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Pozzuoli (Nápoles), 13 mar (EFE).- La incertidumbre de los vecinos de los Campos Flégreos de Nápoles, afectados la pasada noche por uno de los terremotos más fuertes de los últimos tiempos, crece ante una realidad sísmica cada vez más usual. Muchos temen por su futuro en la zona y creen que no hay un plan claro de las autoridades para abordar un problema que se les está convirtiendo en una pesadilla recurrente. "Los temblores son cada vez más frecuentes y fuertes, y no vemos que haya realmente un plan. No sabemos qué hacer", decía a EFE Lia Nastro, joven de 28 años y vecina de Pozzuoli, municipio uno de los epicentros de esta zona volcánica en la periferia de Nápoles sujeta a comunes sismos por el fenómeno del ‘bradisismo’, que aumenta el nivel del suelo en función del gas y magma acumulado en las profundidades. Como otros miles de vecinos del área, esta diseñadora gráfica que este jueves cogía el tren para ir a Nápoles pasó sobresaltada la noche tras el terremoto de magnitud 4,4 que sacudió el área. Fue uno de los más duros de tiempos recientes y se temen nuevas réplicas los próximos días, en una dinámica que muchos residentes perciben estos últimos meses como un círculo vicioso del que no logran liberarse. Prácticamente como un ritual que ya realizó en ocasiones previas por situaciones parecidas, Nastro salió en plena noche de su casa junto a su madre y hermana por la intensidad del seísmo, y no volvió a entrar hasta más de una hora y media más tarde por precaución. "Generalmente, cuando hay temblores tan fuertes salimos a la calle, y tras un par de horas regresamos a casa, pero siempre con ansiedad y miedo", comenta la joven diseñadora de Pozzuoli, un municipio bañado por el Mediterráneo donde se percibe la densidad demográfica entre muchas calles más bien estrechas e inmuebles envejecidos y precarios. Ahí, jóvenes como Nastro conviven desde pequeños con el fenómeno sísmico, pero destacan que se intensificó estos años, sobre todo en tiempos recientes. De hecho, en mayo de 2024 hubo otro terremoto de magnitud 4,4, el más fuerte de las últimas cuatro décadas. Los enjambres sísmicos también fueron continuos por varios días este 2025: "Hace un mes hubo una semana de temblores constantes", explica Nastro, que entonces sí se fue de casa por unos días. Igual que comentan otros vecinos, no confía en que las autoridades les provean de un espacio adecuado donde quedarse en caso de emergencia, y desde hace tiempo su familia busca mudarse: "La situación empeora y es mejor cambiar de casa, aunque no es fácil", sentencia Nastro. Esta vez, pese a que Pozzuoli sí sufrió daños menores, hubo más desperfectos en el municipio colindante de Bagnoli, donde una pareja de ancianos vio cómo un falso techo de su domicilio les caía encima. Cerca de ahí, en un edificio de al lado, Emilio Maddaloni y Maria Piscopo, un matrimonio de mediana edad, salieron de casa junto a su hijo al notar el fuerte terremoto de anoche y se quedaron a dormir el resto de la noche en el coche. "Esta sacudida fue mucho más pesada y larga, no como otras del pasado", aseguró a EFE Maddaloni, mientras mostraba algunas grietas que se produjeron en la parte exterior del edificio donde residen. Esta pasada noche estaba también en otro apartamento del mismo inmueble Maria Letizia Criscuoli, cuidadora de Giuseppe, un anciano de cien años de edad postrado en la cama y con movilidad reducida. "No podíamos ir a ninguna parte, él no puede moverse, es demasiado mayor", decía a EFE Criscuoli, mientras esperaba a que llegaran los bomberos para revisar las pequeñas grietas salieron en la casa. Según denunció, hasta ahora las directrices de las autoridades han sido confusas: "Estamos abandonados. El Estado se ha olvidado de nosotros, no sabemos si hay plan de evacuación ni nada", lamentó. Durante la jornada, el ministro italiano de Protección Civil, Nello Musumeci, aseguró que el Gobierno no descarta una posible evacuación, aunque remarcó que por ahora la situación es estable. "La hipótesis de evacuación no se descarta en absoluto", pese a que por ahora "ninguna manifestación apunta a una actividad eruptiva inminente" que puede causar seísmos graves, dijo Musumeci, mientras el Ejecutivo sigue pendiente de la evolución de la situación, una realidad que los residentes del área ven cada vez más complicada. Joan Mas Autonell (c) Agencia EFE