La influencer Natalia Palacios nos cuenta los secretos detrás de su boda con Carliyo

Malagueña y disfrutona, así se define Natalia Palacios, conocida como @nataliaxpr, una joven de 25 años que, con su sonrisa contagiosa y su personalidad, ha conquistado el corazón de más de 1.5 millones de personas. En menos de tres años, la andaluza ha logrado lo que muchos sueñan: convertirse en una de las creadoras de contenido más queridas y seguidas por el público joven.

¿Su secreto? Como ella misma asegura, la naturalidad. Es esa capacidad para conectar, reírse de sí misma y compartir su día a día con humor. Buena prueba de ello fue su viaje a Nueva York que vivió con el que pronto se dará el ‘sí, quiero’, el amor de su vida ,Carliyo. Con las luces de Times Square de fondo, al ritmo de Car’s Outside y con un tatuaje marcado por el número ocho, que seguro que le enseñarán a sus hijos con mucha ilusión, Natalia nos hizo soñar con su historia de amor.

En esta entrevista para HOLA.com, una de las cabeceras que, como ella nos ha confirmado, leía con su abuela, la influencer malagueña nos abre las puertas de su vida, su carrera y sus sueños, y nos deja claro que detrás de la pantalla hay una joven auténtica, trabajadora y llena de ilusión, que disfruta cada paso del camino.

—¿Cuándo empezó todo? Recuerdo haber visto tus vídeos cuando aún no tenías más de diez mil seguidores.

Yo diría que durante la carrera, cuando me descargué TikTok y empecé a subir cosas. Obviamente, al principio el contenido no funcionaba, pero me divertía mucho. Asocio mucho la etapa de redes sociales con la universidad porque llegaba de clase y decía: "Tengo que grabar un TikTok, si no grabo un TikTok, no estoy tranquila". Así que creo que empezó ahí.

—¿Siempre habías querido dedicarte a este mundo? Porque claro, tú estudiaste Publicidad y Relaciones Públicas.

Te diría que no. Al principio era solo un juego. Pero, obviamente, cuando ya empecé, tuve clarísimo que este era el trabajo de mi vida. Que dure lo que quiera durar, porque me encanta y me divierte un montón. Pero sinceramente, ni siquiera pensaba que esta opción existía.

—¿Recuerdas cuál fue el primer video que se te hizo viral?

Sí, me acuerdo perfectamente. Iba por la calle y un chaval de tres años menos que yo me llamó "señora". Me pillé un rebote y le respondí algo como: "¿Cómo que señora?". Lo grabé para mis mejores amigos, les hizo gracia, y decidí subirlo a TikTok. A la gente le encantó porque, claro, yo no era una señora hace cinco años, ni lo soy ahora. Creo que mucha gente se sintió identificada, porque a veces pasa eso de que en el supermercado un niño te dice "Disculpe, caballero" y tú te quedas en plan: "¿Ya he llegado a ese momento?".

—¿Y qué sentiste cuando ese video se hizo viral? ¿Te metías todo el rato a refrescar para ver cómo subían las visualizaciones?

Al principio me daba respeto porque iba a clase y me decían: "He visto tu video", y pensaba: "No son solo números, son personas que están en mi día a día: un profesor, una compañera". Me daba un poco de vergüenza que fueran personas cercanas. Yo quería que mi video le saliera a una chica de Zaragoza que nunca me iba a conocer.

—De todas las cosas que te han pasado, ¿cuál es esa que recuerdas con más ilusión?

Un anuncio para televisión. Fue para una marca de cremas corporales. Nunca lo llegué a ver en la tele, pero la gente me lo mandaba. Me hacía mucha ilusión porque es una meta cumplida, aunque todavía no me lo creo del todo.

—¿Qué le dirías a la Natalia de hace tres o cuatro años?

Que siga, que no le dé vergüenza. Que, aunque le esté costando, se mantenga firme. La etapa de la universidad fue muy complicada, pero ahora miro atrás y estoy orgullosa. Compaginé la carrera con redes sociales y eso me dio amistades y tranquilidad. Fue difícil, pero valió la pena.

—¿Cómo afrontaste tus primeras críticas?

Muy mal. Soy de las que apaga el teléfono, se mete en la cama y llora. Es algo que todavía no supero. Me afecta mucho cuando sacan cosas de contexto o le dan una interpretación negativa a algo que no la tenía. Es algo en lo que tengo que trabajar.

—¿Qué crees que tienes tú que engancha tanto a la audiencia?

Creo que la naturalidad. Solo saco el móvil cuando estoy feliz y con ganas de grabar. No me fuerzo a hacerlo si estoy mal. Los momentos que comparto son auténticos, y creo que eso es lo que conecta con la gente.

Hay historias de amor que parecen sacadas de una película, y la de Natalia Palacios y Carliyo es una de ellas. Todo comenzó con un salto al vacío: sin conocerse, decidieron embarcarse juntos en un viaje a 5.888 kilómetros de su casa, a Nueva York. Lo que empezó como una simple amistad, paseando por Central Park y compartiendo risas en las calles de la ciudad que nunca duerme, terminó convirtiéndose en el inicio de un amor que cambiaría sus vidas para siempre.

Tras aquel mágico viaje, Natalia y Carliyo pasaron un tiempo viviendo entre Málaga y Madrid, sorteando kilómetros y agendas, pero con la certeza de que querían estar juntos. Finalmente, el destino (y su amor) los llevó a instalarse en Málaga, la ciudad natal de ambos y en la que les gustaría criar a sus hijos, - nos ha confesado la influencer entre risas-.

