El impacto positivo de las terapias con perros en los trastornos alimentarios

El abordaje de los trastornos de conducta y de la conducta alimentaria requiere de un constante esfuerzo en innovación que mejore los resultados de los tratamientos. Una de las terapias pioneras es la intervención asistida con perros dirigida a pacientes con anorexia y bulimia, según confirma un estudio. (Foto: Getty)
El abordaje de los trastornos de conducta y de la conducta alimentaria requiere de un constante esfuerzo en innovación que mejore los resultados de los tratamientos. Una de las terapias pioneras es la intervención asistida con perros dirigida a pacientes con anorexia y bulimia, según confirma un estudio. (Foto: Getty)

A día de hoy y después de la pandemia, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) afectan a 400.000 personas en España. Un dato que pone de relevancia la importancia de la investigación en este terreno y que valida aún más los resultados de este estudio sobre los beneficios de las terapias asistidas con perros.

El Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos la Universidad Rey Juan Carlos y la empresa PURINA, han presentado hoy los resultados de la segunda serie del estudio sobre el impacto que tienen las intervenciones asistidas con animales para adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria.

Los trastornos alimentarios se caracterizan por presentar una alteración definida del patrón de ingesta o de conducta sobre el control del peso, lo que lleva al adolescente a sufrir un deterioro físico y psicosocial. Existen diferentes trastornos de conducta alimentaria, aunque quizá los más conocidos sean la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones.

Este trabajo se propuso investigar los beneficios en la sintomatología relacionada con los TCA, así como en variables de salud mental como la ansiedad, la calidad de vida, la fuerza o la composición corporal que los perros de terapia brindan a estos pacientes.

La primera fase de estudio se puso en marcha en 2018, y en esta ocasión se ha llevado a cabo con 32 adolescentes menores de 18 años diagnosticadas con Trastorno de la Conducta Alimentaria, repartidos en dos grupos. El tratamiento ha constado de 24 sesiones de frecuencia semanal, llevadas a cabo entre abril y diciembre de 2021. Cada sesión, contó con la colaboración de un psicólogo experto en IAA (Intervención Asistida con Animales), dos técnicos en IAA y dos perros.

Las sesiones tuvieron una duración de 50 minutos durante las cuales, los adolescentes han realizado diversas dinámicas con los animales, para trabajar su ansiedad, autoestima y autonomía. A medida que las sesiones iban avanzando el protagonismo de los perros decrecía, con el fin de que los jóvenes pudieran trabajar las habilidades entrenadas.

Dichas sesiones incluían una bienvenida destinada a entrar en contacto con el perro (5 minutos), una parte principal donde los participantes aprenden nociones básicas sobre el adiestramiento canino, seguida de otra de desarrollo en la que intentan adiestrar a los perros (40 minutos) y, finalmente, una parte de cierre para despedirse de los perros (5 minutos).

En la parte principal, los pacientes realizaron diferentes actividades y ejercicios con el perro para trabajar distintos objetivos que mejoren la salud tanto mental como física a través de la vinculación con el perro.

Una vez finalizado el estudio, los profesionales han analizado las sesiones y la evolución de los pacientes y se han llegado a las siguientes conclusiones preliminares:

  • Durante la Intervención Asistida con Animales se han detectado mejoras y aumentos en la autoestima de los pacientes

  • Las emociones agradables suben 46 puntos en los momentos posteriores a las sesiones, pasando del 16 por ciento del inicio al 62 por ciento del final de las mismas.

  • Disminuyen los niveles de ansiedad y depresión de los pacientes.

  • Las emociones desagradables se reducen 43 puntos entre el momento previo de la sesión (47 por ciento) y el posterior (4 por ciento).

  • Se han observado mejoras en el funcionamiento psicosocial de los menores, con aumentos en su autonomía y en sus niveles de responsabilidad

Sobre todo, la mejoría más clara se presentó en los ítems relacionados la desconfianza hacia los demás, los miedos con respecto a las sensaciones sobre su propio cuerpo y el miedo a los cambios corporales. Concretamente, la desconfianza interpersonal mejora en un 36 por ciento respecto al momento previo a la terapia, en un 13 por ciento la conciencia interoceptiva y bajan los síntomas de miedo a la maduración en un 17 por ciento.

También se identificó una mejoría en la composición corporal y peso del grupo de intervención respecto al de control, progresando un 0,6 entre el momento pre y post de las sesiones.

Los TCA afectan en España a más de 400.000 personas, incrementándose en un 15 por ciento el número de caso en menores de 12 años. Por eso es muy importante que toda la sociedad se implique en su tratamiento, sociedad, familia, escuela, empresa y medios de comunicación.

Según la jefa del servicio de psiquiatría y psicología del Hospital Niño Jesús, la doctora Montserrat Graell, "estas conclusiones preliminares nos ayudan a saber que vamos por el camino correcto y que debemos de seguir recorriéndolo para ayudar a más jóvenes". Aunque admite que "aún es necesario mejorar la eficacia de los tratamientos e implementar nuevas intervenciones para nuevos diagnósticos como los trastornos por atracón y trastorno por evitación y restricción de la ingesta, mejorar las técnicas de psicoterapia, analizar el papel de la neurociencia en el tratamiento y explorar la intervención de los agentes sociales".

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