No importa si se le llama ‘salto de conexión’ o boletos con ‘ciudad oculta’, la práctica es polémica

Reservar un vuelo con escala en la ciudad que es el destino real del viajero puede ser mucho más barato, pero las aerolíneas prohíben la práctica. (Dani Pendergast/The New York Times)
Reservar un vuelo con escala en la ciudad que es el destino real del viajero puede ser mucho más barato, pero las aerolíneas prohíben la práctica. (Dani Pendergast/The New York Times)

El último día de junio, los agentes de American Airlines en el Aeropuerto Regional de Gainesville, en Florida, cancelaron el vuelo de un adolescente de Carolina del Norte después de darse cuenta de que había utilizado una táctica de reservación llamada “skiplagging” o “ciudad oculta”, la cual han prohibido las aerolíneas, pero que utilizan algunos viajeros para conseguir vuelos más baratos.

El padre del adolescente, Hunter Parsons, comentó que era la primera vez que su hijo de 17 años volaba sin acompañante y que las fechas y el precio de la reservación la hicieron atractiva: por 150 dólares, su hijo iba a volar de Gainesville a Charlotte, Carolina del Norte, sin tomar el segundo vuelo a Nueva York, lo cual le costó a la familia unos 300 dólares menos de lo que habría gastado en un vuelo directo a Charlotte. El hijo de Parsons ni siquiera logró pasar el mostrador de facturación en Gainesville, pues agentes de la aerolínea le preguntaron por qué iba a volar a Nueva York cuando su escala era en su ciudad natal, Charlotte. Lo obligaron a pagar un vuelo directo.

La táctica del “skiplagging” o “ciudad oculta” consiste en comprar un boleto para un vuelo con conexión que tenga escala en la ciudad que es el destino real del viajero. Los pasajeros desembarcan después del primer tramo y solo no abordan el segundo. A menudo, la tarifa es más barata que si hubieran comprado un vuelo directo a su destino deseado. Ahora, al menos dos sitios web ayudan a sacar a la luz estas ofertas para los consumidores.

Aunque no es ilegal, las aerolíneas prohíben esta práctica en sus contratos de transporte. Y las empresas han mostrado una mano errática pero dura a la hora de castigar a quienes atrapan en el acto: en un caso, eliminaron las millas de viajero frecuente de un cliente y, en otro, demandaron al pasajero. Parsons afirmó que American Airlines le prohibió a su hijo viajar con la empresa durante tres años.

Según los expertos, los viajeros han volado de este modo durante décadas y detectar el uso indebido de las conexiones es complicado, por eso las aerolíneas han tenido problemas para hacer cumplir sus políticas. A continuación, lo que debes saber sobre este secreto a voces de los vuelos.

¿Cómo funciona?

Hay muchos factores que determinan los costos de un boleto de avión, como los precios de la energía, la demanda de pasajeros para ciertas rutas y la competencia de otras aerolíneas. No son un mero reflejo de la distancia recorrida. Para los viajeros, esto significa que a veces puede ser más asequible reservar un vuelo con escala en una ruta más competitiva y bajarse allí, que reservar un vuelo directo hasta el lugar deseado.

Por ejemplo, un viajero de Fort Lauderdale, Florida, quiere volar a San Francisco. En una búsqueda reciente, apareció un vuelo de Fort Lauderdale a Portland, Oregón, con escala en San Francisco, por unos 124 dólares. Un vuelo sin escalas de Fort Lauderdale a San Francisco costaría unos 220 dólares.

Skiplagged y Kiwi facilitan la búsqueda y reserva de este tipo de ofertas.

Sin embargo, requiere pasar desapercibido. No se puede documentar una maleta ni vincular una cuenta de viajero frecuente para acumular las millas. Y los viajeros que muestran patrones —repiten las mismas rutas y pierden sus vuelos de conexión— tienen más probabilidades de ser descubiertos.

¿Por qué está ganando popularidad?

La respuesta corta: el costo de los boletos de avión, que se ha disparado en años recientes.