—Natalia, vamos a hablar un poquito de amor. ¿Cuál ha sido la mayor locura que has hecho por amor?

Hombre, qué te voy a decir... Plantarme en Nueva York sin tener ni idea de qué iba a pasar. Podía haber sido un desastre: que me raptara, que fuera un borde, que me dejara fuera del hotel. Pero no, esa ha sido la locura más grande.

—Entonces, ¿el comienzo de vuestra relación fue ese viaje a Nueva York?

Exacto, ese fue el comienzo. Quedamos el día de antes para comprar ropa térmica y establecer nuestras normas. Hicimos un vídeo en el que cada uno exponía las suyas: la mía era que nunca me dejara sola y que cuando tuviera que hacer mis necesidades él saliera de la habitación. ¡No puedo hacerlo de otra forma! Y él dijo que cada uno tenía que hacer lo que quisiera, sin forzarse. Yo, por no quedarme sola, estaba dispuesta a hacer lo que fuera. Al día siguiente grabamos un TikTok, compramos cuatro camisetas y nos fuimos a Nueva York.

—Ahora que lo piensas, ¿qué les contarás a tus futuros hijos sobre esto?

Creo que habrá una etapa en la que tendré que intentar que no se enteren, porque claro, ¿cómo les explico que conocí a su padre por internet y me planté en Nueva York? Les contaré la historia cuando tengan la madurez para entenderla, como a los 18 o 19 años.

—Hablando de vuestro viaje, hicisteis confesionarios que se volvieron virales. ¿Has visto alguna vez lo que él dijo sobre ti?

Nunca los he visto. Prefiero no hacerlo, porque ¿y si hay algo que me molesta? Mis amigas me dijeron que yo daba todo y que él decía cuatro tonterías. ¡Prefiero mantener la magia del recuerdo!

—En ese viaje, ¿hubo un momento en el que te diste cuenta de que estabas enamorada?

Sí, lo recuerdo perfectamente. Estábamos en el aeropuerto de Lisboa jugando a un juego de palmas. Me reía tanto, y me miraba de una forma... que supe que me encantaba. Ese momento lo tengo grabado en el corazón.

—Tu relación ha avanzado muy rápido. ¿Crees que el amor tiene tiempos marcados?

No. Hay que hacer las cosas como las sientas. Si en una semana sientes algo fuerte y estás seguro, ¡adelante! Eso sí, siempre estando en la misma sintonía con la otra persona. Me encanta de Carlos que es directo, que te dice lo que siente sin rodeos.

Y como en toda gran historia de amor, llegó el capítulo inolvidable. El 26 de agosto de 2024, bajo una puesta de sol de Portugal, que parecía diseñada para ellos, Carliyo le pidió matrimonio. Entre emoción y lágrimas, Natalia dijo… ¡que sí!

Si hay algo que define a Natalia, y que hemos podido comprobar a lo largo de esta conversación, es que es una persona muy sentimental y familiar. Ahora, en pleno momento de preparativos para el día en que se dará el 'sí, quiero' con la persona a la que ama, su mayor deseo es claro y conmovedor: que sus abuelos sigan estando presentes para acompañarla al altar.

—Cambiando de tema, ¡te vas a casar! ¿Cómo te sientes con eso?

Es la ilusión de mi vida. Siempre he soñado con casarme, pero ahora más, porque es con la persona con la que quiero estar toda mi vida. Estoy emocionadísima, mirando cosas todo el rato. ¡Mi Para ti de TikTok está lleno de vestidos de novia!

—¿Cómo va la organización de la boda?

Lo malo es que todo el mundo me dice que voy mal de tiempo. La gente reserva sitios con dos años de antelación, y yo soy muy desorganizada. Pero lo bueno es que todo lo que me gusta se puede hacer. Ya tengo lugar, fecha, Wedding Planner, catering... aunque falta muchísimo, como las flores, la iluminación y el videógrafo.

—¿Qué es lo que más ilusión te hace del día?

Que mis abuelos estén conmigo. Sueño con entrar del brazo de cada uno de ellos. Ese momento es el que más me emociona imaginar.

—Y ahora, Natalia, cierra los ojos. Imagina ese momento en el que llegas al altar, vestida de blanco y te encuentras a Carlos vestido de novio, ¿cómo lo visualizas?

Ahora mismo estoy súper tranquila porque es algo pequeño e íntimo, en familia. Si algo sale mal, seguro que nos vamos a reír. Pero, aunque esté en ese mood tranquilo, cuando llegue el momento de comenzar ese paseo, como dices, creo que me van a caer unas lágrimas. Cuando le vea, seguro. Me gustaría que fuese con el típico traje de pingüino... ¡Sí, sí, me encantaría! Carlos, si ves esto, quiero que vayas con ese traje (risas).

—En un día lleno de confesiones y emociones, Natalia nos ha compartido cómo está viviendo cada detalle de esta etapa tan especial. Pero, como sabemos, uno de los momentos más esperados para cualquier novia es encontrar el vestido perfecto. Así que, para cerrar nuestra charla, no podíamos dejar de preguntarle: ¿has encontrado ya tu vestido?

Sí, me he probado varios y ya tengo claro qué estilo me favorece. Aún no lo tengo decidido, pero ya tengo el concepto claro. Estoy segura de que será perfecto. No os puedo decir nada más, porque Carlos va a ver esta entrevista y quiero que sea una sorpresa.