Irene, la novia del vestido antiguo y mangas abullonadas que se casó en Sevilla

La ciudad de Urbino fue el rincón italiano que unió de por vida a Irene y Eneko hace casi más de una década y media, cuando ambos abandonaron sus hogares para vivir un curso de Erasmus mientras estudiaban en la universidad, nunca habrían imaginado que aquella decisión les marcaría para siempre. Allí, entre sus calles y fiestas, surgió la magia que hoy homenajeamos en nuestras líneas, y tras varios años en los que sus caminos tomaron direcciones diferentes (¡aunque nunca perdieron el contacto!), tiempo después volvieron a reencontrarse y cumplieron el sueño de seguir adelante para casarse por todo lo alto en Sevilla, y suromántico vestido de noviade la diseñadora Teresa Baena, es uno de los más bonitos que hemos visto últimamente.

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"Eneko siempre cuenta que nada más verme el primer día supo que yo era el amor de su vida. Al mes de estar allí empezamos nuestra relación y pasamos juntos todo el año" nos cuenta. Y el 10 de junio de 2023 sellaron esta unión en la ciudad de ella, Sevilla, luciendo el estilo de traje nupcial que había tenido en mente desde que tiene uso de razón, "¡llevaba soñando con mi boda mucho tiempo!" confiesa.

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Inspiración 'vintage'

A diferencia de otras novias que están perdidas a la hora de decantarse por las diferentes propuestas que triunfan, Irene sí estaba muy segura de cómo buscaba verse para el gran día: "quería algo diferente, especial y no ser una novia clásica, normal. Siempre supe que quería un vestido romántico, con bordados y algún encaje. Del resto se encargó Teresa Baena y el resultado fue incluso mejor de lo que podría imaginar" nos cuenta sobre lo importante que es dar con alguien que entienda qué buscas y cómo quieres sentirte de camino al altar para prometerte amor eterno.

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Le preguntamos por qué se decantó por esta modista andaluza, a lo que nos responde... "Desde hace muchos años he seguido en redes sociales a distintos diseñadores de vestidos de novia y he ido guardando todo lo que podría ser una inspiración para mi vestido. Cuando empecé a seguir a Teresa Baena, vi que tenía un estilo muy parecido al que yo buscaba y, cuando Eneko me pidió que me casara con él, no dudé en llamarla", ¡y así lo hizo!

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Nos relata que había concertado cita con otros talleres, pero que nunca llegó a ir porque "cuando conocí a Teresa, supe que tenía que ser ella la que me hiciese el vestido de novia. Captó a la perfección lo que yo quería desde el primer momento. Mencionar también a Rocío, que nos acompañó en el proceso y a las modistas que realizaron un trabajo artesanal maravilloso para dar forma a la idea original". Aquella conexión de la que todas las novias hablan cuando dan con la artista que hará realidad el boceto que tienen en mente es imprescindible.

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Así creó su vestido de novia

A veces, el proceso de creación es uno de los más complicados, y el que más quebraderos de cabeza regala, pero, en el caso de nuestra protagonista, fue todo lo contrario. "Fue increíble desde la primera hasta la última prueba. Lo más divertido y también más arriesgado fue que no vi el resultado del vestido hasta prácticamente el último momento. Una de las partes que más disfruté fue la de decidir el tipo de bordados y de encajes que quería y donde los pondríamos, y esperar los distintos diseños que Teresa me dio a elegir. Fue increíble cuando, tras elegirlos, llegué a la siguiente prueba y vi el vestido montado con la tela ya bordada. ¡Definitivamente era el vestido de mis sueños!" dice recordando aquella memoria.

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Llegó de la mano de su padre a la iglesia de San Sebastián en la capital andaluza luciendo un diseño de inspiración vintageque se ha convertido en la pieza más preciada que cuelga ahora de su armario. Le preguntamos sobre qué es lo más importante que tuvo en cuenta para decantarse por el look blanco: "tener claro qué es lo que quieres y encontrar tu estilo. Me encanta ver una novia y sentir que va 'súper ella' y no disfrazada… Una de las cosas que más me dijeron el día de la boda es que iba MUY yo y que era MI vestido… ¡No pude ser más feliz!".

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Al convertirse en una de las novias más inspiracionales, nos explica que sí tuvo en mente alguna tendencia puntera, pero no fue el camino que trazó finalmente. "Seguir las tendencias está bien, pero creo que es importante sentirte tu misma el día de la boda. No llevaría algo solo por el hecho de que se lleve si yo no me veo con ello… Creo que es muy importante saber lo que una quiere, lo que te favorece y como explotar tus puntos fuertes… Si encuentras una tendencia que potencie todo eso, genial. Si no, me arriesgaría y llevaría algo diferente y atrevido, fuera de las tendencias del momento" razona.

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Las joyas para el gran día

"Soy un poco supersticiosa así que quise cumplir con la norma de 'algo nuevo, algo viejo, algo azul, algo prestado'" dice. En cuanto a joyas nos explica que se decantó por "mi anillo de pedida (¡del cual no puedo estar mas enamorada!) y dos anillos de oro muy finitos que eran de mi madre y me regaló hace al menos 10 años, no me los he quitado desde entonces porque son muy especiales para mí". Además completó el conjunto con unos pendientes largos de oro amarillo que estaban formados por tres cadenitas con un coral al final de cada una de ellas, "quería llevar algo diferente y nada mas verlos supe que tenían que ser esos" . Y el complemento más brillante se escondía en su pelo, "elegí tres estrellitas de M de Paulet de color dorado. Me encantó el resultado con el moño de bailarina que lucí".

