Hinchazones: los signos de advertencia de que pueden ser más que una inflamación

Muchas personas experimentan hinchazón por razones benignas, como estar de pie durante demasiado tiempo o sufrir una lesión menor. Sin embargo, en algunos casos, podría ser un efecto secundario de un medicamento o una condición de salud subyacente más grave. (Foto: Getty)

Con el calor, ¿quién no ha terminado a media tarde con las manos, tobillos o piernas hinchadas, hasta el punto de que las joyas o los zapatos aprietan? La retención de líquidos y la sensación de distensión abdominal es una incómoda realidad esta época. Además, este año, las altas temperaturas están siendo más extremas y por ello, hemos notado más la hinchazón.

La hinchazón, también conocida como 'edema', es el nombre que se le da al aumento de tamaño o cambio de forma de un área del cuerpo.

Más de la mitad de tu cuerpo está hecho de agua. Gran parte de esta fluye en el torrente sanguíneo. El agua también forma un líquido menos conocido llamado 'linfa'. La linfa viaja a través del sistema linfático, que está formado por los tejidos y órganos que producen, almacenan y transportan células inmunitarias. Cuando los fluidos de tu cuerpo se acumulan en un lugar, pueden provocar hinchazón. Esto es lo que se llama 'edema'.

"Son un signo que aparece en muchas enfermedades y se manifiesta como una hinchazón de los tejidos blandos debida a la acumulación de líquido", explica el doctor Francisco Javier Lavilla Royo, de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). Pueden tener una distribución local (tobillo o pierna), regional (toda una extremidad) o generales. En contraste con los demás, los edemas inflamatorios son dolorosos, calientes y rojizos".

Hay muchas causas asociadas a la hinchazón. La mala circulación y la retención de líquidos son las más comunes. Si son leves, la hinchazón o de edema desaparecen por sí solos, pero si problemas respiratorios, cardíacos, hepáticos o renales están detrás, la hinchazón puede ocasionar problemas graves. (Foto: Getty)
Hay muchas causas asociadas a la hinchazón. La mala circulación y la retención de líquidos son las más comunes. Si son leves, la hinchazón o de edema desaparecen por sí solos, pero si problemas respiratorios, cardíacos, hepáticos o renales están detrás, la hinchazón puede ocasionar problemas graves. (Foto: Getty)

La hinchazón o edema ocurre con mayor frecuencia en los pies, los tobillos y las piernas, pero puede afectar otras partes del cuerpo, como la cara, las manos y el abdomen.

Se trata de un problema de salud muy común para algunas personas. A menudo se debe a la retención de líquidos o a una reacción alérgica. Una persona también puede experimentar hinchazón en los pies o las piernas por estar de pie durante demasiado tiempo. Las mujeres embarazadas también pueden experimentar hinchazón regular de los pies y los tobillos. En la mayoría de los casos esa inflamación se debe a causas benignas y es probable que no sea necesario ver a un médico.

Médicamente hablando, la hinchazón es la acumulación de líquido entre las células individuales que forman los tejidos. Este líquido puede ser casi en su totalidad agua o puede contener glóbulos blancos, aminoácidos, hormonas y nutrientes.

La hinchazón puede ser un síntoma de una variedad de condiciones, pero siempre hay una causa subyacente. A veces, el origen de la inflamación puede ser grave y requerir atención médica inmediata.

Existen múltiples factores, propios y externos, que pueden favorecer su aparición. Como las altas temperaturas, que favorecen la vasodilatación generalizada de venas y arterias de nuestro cuerpo. La sangre circula más lentamente y eso conduce a una mayor retención de líquidos. No hidratarse lo suficiente, abusar de la sal y los edulcorantes, que suelen producir flatulencia y dilatación estomacal, son algunas de las causas más conocidas.

También hay que prestar atención a los zumos y bebidas carbonatadas, ricos en azúcares y provocan picos de hiperglucemia en sangre nada sanos, además de hinchar bastante. “Apuesta por bebidas ricas en proteínas, bajas en hidratos de carbono, sin azucares añadidos y con bajo valor calórico, fáciles y prácticos para llevar donde sea, ayudando a mantener el peso a raya”, recomiendan los expertos del método Lev. 

Además, aunque el consumo de carbohidratos es necesario para poder tener reservas energéticas, estos se almacenan en los músculos como glucógeno, un compuesto que tiene afinidad por el agua de manera que la arrastra al interior de las células musculares. Por cada gramo de glucógeno se almacenan unos tres gramos de agua. Así que si sigue una alimentación alta en estos nutrientes estás contribuyendo a al aumento de volumen. Si limitas su ingesta, puedes evitar la hinchazón y sentirte más ligero.

A veces, hay otra seria de razones internas para esa hinchazón. Los quistes y tumores también pueden causar una inflamación visible, y puede haber otras condiciones médicas serias detrás como cirrosis, enfermedad hepática/renal o enfermedad cardíaca.

Por eso, si la hinchazón no tiene explicación, no mejora y dura mucho tiempo, es conveniente consultar a un médico para que pueda ayudar a determinar qué la está causando. Existen algunas señales complementarias a la hinchazón que deberían ponerte sobre alerta como dolor de pecho, dificultad para respirar, fiebre o sentir calor en las manos o los pies.

Además puedes sentir que:

  • Una zona de tu cuerpo es más grande que hace un día.

  • La piel estirada y brillante sobre el área hinchada.

  • Dificultad para caminar cuando se te hinchan las piernas, los tobillos o los pies.

  • Es posible que estés tosiendo o tengas problemas para respirar.

  • Sientes plenitud o presión en la parte del cuerpo hinchada.

  • Tienes sensación de dolor en el área afectada.

Si alguno de estos síntomas, como dificultad para respirar, aumento de peso o cansancio, acompañan a la hinchazón, debes hablar con un médico lo antes posible. Estos podrían indicar una condición subyacente que puede estar causando la hinchazón como insuficiencia cardíaca y enfermedades pulmonares, hepáticas, renales y tiroideas.

Cualquiera de estas patologías puede manifestarse con un edema y puede ser peligroso. Por ejemplo, un coágulo de sangre llamado 'trombosis venosa profunda' (TVP) puede causar un edema repentino. O si el corazón tiene problemas para bombear sangre por todo el cuerpo, esto puede hacer que se acumule líquido en las piernas. Con daño hepático o renal, el líquido no puede pasar a través de ellos rápidamente y puede acumularse en las extremidades.

Estas complicaciones bien merecen prestar atención a la hinchazón continua de nuestro cuerpo, un problema menor que solemos pasar por alto o esperar a que desaparezca por si solo.

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