Para Mary Cropper, especialista en viajes de Audley Travel, con sede en Boston, el precio de los boletos de avión es una “tormenta perfecta”. El aumento de las tarifas, además de los costos de todo, desde las bebidas hasta la impresión de los pases de abordar, han hecho que la técnica de “vuelos con ciudad oculta” sea más atractiva para los pasajeros. Aunque Cropper no les aconseja a sus clientes que reserven así, mencionó que entendía la motivación.

“¿Por qué alguien no querría ahorrarse el 50 por ciento de un boleto de avión, algo que es tan caro estos días?”, cuestionó Cropper.

Aktarer Zaman, fundador y director ejecutivo de Skiplagged, enfatizó que su sitio web “empodera a la gente a tomar sus propias decisiones” al descubrir alternativas para las prácticas de precios actuales de las aerolíneas, las cuales describió como un “inflamiento de precios”.

¿Cuáles son los riesgos?

Al comprar un boleto, los viajeros aceptan un contrato de transporte con la aerolínea, el cual es un conjunto de normas que los pasajeros se comprometen a cumplir. Estas abarcan desde la forma en que la aerolínea gestionará los vuelos sobrevendidos hasta los requisitos relacionados con la vestimenta y el comportamiento de los pasajeros. Estos términos y condiciones también suelen prohibir de forma explícita la emisión de boletos con ciudades ocultas y presentan un montón de consecuencias si los viajeros evaden las normas.

United Airlines se reserva el derecho de vetar permanentemente a los viajeros que no completen su viaje. También afirma que puede revocar el estatus de viajero especial y eliminar las millas acumuladas. Alaska Airlines menciona que puede emprender acciones legales contra los pasajeros que infrinjan sus políticas.

American Airlines señala en su letra pequeña que tiene derecho a realizar varias acciones, como cancelar cualquier parte no utilizada del boleto, impedir que el pasajero vuele y cobrarle al cliente el costo del trayecto planeado.

Curtis Blessing, un vocero de American Airlines, comentó que este tipo de viajes eran un “mal resultado en general” que podría causar problemas con las maletas documentadas e impedir que otros clientes, quienes podrían tener urgencia por viajar, reserven asientos.

En su mayor parte, las aerolíneas han acusado a los proveedores en línea y en los últimos años han presentado un puñado de demandas contra Skiplagged y Kiwi. Este verano, American Airlines demandó a Kiwi ante un tribunal federal de Texas, bajo el argumento de que la “deshonesta agencia de viajes en línea” había incurrido en repetidas ocasiones en “prácticas abusivas de emisión de boletos”, incluida la reservación de tarifas con ciudades ocultas para sus clientes, según documentos judiciales.

Hasta ahora, los litigios no han logrado bloquear este truco. Una demanda que presentó United Airlines en 2014 en contra de Skiplagged fue desestimada, mientras que, en 2021, Southwest Airlines demandó a Skiplagged por utilizar los datos de la empresa. Skiplagged arguyó que en realidad ellos no distribuían los boletos de Southwest; mostraban vuelos, pero dirigían a los usuarios a otros sitios web para reservar. Más tarde, ambas partes acordaron retirar la demanda, según Zaman.

¿Es ético viajar así? ¿Cuán problemático es para las aerolíneas en realidad?

“La pregunta es si crees que le afecta de alguna forma a la empresa y si te importa”, opinó Robert Mann, analista del sector de la aviación y otrora ejecutivo de American Airlines. Según las aerolíneas, la explotación de las tarifas con ciudades ocultas da como resultado asientos vacíos que pudieron haber reservado otras personas.

En su demanda contra Kiwi, American Airlines también señaló que cuando no se presentan los pasajeros se pueden retrasar los vuelos pues se debe buscar al viajero y el equipaje implicados y desperdiciar combustible que se calcula según el número de pasajeros.

Hay quienes afirman que estas tarifas son una laguna legal que creó la propia aerolínea y un reflejo de sus prioridades de fijación de precios. Por ley, las aerolíneas pueden fijar los precios y rutas que quieran.

Según Paul Hudson, fundador de Flyers Rights, un grupo defensor de los derechos de los pasajeros, “se puede argumentar que cobrar precios mucho más altos por distancias más cortas es injusto y penaliza en especial a los viajeros frecuentes que van a ciudades que son centros de conexión”, donde la alta demanda suele implicar tarifas aéreas más caras.

c.2023 The New York Times Company