Para el maquillaje y peinado se puso en manos de Cristina Gordillo, "quería un maquillaje lo mas natural posible porque nunca suelo ir muy maquillada y el resultado fue increíble. Sobre el peinado dudé entre el moño de bailarina o una cola alta y ondulada, pero tras la prueba me decanté por la primera. No conocía a Cristina de antes pero no puedo estar más feliz de haberla elegido porque nunca me había visto tan favorecida" dice.

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Y la elección de sus zapatos de tacón, ¡no pasó desapercibida! Tanto que creó un momento de discrepancia familiar, aunque como bien nos adelanta, sabía que iba a formar parte del día de su boda incondicionalmente. "Elegí unos de color negro de la marca Balambae. Recuerdo decirle a mi madre que los quería de este tono y que me dijese: ¡qué horror!, pero ella ya me conoce bien y supo que no había negociación posible".

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Ramo de una sola flor

Como a otras novias les ocurre, la creación del ramo estuvo entre sus últimas tareas, y sí, también tuvo dudas. "Me encantan los claveles y siempre que tengo que regalar un ramo lo elijo de estas flores… Pero me encantaban también las rosas inglesas, que son muy parecidas a las peonías. Como tenía tantas dudas, Isa, de Cártamo Flores, con la que tengo una relación muy especial porque es la madre de una de mis mejores amigas del colegio, terminó enviándome dos ramos el día de la boda para que eligiese sobre la marcha cual me gustaba más. ¡Finalmente me decanté por los claveles rosas y el resultado con el vestido me encantó!".

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Italia les encontró en 2011 en el que vivieron un romance de película y nos describe cómo trascurrieron los hechos hasta llegar al altar. "Por cosas del destino, tras volver yo a Sevilla dejamos la relación y fue de nuevo en 2018 cuando volvimos a intentarlo. Por aquel entonces Eneko llevaba ya unos años viviendo en Sevilla y siempre, andábamos buscándonos. En verano de 2022, durante las vacaciones y 11 años más tarde, volvimos a Urbino juntos y fue allí donde me pidió que me casara con él. Fueron unos días super especiales recordando cómo dos niños se habían convertido en adultos queriendo pasar toda la vida juntos" rememora emocionada,

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Tras cuatro años y medio juntos (sin contar la historia de veinteañeros) nos explica que la idea de casarse entraba en sus planes desde el inicio. "Siempre había soñado con mi boda y no paraba de hablar sobre ello. Sin embargo, hasta septiembre de 2020 yo estuve opositando a la Carrera Judicial y al Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia y, por tanto, viviendo con mis padres, por lo que resultaba difícil (o imposible) dar el paso. En abril de 2021 nos fuimos a vivir juntos y empezamos a hablar sobre la posibilidad de casarnos pronto… Eneko se hizo un poco de rogar, pero por fin en junio de 2022 se animó y me hizo la persona más feliz del mundo".

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Nos confiesa que ni en sus mejores sueños habría cumplido aquella fantasía de la que hoy puede hablar. "Yo soy de Sevilla y Eneko nació en Bilbao, aunque desde los seis años ha vivido en Pamplona. Tras el año de Erasmus, él terminó la carrera en Las Palmas y luego se vino a Sevilla a hacer un Máster en la Universidad Pablo de Olavide. Tras ello, empezó a trabajar en el Betis (¡equipo del que soy desde pequeña!) y ahí sigue hoy en día. Quién le iba a decir a aquella niña de 21 años que llevó su bufanda del Betis a Italia y que la tenía colgada en su habitación, que el chico con el que pasó todo el año... ¡Iba a terminar viviendo en Sevilla y trabajando en el Betis!".

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La anécdota viral de la boda

Entre las anécdotas que vivieron aquel día de verano, nos cuenta la pareja una de la que todo el mundo terminó hablando. "A nuestra boda asistieron algunos futbolistas del Betis que habíamos invitado. Todo era normal hasta que de repente la boda se hizo viral porque algunos de ellos habían llevado bolso durante la misma y habían recibido muchas críticas por ello. A pesar de que el debate lo considerábamos absurdo porque estamos más que a favor de que cada uno lleve lo que le apetezca y todo aquello con lo que se sienta cómodo. Fue muy divertido ver como la boda aparecía en los distintos medios y lo pasamos genial viendo como los invitados y no invitados nos mandaban los enlaces a las distintas noticias donde se hablaba de la boda".

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Irene quiere agradecer especialmente su trabajo a los proveedores que estuvieron junto a ellos el día de la boda:

• Vestido: Teresa Baena

• Zapatos: Balambae

• Ramo: Cartamo flores

• Estrellas del pelo: Mdpaulet

• Hacienda y Decoración floral: Los Molinos de Maestre y Angela Bustamente

• Fotografias: Opalo