Hilary Swank arriesgó su vida para salvar animales tras los atentados del 11 de septiembre

Hilary Swank credit:Bang Showbiz
Hilary Swank credit:Bang Showbiz

La actriz Hilary Swank ha desvelado una faceta suya desconocida hasta ahora, la de heroína en la vida real. La oscarizada actriz, de 49 años, ha revelado en su última entrevista los pormenores de su trabajo como voluntaria en una protectora de animales, tareas que desarrolló en los angustiosos días posteriores a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. La artista y sus compañeros ofrecieron su ayuda a un sinfín de personas que habían perdido a sus mascotas tras los ataques, participando incluso en labores de rescate que pusieron en riesgo su vida.

A su paso por el podcast del también actor Rob Lowe, 'Literally!, de la emisora digital Sirius XM, la estrella de Hollywood ha dado a conocer la variada lista de animales que tuvo que buscar en el marco de su colaboración con ASPCA, la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales, en sus siglas en inglés. "La gente se acercaba al muelle de West Street y nos decían: 'Mi perro Simpson, o mi conejo, o mi pececito de colores, o lo que fuera'. Nos daban su dirección, lo apuntábamos en tarjetas e íbamos para allá", ha contado.

Muchos de los bloques de pisos que tuvieron que recorrer de arriba a abajo se encontraban en riesgo de derrumbe, o carecían de ascensores operativos. Ninguno de esos factores impidió que Swank, que por entonces ya había ganado su primer Óscar por la aclamada película 'Boys Don't Cry', y su equipo hicieran todo lo posible por rescatar a las mascotas. "Si el animal en cuestión estaba en el piso 50, pues subíamos hasta el piso 50. Salvamos muchos gatos, tortugas, peces y perros. Y creo que un par de hámsteres", ha revelado.

La estrella de cine todavía recuerda con alegría y alivio el momento en que esas mascotas se reencontraron con sus afligidos dueños. "Fue todo un regalo presenciar eso. Estaban tan felices", ha explicado. Por ello, Swank no duda en afirmar que el esfuerzo titánico y los peligros que tuvo que afrontar merecieron la pena, especialmente en el caso de un gato que se resistía a colaborar.

"Se estaba volviendo loco. Echaba de menos a su humano. ¿Quién sabe cuánto tiempo llevaba sin comer?. No paraba de salirse de la manta en la que estaba envuelto. Al final conseguimos meterle en la funda de una almohada. Nos aseguramos de que respiraba bien y se lo entregamos a sus dueños", ha rememorado la artista, quien debutó en la maternidad el año pasado con el nacimiento de sus mellizos.