Histórica misión trae a la Tierra restos de asteroide
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 25 (EL UNIVERSAL).- El desierto de Utah, Estados Unidos, fue el lugar donde ayer, alrededor de las 8:42 horas, aterrizó una cápsula de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por las siglas de la agencia en inglés) con muestras del asteroide Bennu, tras una misión que duró siete años y que, en palabras de José Franco, del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es un logro para la humanidad y un hito en el desarrollo de la tecnología espacial.
Esta misión, explicó Franco, es la segunda donde se "le da un pellizco a un asteroide. La primera fue la misión japonesa Hayabusa-2, que trajo muestras que llegaron el año pasado. Esta segunda misión la hizo la NASA y fue a otro asteroide, del que se extrajeron 250 gramos".
La idea, continúa el investigador, es conocer el tipo de compuestos que hay en los asteroides: por un lado, se están tratando de conocer las condiciones en las que el Sistema Solar se formó; por el otro, los precursores de moléculas grandes para la generación de vida en la Tierra.
El asteroide Bennu fue descubierto en 1999, mide medio kilómetro de ancho y su superficie es negra y rugosa. Existe una posibilidad remota, menor al 0.057 % de que Bennu colisione con la Tierra dentro de 159 años, por lo que, entre los objetivos de la misión, no se descarta el desvío de su trayectoria.
La velocidad de la cápsula que transportó las muestras era de 44 mil 500 kilómetros por hora, por lo que ésta se redujo antes del aterrizaje. Cuatro horas antes, la nave nodriza, Osiris-Rex, liberó la cápsula desde el espacio, a 102 mil kilómetros de la Tierra, y después se dirigió al asteroide Apofis, que será estudiado en el futuro. A nivel tecnológico, detalla Franco, son dos misiones de largo aliento: "En el caso del Osiris-Rex, la muestra fue recogida en 2020 y tardó tres años en que la misión regresara a nuestro planeta. Obviamente, el tiempo para posarse en el asteroide fue similar".
El siguiente paso, tras el aterrizaje, es llevar la cápsula a una sala hermética, libre de moléculas y contaminación, en una base militar de las inmediaciones.
"Poco a poco, se irá dando a conocer la información que revelen las muestras. Imagino que para el año entrante ya estarán listos mucho de los resultados", concluyó Franco.