La historia tras el nuevo título del príncipe Eduardo que le correspondía a su hermano Andrés

El príncipe Eduardo es el nuevo duque de Edimburgo credit:Bang Showbiz
El príncipe Eduardo es el nuevo duque de Edimburgo credit:Bang Showbiz

El nuevo monarca ha cumplido los deseos de sus difuntos padres y ha traspasado el título del duque de Edimburgo a su hermano menor Eduardo, según ha anunciado el palacio de Buckingham este mismo viernes. Esta decisión ha sido una especie de regalo de cumpleaños para el príncipe, que además ha coincidido con su visita a la ciudad escocesa del mismo nombre.

Para Carlos III ha sido "un placer" concederle un ducado que fue creado por última vez para su padre tras su matrimonio con la entonces joven princesa Isabel, que ostentaba el título de duquesa de Edimburgo antes de acceder al trono en 1952. El título sólo se ha creado tres veces desde 1726: primero para el príncipe Federico, hijo mayor del rey Jorge I, luego lo heredó su hijo el príncipe Jorge, pero cuando este último fue nombrado rey en 1760, se fusionó con la corona y dejó de existir. La reina Victoria recreó el título en 1866 para su segundo hijo, el príncipe Alfredo, en lugar del tradicional ducado de York que se suele conceder al segundo hijo de un monarca, pero volvió a extinguirse cuando Alfredo murió en 1900, un año después de que su único hijo, llamado también Alfredo, se quitara la vida.

El príncipe Eduardo ostentará su nuevo título durante el resto de su vida, así que su esposa Sofía será conocida a partir de ahora como la duquesa de Edimburgo y su hijo James, de 15 años, será quien asuma el título de conde de Wessex además del de vizconde de Severn. La hija de la pareja, Lady Louise Windsor, es la única que no ha experimentado ningún cambio en el tratamiento que recibe como miembro de la familia real.

En caso de que Eduardo falleciera, James se convertiría en conde de Wessex y Forfar, pero el título de duque de Edimburgo volvería a desaparecer, ya que no se transmite automáticamente. Eduardo ha agradecido la decisión de su hermano asegurando que para él será un honor continuar el legado de su padre a través de este ducado apoyando distintas iniciativas que ofrezcan oportunidades para que los jóvenes de todos los orígenes alcancen su pleno potencial.

Felipe -que falleció en abril de ese año a los 99 años- preguntó a su hijo si estaría dispuesto a convertirse en el próximo duque de Edimburgo en una conversación que tuvo lugar solo dos días después de que se comprometiera con su esposa en 1999. Esa oferta era totalmente inesperada, y aunque aceptó, para Eduardo era un papel agridulce de asumir porque era consciente de que la única manera de que el título llegara hasta él sería que sus dos padres murieran.

En teoría, el ducado de Edimburgo debería haber recaído en su hermano mayor, el príncipe Andrés, que también es duque de York, pero el esposo de Isabel II no actuó lo suficientemente rápido para transmitirle el título.