La huelga de guionistas en Hollywood amenaza con prolongarse y sus efectos se sentirán en la Argentina a mediano y largo plazo

Siguen las protestas cotidianas de los guionistas de Hollywood en huelga
Siguen las protestas cotidianas de los guionistas de Hollywood en huelga - Créditos: @Ted Soqui

¿Qué efectos puede llegar a tener la huelga de guionistas de cine y televisión que estalló en Hollywood hace una semana en el espectador argentino de cine y series? ¿De qué modo afecta los hábitos de los abonados cualquier plataforma de streaming instalados en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza o Jujuy lo que está ocurriendo en estos momentos en la capital mundial del entretenimiento, a casi 10 mil kilómetros de distancia y al menos 12 horas de viaje en avión?

La respuesta no es inmediata, porque hay que buscarla a mediano o largo plazo. Cuando llegue ese momento, cualquier seguidor en la Argentina de las series más populares del momento entenderá, si todavía no lo hizo, cómo funciona una industria de alcances planetarios al comprobar que un estreno largamente anunciado o la nueva temporada prometida desde hace meses no estará disponible. Tendrá que conformarse con repeticiones o la esperanza de nuevos anuncios.

Lo que ocurre hoy alrededor de la huelga de guionistas y autores dispuesta por el Writers Guild of America (WGA) se sentirá entre nosotros a partir del año que viene. Tomemos el ejemplo de una de las series más populares de los últimos años. La producción de Stranger Things estaba en marcha hasta que se inició el conflicto de acuerdo con lo programado para comenzar la filmación de la quinta y la última temporada a partir del mes próximo. Como la huelga forzó a principios de esta semana la interrupción de los trabajos previos (el desarrollo del guion es la clave de esta etapa previa al rodaje) ya se pone en duda el estreno del esperado cierre de la serie para fines de 2024 en Netflix.

Algo parecido ocurre, por ejemplo, con la tercera temporada de series tan elogiadas y esperadas en su continuidad como Hacks (HBO Max) y de Abbott Elementary (Star+), así como la sexta de Cobra Kai (Netflix). En este último caso se confirmó a través de uno de sus creadores, Jon Hurwitz, que directamente no hay guionistas trabajando en el set.

La primera serie en anunciar su parálisis por la huelga fue Inestable (Netflix), que se encontraba en plena preparación de la segunda temporada. Pocos días después, una de las creadoras de Yellowjackets (Paramount+), Ashley Lyle, contó que el trabajo de escritura de la tercera temporada quedó paralizado apenas 24 horas después de ponerse en marcha.

Piquetes en la puerta de los estudios de Hollywood, una postal cotidiana de los últimos días por la huelga de guionistas
Piquetes en la puerta de los estudios de Hollywood, una postal cotidiana de los últimos días por la huelga de guionistas - Créditos: @David McNew

Hay más: la temporada 7 (también final) de Billions y la cuarta de Evil, ambas de Paramount+. Todo está parado desde el 1 de mayo en la producción de Andor (Disney+), reciente producción del universo Star Wars. Marvel hizo lo mismo con la preproducción de Blade, uno de los nuevos proyectos cinematográficos del estudio.

Más suerte por ahora tuvieron proyectos de enorme envergadura como House of Dragon y Lord of the Rings. La segunda temporada de la nueva serie ligada al mundo de Game of Thrones logró poner en marcha su proceso de filmación porque los guiones se entregaron a tiempo, pocos días antes de iniciarse la huelga. En cuanto a la segunda temporada de la serie del universo de El señor de los anillos (The Rings of Power), se anunció oficialmente el comienzo del rodaje sin el aporte de un par de productores ejecutivos que optaron por adherirse a la huelga.

La incertidumbre de lo que ocurrirá crece a partir del recuerdo que la industria de Hollywood tiene muy presente de las últimas experiencias similares. En noviembre de 2007 se produjo la última huelga de guionistas impulsada por el WGA y la parálisis se extendió a lo largo de 100 días. Otra medida de fuerza similar se produjo en 1988 y duró cinco meses. Ahora existe la impresión generalizada de que el conflicto no se resolverá de manera rápida. Todos esperan una huelga larga, sobre todo porque en el punto crucial del reclamo las partes están muy distanciadas y mantienen posturas por ahora irreconciliables.

¿Qué pide la WGA? En principio, la actualización del convenio colectivo de trabajo firmado con la Alianza de Productores de Cine y Television (Amptp). Pero detrás de ese acuerdo marco aparece el punto de mayor diferencia, que diferencia claramente a este conflicto de los anteriores. Los guionistas y autores se quejan del poquísimo dinero que los estudios les pagan cada vez que un canal y, sobre todo, alguna plataforma de streaming retransmite o repite algún programa. Es lo que en la terminología de la industria de Hollywood se conoce como “residuals”.

