El legendario hotel donde se celebraron los primeros Oscar y donde 'se aparece' Marilyn Monroe
The Hollywood Roosvelt se ha convertido en un símbolo de la meca del cine. Ahí vivió la actriz rubia más famosa de todos los tiempos durante dos años.
Pocas instalaciones existen en la actualidad tan vinculados a la historia de la industria del cine y tan en pie y a pleno rendimiento como The Hollywood Roosevelt Hotel.
El icónico hotel, con su icónico letrero, abrió sus puertas en la meca del séptimo arte el 15 de mayo de 1927 y 97 años después sigue manteniendo ese halo de misticismo y de lugar emblemático que le ha brindado su fama mundial e indeleble.
Nadie que fuera alguien en Hollywood por aquel entonces quiso perderse la fiesta de inauguración por todo lo alto, en pleno paseo de la Fama hollywoodiense, del que estaba llamado a ser uno de los hoteles más lujosos y exclusivos de Los Ángeles.
Hasta ahí se trasladaron rostros tan reconocidos y reconocibles como la irrepetible Greta Garbo, Charlie Chaplin o Gloria Swanson, la gran dama del cine mudo y una de las primeras productoras de cine (mujer) de Estados Unidos, ganadora de un Globo de Oro y candidata a los Oscar en tres ocasiones.
El Hollywood Roosevelt, nombrado en honor al vigésimo sexto presidente estadounidense, Theodore Roosevelt, necesitó de 2.5 millones de dólares para ver terminada su imponente edificación de 12 plantas y 300 habitaciones y suites.
La financiación corrió a cargo de un grupo de inversores entre los que se encontraban la actriz Mary Pickford; su compañero de profesión, Douglas Fairbanks Jr.; el productor Louis B. Mayer y el empresario Sid Grauman.
Dos años después de dar el pistoletazo de salida a sus operaciones, al Hollywood Roosevelt Hotel le llegó el momento que marcó un antes y un después en su recién inaugurada historia y, de paso, en la de la industria a la que le debe su simbolismo.
El establecimiento fue elegido para alojar la primera ceremonia de los premios Oscar, el 16 de mayo de 1929, sin prever que estos galardones se establecerían con el paso de los años como el máximo reconocimiento al que puede aspirar cualquiera que se dedique a la profesión de hacer películas.
No fue casualidad que el hotel se convirtiera en sede de la primera edición de los Oscar, lo que no le quita un ápice de mérito teniendo en cuenta la acogida que recibió y lo que supuso este hecho histórico de cara a la consolidación de los premios.
El responsable de su elección no fue otro que Douglas Fairbanks Jr., uno de los inversores del hotel y presidente, por aquel entonces, de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, responsable de la concesión de las estatuillas.
A la ceremonia inaugural, que hospedó el gran salón Blossom Ballroom del Hollywood Roosvelt y duró apenas 15 minutos, acudieron 270 invitados que presenciaron la entrega de las 13 primeras estatuillas jamás otorgadas al tiempo que degustaban un gran banquete que sí se extendió hasta altas horas de la madrugada (fiesta incluida).
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A partir de entonces, la fama del Roosevelt no hizo más que ensancharse, instigada por los mitos y las anécdotas que se sucedieron en la intimidad de sus salas y dormitorios.
Por ejemplo, fue en las escaleras de la recepción donde Bill ‘Bojangles’ Robinson enseñó a la niña Shirley Temple el famoso baile de claqué que protagonizaron juntos en ‘The Little Colonel’ (1935).
Carol Lombard y Clark Gable trasladaron al hotel sus encuentros amorosos clandestinos (un escándalo de la época) antes de contraer matrimonio en secreto en 1939. Tras la trágica muerte de Lombard en un accidente de avión en 1942, los responsables del Hollywood Roosevelt rebautizaron la suite donde se hospedó la pareja de casi mil metros cuadrados como el Gable Lombard Penthouse.
Hoy en día, nadie que no esté dispuesto a pagar unos 6,000 dólares la noche puede alojarse en la mítica habitación.
Domicilio provisional de una Marilyn Monroe desconocida
El símbolo de los años dorados de Hollywood, a pocos pasos del Teatro Dolby, también fue la casa provisional de la malograda Marilyn Monroe cuando todavía era una auténtica desconocida en la industria.
Allí vivió durante dos años y realizó su primera sesión fotográfica en el área de la piscina, con motivo de la promoción de un bronceador que la encumbró como modelo de moda.
Dicen quienes se hospedan en la renombrada Marilyn Suite por el módico precio de 1,000 dólares la pernocta (cifra arriba, cifra abajo) que la actriz rubia más famosa de todos los tiempos vaga por la estancia y enciende y apaga los televisores cuando alguien pronuncia su nombre.
Una empleada de la limpieza la vio reflejada en uno de los espejos y, desde entonces, el mito cobró dimensiones de realidad incuestionable.
El Hollywood Rossevelt, como todo en Hollywood, vivió un período de declive estrepitoso en la década de los 50 hasta bien entrados los 80, cuando la compañía Radisson compró el edificio y lo restauró para recobrar su diseño original y devolverle su glamour. Una renovación que costó 35 millones de dólares.
En 1991, los responsables de Los Ángeles declararon el hotel como bien histórico cultural de la ciudad, convirtiéndolo en una de sus principales atracciones turísticas.
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