El impensado destino de la cárcel en la que se grabó Stranger Things

La prisión donde estuvo detenido el personaje Hopper, de Stranger Things no estaba en Kamchatka, sino en Lituania
La prisión donde estuvo detenido el personaje Hopper, de Stranger Things no estaba en Kamchatka, sino en Lituania - Créditos: @IMDB

En la cuarta temporada de Stranger Things, una de las series de fantasía y misterio más populares de Netflix, por esos avatares de la trama, el personaje de Jim Hopper termina encerrado junto a criminales peligrosos en una rudísima prisión de Kamchatka, donde los horrores no dejan de desfilar. Pues bien. Hay que decir que en el lugar en el que fue privado de su libertad el protagonista de la ficción, hace no muchos años funcionó una cárcel de verdad.

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Y este no era una presidio cualquiera, sino que, por mucho tiempo, fue considerado el penal más estricto de Europa del Este. Pero la situación cambió y el lugar, que dejó de ser una cárcel en 2019, hoy funciona como un centro cultural donde confluyen músicos, artistas y todo tipo de creadores.

La prisión de Lukiškės funcionó en Vilna, capital de Lituania, entre 1904 y 2019
La prisión de Lukiškės funcionó en Vilna, capital de Lituania, entre 1904 y 2019 - Créditos: @lukiskiukalejimas

Lo primero que se debe aclarar es que la prisión en la que (spoiler alert), Hopper (David Harbour) y los demás reos se enfrentan en una disputa a muerte con el monstruoso demogorgon no queda en Kamchatka, sino en Lituania. Más precisamente, en la capital de este país, Vilna. Se trata de la prisión de Lukiškės, un centro de encierro que funcionó por más de un siglo, entre los años 1904 y el 2019.

La prisión contaba con un lugar para católicos, otro para ortodoxos y uno más para judíos
La prisión contaba con un lugar para católicos, otro para ortodoxos y uno más para judíos - Créditos: @lukiskiukalejimas

El lugar, de acuerdo a la descripción que hace el diario español 20 minutos, se encuentra en el centro de la capital lituana, muy cerca del parlamento de ese país y a pasos de las arterias principales de esa ciudad. El presidio estaba conformado por seis edificios de muros altos y gruesos y era la única prisión que tenía lugares para que acudan los reclusos de distintas religiones: católicos romanos, rusos ortodoxos y judíos. Así, destaca en el complejo la impresionante cúpula de la iglesia San Nicolás.

Una de las celdas de la prisión de Lukiškės,  que hoy funciona como lugar para actividades culturales y artísticas
Una de las celdas de la prisión de Lukiškės, que hoy funciona como lugar para actividades culturales y artísticas - Créditos: @Lrt

“Este lugar era residencia de asesinos en serie, líderes de bandas, violadores, y todos aquellos condenados a cadena perpetua”, dice un guía turístico de la prisión, en un video que realizó para el medio El Independiente. El hombre añade también que a ese lugar se lo conocía como “Alcatraz de Lituania”.

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La cárcel forma parte de la historia viva de Lituania y en ese sentido ha aislado criminales de la era zarista, vio el fusilamiento de prisioneros de guerra en los dos conflictos bélicos mundiales, formó parte de la maquinaria genocida de los nazis contra la población judía y fue el destino de opositores políticos al régimen soviético luego de que Rusia anexara el territorio lituano a la URSS en el año 1940.

La prisión de Lukiškės fue testigo de los hechos más trágicos de la historia reciente de Lituania
La prisión de Lukiškės fue testigo de los hechos más trágicos de la historia reciente de Lituania - Créditos: @lukiskiukalejimas

Nueva función para el presidio

Cuando el presidio cerró sus puertas, se discutió qué se podría hacer con ella. La conclusión fue que lo ideal sería mantener su estructura para que el lugar continuara brindando testimonio de su historia, pero que se reutilizara para otros fines, más relacionados con las actividades artísticas.

La prisión de Lukiškės cerró en 2019 y hoy su patio alberga festivales de música y artísticos
La prisión de Lukiškės cerró en 2019 y hoy su patio alberga festivales de música y artísticos - Créditos: @Rytis Seskaitis

Así, convertida en la prisión 2.0 de Lukiškės, el antiguo presidio cerrado en 2019 es el albergue de unos 250 artistas, músicos y todo tipo de creadores, que instalaron en los edificios del complejo salas de coworking y han convertido muchas de las celdas en estudios y salas de exposiciones. Además, es habitual que entre sus muros, en sus ortrora tristes patios se realicen también conciertos y festivales de música, para que la celebración impere donde antes hubo dolor.

Hoy se realizan visitas guiadas para conocer las instalaciones de la prisión de Lukiškės
Hoy se realizan visitas guiadas para conocer las instalaciones de la prisión de Lukiškės - Créditos: @lukiskiukalejimas

Además, otra de las características que hoy ostenta este presidio es su impactante estampa escenográfica, que lo convierte en el lugar elegido para rodar allí tanto películas como series y publicidades. Por caso se pueden mencionar, además de Stranger Things, otras producciones que se realizaron allí, como tomas de Chernobyl o un aviso de Gucci, muy popular en Europa.

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Actualmente, la prisión se puede visitar con guías preparados para hacer su recorrido por 20 euros. Más allá de que el lugar ya no es sinónimo de encierro, recorrerlo y ver grabadas en las paredes de la celda los palitos con los que los reclusos contaban los días debe ser una experiencia estremecedora. Casi tanto como cruzarse con un demogorgon.