Hay otros reclamos planteados por el WGA sobre la mesa de una negociación todavía improbable. Desde el aumento de la remuneración mínima para los escritores hasta el pedido de un aumento de los aportes patronales a los fondos de pensión y a las prestaciones de salud. Los estudios están en el ojo del huracán por su negativa, según las denuncias de los huelguistas, a atender inclusive sus reclamos menos conflictivos. Dicen desde las áreas más combativas de la WGA que los estudios apuestan a un desgaste progresivo para lograr que la huelga llegue a su fin sin cumplir con la mayoría de los planteos sindicales.

La respuesta de los estudios aparece marcada por la cautela. El CEO de Warner Discovery, David Zaslav, rechazó las versiones que hablaban de una supuesta satisfacción del sector por la decisión de los huelguistas de lanzarse a las protestas callejeras masivas en vez de escribir. “No estamos contentos. Todo lo contrario. Para crear una gran narración necesitamos grandes escritores y que toda la industria trabaje en conjunto”, señaló el ejecutivo.

Un actor central en la industria del entretenimiento (y por lo tanto también en este conflicto) como Disney señaló a través de una de sus más altas autoridades, la Chief Financial Officer Christine McCarthy, que el estudio todavía no hizo una evaluación de los costos ocasionados por la parálisis. Al mismo tiempo, Disney lleva adelante una estrategia que también quiere proyectar al resto de los estudios de acelerar acuerdos con los showrunners y productores de las series para dejar allanado el camino de sus producciones en las áreas de decisión y de ejecución de proyectos que van más allá del alcance y la competencia de los guionistas.

El problema que se avecina tiene que ver con que algunos de los showrunners, además de crear y controlar el resultado final de la producción de las series, también se encargan de escribirlas. Disney dejó en claro en un comunicado dirigido a los showrunners de sus series que ellos deben seguir adelante con sus tareas específicas ajenas al trabajo de escritura. Todavía no hay pronunciamientos concretos o colectivos de estos especialistas, algunos de los cuales ocupan lugares estratégicos y representan el corazón y la identidad de las series que llevan su firma.

La peor señal en relación con este tema se conoció hace pocas horas cuando David Simon, el talentoso y aplaudido creador de The Wire, confirmó desde su cuenta oficial en Twitter que HBO suspendió su contrato “después de 25 años de escribir programas para ellos” por haberse sumado a la protesta de los guionistas. El currículum de Simon en el último cuarto de siglo es extraordinario. HBO también estrenó durante ese lapso The Deuce, Treme, Generation Kill, The Plot Against America, Show Me a Hero y We Own the City, todos con su sello.

La imagen de los piquetes en la puerta de los estudios ya es habitual en la escenografía de Hollywood durante los últimos días. Las redes sociales reproducen imágenes de las clásicas protestas de manifestantes que desfilan en círculos, con carteles en la mano, en las veredas próximas a las puertas de acceso de los estudios Universal, Warner, Disney y NBC, entre otros, especialmente en Burbank, el suburbio cercano a Los Ángeles en donde se concentra buena parte de la actividad de la industria del entretenimiento y funcionan los cuarteles generales de algunos grandes nombres. Varios actores conocidos (Bob Odenkirk, Mandy Patinkin, Clark Gregg, Drew Barrymore, Rob Lowe, Gina Gershon, Mindy Kaling, Jason Sudeikis, Susan Sarandon y muchos más) se sumaron a las columnas y piquetes de los guionistas y acompañaron sus caminatas.

La adhesión de Barrymore al reclamo de los huelguistas forzó cambios de último momento en la ceremonia de entrega de los premios MTV al cine, que tenía a la actriz como anfitriona y se tuvo que hacer con material pregrabado. La celebración anual del American Film Institute, que este año reconoce con el premio a la trayectoria a Nicole Kidman, se canceló sin fecha.

Mientras tanto, hay temores de que el conflicto se agigante todavía más a partir de la solidaridad de otros gremios (camioneros, empleados de hoteles), el impulso de otras agrupaciones decisivas para llevar adelante sus propios reclamos (los directores nucleados en la DGA quieren también precisiones para actualizar el convenio sectorial) y la solidaridad de las entidades europeas que agrupan a los guionistas. ¿Será el Festival de Cannes, que comienza el martes 16, el próximo gran encuentro afectado por esta medida de fuerza? La primera huelga de los guionistas de Hollywood de los últimos 15 años tiene hoy un final más abierto que nunca, con efectos impredecibles a largo plazo en todo el planeta.