectuadas por los albaceas del patrimonio de Michael Jackson, pues consideraban que éstos se habían "extralimitado en sus funciones" y que sus actos podían dañar el legado artístico del cantante. Se trata de una postura comprensible, dado el control tan estricto que la familia Jackson ha tratado de ejercer siempre sobre la imagen y reputación del artista.

En concreto, se referían a la decisión de vender parte del catálogo musical del artista a la multinacional Sony, una operación valorada en 600 millones de dólares. El contrato abarca también los derechos de explotación del popular musical de Broadway, 'MJ: The Musical', y los del biopic 'Michael' que se estrenará próximamente con Jaafar Jackson, sobrino de Michael, como protagonista.

El magistrado resolvió a favor de los administradores, quienes argumentaban que la masa hereditaria del intérprete requería una notable inyección de fondos, que sólo podía conseguirse con la transmisión de esos activos. Katherine no tardó en recurrir el fallo, pero Bigi estima que la apelación no va a prosperar. Por eso, el joven pretende zanjar definitivamente la disputa y dejar de dilapidar la herencia.

Como se desprende del escrito de demanda, Bigi Jackson persigue una orden judicial que prohíba a su abuela disponer de ese fondo común para continuar con la lucha, pero igualmente pide que se le devuelvan los gastos legales en los que ha incurrido hasta ahora. El ingente desembolso económico que habría realizado Katherine en abogados y costas procesales no revierte en interés "de los beneficiarios del fideicomiso", según Bigi. Así, el joven se ha alineado finalmente con los albaceas al dar prioridad a la protección del patrimonio, que según éstos se encontraba "al borde del colapso" por una serie de deudas millonarias.