Irene Rosales y su emotiva reflexión tras fallecer su madre

La esposa de Kiko Rivera, Irene Rosales, se refugia en sus hijas tras haber perdido recientemente a su madre. Esta reflexión en su cuenta de Instagram es realmente emotiva y cierta.

Irene Rosales ha dicho adiós a su madre hace pocos días y todavía no ha superado el shock de su despedida. Perder a una madre jamás es fácil pero, teniendo en cuenta la situación familiar de Irene con un padre incapacitado, todavía lo es menos.

La nuera de Isabel Pantoja pasa por su peor momento vital pero, sin duda, tiene la mejor cura para el alma: su familia. El refugio en el que Irene encuentra la paz y la calma necesarias para vivir su duelo y darse su tiempo son sus hijas.

Ana y Carlota se acurrucan sobre su pecho y a ella, en la medida de lo posible, se le olvida la tristeza por unos instantes al día. Poco a poco deberá volver a la normalidad de su rutina pero, por ahora, se vuelca en ser madre y sabe que sus pequeñas son el motor por el que ella no puede fallar ni un solo día.

Esta reflexión que Irene Rosales ha compartido en sus stories de Instagram está llena de verdad y es muy emotiva porqué se nota que Irene la siente a flor de piel. Junto a la foto de ella con una de sus hijas tumbada en su pecho, con una colita y el chupete en la boca, Rosales se ha puesto a escribir.

La esposa de Kiko Rivera ha redactado: “Y si las mamás tenemos el súper poder de curarlo todo con tan solo un beso, vosotros tenéis la magia de darnos la vida en los peores momentos.” Evidentemente el texto hace referencia al peor momento vital de Irene y a como sus hijas la llenan de vida en esta dura situación.

A pesar de ser un personaje público Irene ha decidido vivir estos instantes cobijada en su familia y también de un modo privado e íntimo. En Kiko y en su suegra ha encontrado grandes apoyos así como en sus mejores amigos de siempre.

Otro texto en Instagram recogía sus sentimientos hace apenas un día: "Familia, quería daros las gracias a todos por los mensajes de apoyo y ánimo. Ahora mismo no tengo fuerzas para agradecéroslo uno a uno, pero desde aquí os quiero mandar un besazo enorme”.

Y añadía: “No es mi mejor momento, quizás diría que el peor de mi vida, el dolor me tiene bloqueada y apagada, pero es cuestión de tiempo. Sé que llegará el momento en el que me haga a ello, pero pedirme eso ahora a mí mima es venirme abajo. Os mando un abrazo de todo corazón y espero que entendáis mi situación. Os quiero".

Cada luto lleva su tiempo y le deseo una pronta recuperación a Irene tras el duro palo de la vida. Sin duda sus hijas son el aliciente perfecto para levantarse cada mañana puesto que la necesitan, tal y como ella necesitó a su mamá de pequeña.

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