Los iraníes purifican sus almas con hogueras y bailes en la fiesta del fuego

Jaime León

Teherán, 12 mar (EFE).- Los iraníes bailaron, cantaron y saltaron sobre hogueras este martes en la milenaria fiesta del "Charshande Surí”, un festival de purificación con raíces zoroástricas anterior a la llegada del islam al país persa, pero que se moderniza a marchas forzadas.

El "Charshande Surí” -la “fiesta del miércoles” y “miércoles rojo” en persa- es una festividad popular con 3.000 años de antigüedad, que se celebra el último martes del calendario iraní y es el primero de los festejos del año nuevo persa, Noruz, que comienza el próximo 20 de marzo.

“Mi color amarillo (pálido) es tuyo, tu color rojo es mío”, cantaban jóvenes que saltaban sobre hogueras en el norteño barrio de Saadat Abad de Teherán tras la puesta de sol, la tradicional canción de esta festividad.

En la tradición zoroástrica el fuego y la luz representan la bondad, y por ello se salta sobre el fuego para deshacerse de las cosas malas y pedir energía para el año nuevo.

Otros jóvenes hacían volar las llamadas “linternas del deseo” que al ascender al cielo con fuego en su interior cumplen los anhelos que se piden, según la tradición iraní.

“Mi deseo al hacer volar la linterna del deseo fue que en el año nuevo persa haya más felicidad para todos. Que no haya tristeza”, dijo a EFE Bahareh, de 30 años, que todos los años se suma a estas celebraciones junto con sus amigos.

Bailes y cantes

Además de saltar sobre las tradicionales hogueras, lanzar petardos y volar linternas, cientos de jóvenes bailaban al ritmo de modernas sintonías en Saadat Abad, bajo fuegos artificiales y un ensordecedor estruendo.

Chicos y chicas sin velo, juntos y revueltos, bailaban en público, algo prohibido para las mujeres, en un ambiente que no aprobarían los clérigos que rigen los destinos de Irán, en un signo de cambio de los tiempos.

“Antes la fiesta era diferente, ha cambiado mucho”, confirma a EFE Reza, un jubilado de 60 años, que recuerda que participa en el "Charshande Surí” desde que era niño.

“Es un pretexto para reunirnos en familia o entre amigos y pasar esta noche juntos”, afirma.

Para la estudiante Arezú, de 18 años, sin embargo, es una ocasión para “estar felices, cantar, bailar y divertirnos un rato”.

No es de extrañar que la República Islámica vea esta festividad con malos ojos, dado el giro moderno hacia una celebración con bailes públicos que se suman a su carácter preislámico.

Y es que el "Charshande Surí” tiene raíces zoroástricas, la religión dominante en Persia antes de la llegada del islam, y se remonta a unos 1.700 años antes de Cristo.

Accidentes

En los días previos al festival, al menos 10 personas han muerto y otras 37 sufrieron amputaciones en miembros en accidentes provocados por la manipulación de explosivos mientras preparaban petardos y fuegos artificiales para la festividad, algo que sucede todos los años.

En 2023, al menos 27 personas murieron y más de 4.000 resultaron heridas en accidentes durante la celebración de la tradicional fiesta, de las que 222 perdieron una extremidad.

“En caso de que vean a alguien escondiendo o almacenando material explosivo o químico para repartir entre niños y jóvenes avisen de inmediato a las fuerzas de seguridad”, afirmaba uno de los muchos mensajes que mandaron las autoridades a los ciudadanos ante la cercanía del festival.

Unas advertencias que cayeron en saco roto, a juzgar por el estruendo que sacudía Teherán, y el resto del país, hasta bien entrada la madrugada.

(c) Agencia EFE